15

233 16 3
                                    

15.

Pase la noche en la playa con una pequeña botella de cerveza en mi mano derecha, el móvil en la otra y una pequeña conservadora con unas 8 cervezas más. En esas horas que permanecí sola me sentí vacía, sin necesidad alguna de seguir adelante luego de todo lo que ocurría. Pero a las 4:50 a.m. oí su voz detrás de mí.

-¿Alguna vez has leído a Green? 

-¿Qué haces aquí? - Le digo, un poco desorientada.

-Sólo respóndeme. - Pronunció esto mientras se recostaba sobre la arena, junto a mí. 

-Claro que sí, Matthew. He leído casi todos sus libros. Ahora tú respóndeme a mí. -Apunté la botella hacia su rostro- ¿Qué haces aquí?

-"El dolor demanda ser sentido." -Me observó durante unos segundos antes de incorporarse y abrazarme. -La he notado un poco distante, Señorita Baldwyn. -Me acomodé suavemente sobre su hombro y le respondí luego de unos minutos.

-The Fault In Our Stars. -Sonreí al recordar esa historia. - Estuve hablando con Aaron, ¿Sabes? Me traía un poco dispersa el hecho de creer que él estaba enojado. Pero fuera de eso, me siento bien. ¿Quieres una? –Le dije señalando a la cerveza.

Matt me miró desconcertado pero asintió, le expliqué todo acerca de lo que había hablado con Aaron y en su rostro se notaba un gran dolor. Abby había sido su vecina y mejor amiga durante toda su vida. Supongo que mis dos amigos podrán entender el dolor qué pasé por la muerte de mi padre y la de nuestra amiga.

Nos mantuvimos en silencio luego del relato y aguardamos para observar el amanecer los dos juntos. Me sentía bien junto a él. Luego de todo lo que había sucedido durante estas interminables semanas, Matthew hacía que me sienta un poco mejor, espero hacer lo mismo con él. Cómo si me leyera la mente y rompiendo el silencio dijo:

-Me gusta pasar tiempo contigo, Tay. –Me tomó de la mano y prosiguió.- Haces que todo esto sea más… ¿Normal? No lo sé. Pero –comenzó a reírse, ¿Ya se había embriagado? Apenas tomamos 4 cervezas. – Me gustas.

Wow. ¿Qué se supone que debo responderle? Le quité la botella de la mano y tomé un sorbo.

-Matt…

-Vamos, Taylor. Primero, devuélveme MI botella –Seguía riendo en cuanto intentó quitármela- Segundo, sea lo que vayas a decir no va a cambiar el hecho de que me gustes desde hace… No lo sé. Demasiado tiempo. Pero… nunca te has dado cuenta. –Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. Esto se está tornando raro.

-Matthew.

-Estoy hablánd… -Lo interrumpí antes de que pudiese seguir.

-También me gustas. ¿Está bien? –Permaneció observándome sin comprender lo que sucedía y me causó una ligera risa. –Ya vámonos de aquí.

Me puse de pie y él todavía me observaba. Le sonreí e intenté ayudarlo a que se ponga de pie también, pero fue en vano. De veras estaba embriagado. Recordé a Matt con su bóxer rosado, comencé a reírme y solté el brazo de mi amigo, en consecuencia a eso él cayó otra vez sobre la arena. Entre risas de ambas partes, intenté levantarlo de nuevo y sólo a la tercera lo logré. Caminó un poco tambaleante hacia mi auto cantando una canción latina, mientras yo cargaba la ya vacía conservadora.

Conduje 10 minutos extras de lo habitual ya que me sentía mareada. Matt entrecerraba los ojos en el asiento del copiloto mientras susurraba ciertas cosas acerca de mí. Al llegar a mi casa intenté despertarlo hablando lenta y tranquilamente, resulta que no funcionó tal como creí y tuve que llevar a rastras a Matthew hasta el sofá.

Un Dolor InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora