Sin moverme, contemplé mi camisón. La sensación mencionada antes persistía y crecía, haciéndome sentir excitada y excitable. En aquel estado, vi la situación sólo de manera superficial y razoné de acuerdo con ello.
¿Cómo podía resistirme a Sean?
Desde luego, la resistencia parecía imposible teniéndolo frente a mí, esperando en silencio a que lo obedeciera. No me atrevía ni a pensar de qué sería él capaz si yo no obedecía. Parecía dispuesto a atacarme si hacía movimiento alguno. Y, sin embargo, vagamente, sospeché que haría todos los esfuerzos posibles para someterse a mi capricho si yo decidiera escapar.
Mientras estaba deliberando durante lo que me parecieron horas pero debieron ser apenas unos segundos, esa sensación extraña persistía y... ¿no he admitido ya que no estaba desesperada por salir de esa habitación?
Entonces, sin pensarlo, me quité el camisón de golpe y me quedé esperando, agitada, el siguiente movimiento de Sean. Pero él se quedó mirando en silencio durante lo que me pareció un momento interminable. Me preguntaba si podría oír los frenéticos latidos de mi corazón, ya que su eco resonaba en mis oídos.
Sean levantó despacio una de sus enormes manos y acarició mi cara suavemente. Yo lancé un gemido. Era una zarpa tan dura que casi me hacía daño con el mínimo roce.
Los ojos de Sean brillaron con furia momentánea, pero el brillo desapareció mientras me estudiaba:
—No quiero hacerte daño, Jeannie. Eres tú quien controla el destino de los dos.
Yo no entendí el significado de esas palabras. Su presencia se apoderaba de mí lentamente, envolviéndome, atrapándome en su peligroso poder. Parecía como si estuviera advirtiéndome de algo.
¿Había dicho que era yo quien tenía el control? ¿Debería detenerlo?, me pregunté. ¿Podría detenerlo? Me sentía demasiado débil como para dar un paso.
Mientras tanto, sus manos, que eran enormes como ya he dicho, y con garras, acariciaban crudamente mi piel, deslizándose hasta mis pechos. Para mi sorpresa, mis pezones respondieron inmediatamente, endureciéndose ante el roce. Un gemido escapó de mi garganta cuando los apretó; la fuerza bruta de sus manos combinada con mi deseo era una agonía. Él siguió tocándome y cuando llegó hasta el triángulo de rizos entre mis piernas sentí una ola de vergüenza al notar que mi propia excitación era evidente.
Sean estaba cambiando rápidamente; con cada segundo que pasaba era más una bestia y menos un hombre.
—Ponte de rodillas —gruñó.
Yo lo miré, en silencio. La realidad de lo que estaba pasando me golpeó entonces. Iba a tomarme como lo haría un animal. Y era demasiado tarde para cambiar de opinión porque él estaba colocándome en la posición que quería, en el suelo. Lo hizo con tal rapidez y eficiencia que no tuve duda sobre la futilidad de un intento de escape.
Me quedé inmóvil donde él me colocó mientras Sean se ponía detrás de mí para quitarse la ropa. Demasiada asustada como para arriesgarme a enfadarlo volviendo la cabeza, sólo podía preguntarme lo que habría bajo los elaborados ropajes tras los que Sean se escondía. Pero mi curiosidad por fin ganó a los miedos y, casi sin pensar, giré la cabeza. Un gemido involuntario escapó de mis labios.
Estaba desnudo, salvo por la camisa, que caía abierta revelando un torso cubierto de duro pelo animal. De la cintura para abajo su cuerpo parecía el de un lobo, con dos enormes garras por pies y una larga cola que colgaba hasta el suelo. Pero más aterrador que lo que he descrito hasta ahora era el objeto que destacaba, erguido, entre sus patas. Era de un rojo casi púrpura y de un tamaño inhumano. Sería imposible que pudiese caber dentro de mí...
Sean oyó mi gemido y me vio mirándolo con expresión horrorizada. Entonces dejó escapar un terrible gruñido en el que me pareció entender: «¡Date la vuelta!».
—¡Me matarás! —grité, asustada, aunque obedecí la orden.
—Prometo que vivirás —replicó él, volviendo a portarse como un caballero. Su voz temblaba por el esfuerzo de hablar—. Así es como debe ser hasta que tú nos libres a los dos de este destino.
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La Bella y La bestia
FanficTodas hemos leído este maravilloso cuento. Todas hemos visto la película.... Pero... no sabemos sobre los "sucios detalles"