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Este capitulo va dedicado a una de mis hermosas lectoras que me dio la inspiración de poder seguir esto. ¡Gracias!

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El sol se asomaba lentamente por el horizonte que se encontraba frente a mí en la carretera. Estoy intentando controlar mis emociones hacia lo que está sucediendo mientras elaboro un pequeño discurso –inútil, ya lo sé- sobre que decirle a este tipo. Desde mi estéreo se oía "The A Team", y es terrible porque me recuerda a Matthew cantándola para mí.

Despejé mis pensamientos sobre él intentando concentrarme en la carretera, mientras la luz del sol llenaba el oscuro vacío en el que me mantuve conduciendo toda la noche. Por mis mejillas corrían restos de lágrimas, mi mente no lograba concentrarse y mis manos temblaban como nunca.

El final se encontraba cerca, y es todo lo que sabía. Pero, ¿Cómo lo sabía? ¿Cómo debía saber hacia dónde ir? Mi instinto estaba guiándome hacia el encuentro con el secuestrador de mi madre y todo se terminaría.

***

Llegue al lugar del encuentro, que era dentro de un gran depósito cerca del mar, al que, por cierto, le faltaba una buena capa de pintura. Miré hacia todos lados en busca de señales de vida de alguna persona que pudiera ser el sujeto que buscaba, pero nadie se encontraba allí.

Inhalé con seguridad y toqué el arma que tenía en mi cintura, todo estaba en orden. El único problema era que nunca había disparado un arma. Sentí ruidos cerca de uno de los grandes volquetes que se encontraba dentro del predio, eran como golpes. Me acerqué, pero estaba cerrado.

Revisé el lugar en busca de algo para poder abrir uno de los lados, mis ojos aún no se encontraban acostumbrados a la oscuridad, pero, encontré una especie de palanca que sirvió para abrir apenas una rendija del lado derecho. Ingresé y vi una pequeña compuerta que llevaba a un subsuelo. Dudé sobre entrar o no, pero seguía sintiendo los golpes cada vez más cerca, no podía rendirme ahora.

Bajé por la escotilla y reconocí el lugar al instante. Allí me habían tenido secuestrada. Caminé con las manos temblorosas hasta la celda donde me encontraba antes y vi a mi madre llorando, amarrada a la pared grisácea mientras suplicaba por ayuda.

Al principio no comprendí por qué ella suplicaba tanto por ayuda, nadie se encontraba aquí más que yo, la sacaría y nos iríamos por fin. Hasta que comencé a sentir un extraño ruido desde las tuberías. Enormes cantidades de agua comenzaron a salir por allí, después de 30 segundos ya me cubría los tobillos. Entré con desesperación a la celda y desaté lo mas rápido que pude a Emma. El agua nos cubría la mitad del pecho cuando termine de desatarla, en su rostro deteriorado se notaba la clara angustia que el momento le provocaba. Comenzamos a nadar hasta la escotilla, pero se encontraba cerrada.

El agua casi tapaba nuestra cara, ambas tomamos una bocanada de aire y nos sumergimos para intentar quitar la escotilla. Después de unos minutos de intentos en vano, mis pulmones pedían desesperadamente aire pero no sabía por dónde podríamos salir.

Hasta que vi una pequeña palanca debajo de mí. Nadé hasta allí con las ultimas fuerzas que tenía y tiré de ella. La escotilla se abrió, pero mis pulmones comenzaron a llenarse de agua.

Entonces cerré los ojos y me deje llevar.

FIN.

Es un capitulo muy corto, ya lo se. Les pido perdón por no actualizar tan seguido y porque la novela termine de esta forma.

Igual es MENTIRA, este NO es el final.

Gracias a esas personas que me apoyan incondicionalmente a seguir esta historia que surgió un dia de estos mientras me bañaba -raro, eh?- 

Este capitulo va dedicado 

Un Dolor InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora