La verdad.

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Curiosamente, me desperté en una habitación en el Jackson Memorial, el hospital público más grande de Miami al que nunca había ingresado ni de visita en mi vida entera. Observé la habitación y me lleve la sorpresa de que no estaba sola, una niña de aspecto moribundo y probablemente indigente, estaba sobre una cama a mi derecha. Tenía rasguños y moretones en la cara, de las heridas de los hombros aún se observaban indicios de una gran pérdida de sangre. Me limite a observar alrededor en silencio para no despertarla. Hacia la izquierda una cortina color verde dividía los pequeños boxes que se formaban, junto a mi cama estaba una pequeña mesa vacía, junto a la puerta principal se encontraban pequeños asientos color azul para las visitas. Observé el reloj que se exhibía sobre la puerta principal, a solo unos pasos frente a mi cama; 14:26 p.m. Eso era imposible, debería estar en la escuela en este horario. ¿Qué había sucedido?

Un doctor alto, de piel morena y cabeza calva arribó el cuarto con una pequeña pero sincera sonrisa.

-Buen día señorita Baldwyn, soy el doctor Carter. ¿Cómo se encuentra?

-¿Qué me ha pasado? ¿Cómo he llegado hasta aquí? Lo último que recuerdo es… - Me interrumpió bruscamente.

-Tu amiga Abby te ha traido aquí a eso de las 16:30 de ayer. Nos ha comentado que te desmayaste en el centro comercial luego de que tu móvil recibió una llamada.  Nos hemos contactado con tu tutor, el señor Whitmore y está en camino. – Sus palabras me sorprendieron, no recordaba nada sobre aquello -  ¿Tienes hambre? Por cierto, hay alguien que quiere verte.

Me quedé sin palabras y solo logré asentir. Antes de que pudiera comprender lo que estaba sucediendo, Derek entró por la puerta.

-¿Qué haces aquí, Derek? – Dije intentando en vano que no me temblara la voz.

-Oí lo que te había sucedido. ¿Qué ha pasado? ¿Tu madre? – al oír su nombre mi presión decayó y el Dr. Carter me suministró más medicamentos por intravenosa que actuaron rápidamente. Luego se dirigió hacia Derek y le dijo algo que no comprendí hasta luego de unos instantes.

-Trátela con sensibilidad, Sr. Seabrook. –Derek empalideció al oír como el Dr. Carter lo había llamado.

Intenté no entrar en pánico ante lo que acababa de ocurrir. Había muchos Seabrook en Miami, claro, eso debía ser. Me limité a mirarlo y esperar una respuesta por su parte. Su cabello resaltaba sus ojos y eso logró captar mi atención durante unos segundos hasta que logró emitir palabras.

-Seguro quieres una explicación sobre lo que acaba de ocurrir ¿Verdad? – Suspiró levemente. – Creí que tu madre se encargaría de decírtelo pero ella no está aquí y supondré que estas lista para saber la verdad.

-¿Lo estoy? –Dije sarcásticamente mirando hacia el suero conectado en intravenosa y Derek soltó una pequeña risa.

-Claro, si no lo estuvieras ¿Qué clase de Seabrook serias? –Mi sonrisa se apagó en cuanto formuló esa pregunta.

-Mi apellido es Baldwyn. –Repetí con la misma intensidad que la primera vez. Derek omitió el comentario y prosiguió con su resumida historia

-Cuando tenía 11 años mi madre se divorció de su marido, mi padre, pero eso solo ella sabía que él era mi padre, yo solo creía que era su pareja. Mi padre desapareció bruscamente viviendo en diferentes ciudades a través del mundo volviéndose famoso entre los empresarios. –Suspiró –Mi familia y yo hemos vivido en California desde que tengo memoria, actualmente tengo 24 años, he tomado el apellido de mi madre ya que mi padre no me ha querido reconocer jamás a pesar de los ADN correspondientes. El nombre de mi madre es Emma Seabrook y mi padre fue Stephen Baldwyn. Taylor, soy tu hermano. Tu padre te ha mentido durante muchos años haciéndote creer que no poseías otra familia. En cuanto supimos que estabas con vida ninguno ha dudado en buscarte.

De repente, todo comenzó a encajar y miles de preguntas surgieron

-¿Tengo un hermano? Oh dios…

-De hecho… Tienes 2.

-¿De qué hablas? –Advertí que estaba gritando y baje la voz.

-Jake Seabrook es nuestro otro hermano, tiene 12 años y nunca conoció a tu padre.

-Mi padre me había comentado algo sobre sus amoríos y probables hermanastros, pero nunca creí que su inútil amorío sería con mi madre.

-Tenías apenas 5 años cuando todo ocurrió, lamento no haberte encontrado antes. Mamá lo ha intentado pero jamás tuvimos el dinero para viajar. – Su voz compasiva me resulto idéntica a la de mi padre. Eso me dio un escalofrío.

Matt ingresó bruscamente a la habitación y se disculpó al advertir que Derek estaba allí. Der… Mi hermano, si es que debería llamarlo de esa forma, se presentó ante Matt solo con su nombre y luego se marchó.

-¿Quién es?

- Estoy bien Matt, gracias por preguntar. –Intenté mantener un tono severo pero le dedique una sonrisa.

-Lo siento, Tay. Abby y Aaron te han mandado saludos, han salido juntos, ya sabes. –Sonrió. -Pero ¿Que ha sucedido?

Le relaté desde el día del muelle con Derek hasta hace unos segundos cuando confesó que éramos hermanos. Intenté omitir el detalle de mi conversación con Abby en el centro comercial y permanecimos en silencio un largo tiempo. El Dr. Carter ingresó con Jason para darme de alta a eso de las 20:45. Al parecer, mi presión había decaído demasiado en el centro comercial a causa del estrés y complicaciones con mi madre.

Matt y yo fuimos hacia mi casa mientras Jason buscaba la cena en un restaurante. Al llegar, Aaron y Abby estaban en la sala de estar esperándome para sorprenderme. Les relaté lo sucedido, omitiendo el pequeño detalle de Derek Seabrook. En cuanto Jason llegó comenzamos a cenar comda china, a las 23:30 alguien tocó el timbre de la puerta principal.

Decidí levantarme ya que era la única que había acabado su plato. Acomodé mi vestido y caminé hacia el hall central un poco tambaleante, por lo que Matt decidió levantarse a ayudarme aunque le afirme que era innecesario.

Tomé el picaporte y abri la puerta con una sonrisa.

Sobre mi porche se encontraba Derek Seabrook junto a una mujer y un niño, ambos con el cabello rubio y ojos pardos, me quedé atónita y fue entonces cuando Derek habló.

-Taylor, te presento a mi… -Intentó encontrar la forma más sensibilizada de decirlo- nuestra madre: Emma Seabrook.

Quiero agradecer y dedicar este capitulo a 4 hermosas personas que me acompañan siempre, Agus, Ani, Sabri, Ro(mi queridisima Yoshi), sin ustedes mi vida seria un desastre. Gracias por la fe que tienen en  esta historia y por apoyarme en todo. ¡Las adoro! 

Un Dolor InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora