18VE - 1ra temporada. (Camren) TERMINADO

Capitulo 33 (Maratón 5/5)

LAUREN POV

-nos mudaremos a New York. –Dijo y fueron las cinco palabras más dolorosas de toda mi vida.- me ascendieron y debo encargarme de una de las sucursales de la empresa allá.

Me había quedado sin palabras. Tenía un nudo en el pecho, un nudo que por nada del mundo se iría. Miraba a mi papá, no podía estar haciéndome esto. Miraba a mi mamá, ella parecía no tener problema en dejar este lugar, al igual que mi hermana. Miré a mi hermano, él al igual que yo no quería irse. Pensé en tantas cosas, intentaba rápidamente buscar maneras de convencerlos pero sabía que nada funcionaría. Mi papá era muy estricto con el trabajo. Él incluso iría hasta China si se lo ordenaran. Nada haría que cambiaran de opinión. 

Nada haría que me quedara. 

Y todo pasaba por mi cabeza. 

Camila.

-no me iré. –dije enojada. No podían hacerme esto. No me alejarían de todo lo que me importaba.

-Lauren, ya está decidido.

-¡pero papá! ¿Qué hay de nuestros amigos? ¿El colegio? –preguntó mi hermano. Sabía que a él tanto como a mi le dolía irse.

-irás a un nuevo colegio allá idiota. –esa era mi hermana. No entendía como ella no se hacía problema. No entendía porque era así.

-Taylor no trates de idiota a tu hermano. –regañó mi mamá.

-no puedo esperar a estar allá. –dijo mi hermana. La miré con odio.

-saben cómo es el trabajo de su padre, sabían que en algún momento esto iba a ocurrir. –explicó mi mamá y tenía razón. Siempre lo supimos. Sabíamos que cuando lo ascendieran lo podrían a cargo de una de las sucursales en otro lugar.

-pero no pensé que ahora. –dije furiosa.

-podía ser en cualquier momento.

-deberían de alegrarse por su padre.

-pero mamá no me quiero ir. –habló mi hermano.

-no es necesario que yo vaya, puedo quedarme con Camila. –intenté.

-no lo harás Lauren, he revisado tu libreta pero esperaba hasta el martes para decírtelo. –dijo mi mamá y enseguida me di cuenta de que nada serviría.

-puedo mejorar, lo haré.

-Lauren haz dicho eso muchas veces. Nos mudaremos. Ya está decidido. –repitió mi mamá y unas cuantas ganas de golpear algo se apoderaron de mí. Miré a mi papá. Muchos pensamientos cruzaban por mi cabeza y en cuanto más pensaba, más grande era el nudo que se formaba en mi garganta, y con más fuerza mis lágrimas querían escapar. 

Camila. 

No podía hacerle esto a ella. Se lo había prometido, así que lo intenté. Con mi último esfuerzo antes de romper en llanto, le rogué. Le supliqué que por favor nos quedáramos. Nunca me había sentido tan rota.

Pero de nada sirvió.

Corrí escaleras arriba y alisté mis cosas, al mismo momento en que unas cuantas lágrimas caían por mi mejilla. Al terminar bajé tan rápido como pude y salí de la casa golpeando bruscamente la puerta.

-¿está bien señorita? –preguntó el taxista. Solo asentí. No tenía fuerzas para hablar. El nudo en mi garganta lo impedía. 

Camila. No quería fallarle.

Al llegar, pagué y bajé corriendo. Abrí bruscamente la puerta. Una mezcla de sentimientos se adueñaba de mí y no podía controlarme. Solo una persona lo haría.