Capítulo nueve

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Brad

El dedo de la mano izquierda me punzaba. No. Ahora todo el brazo me punzaba. Me miré las muñecas tan pronto como escuché el ruido del motor del auto desparecer; todo estaba en orden. Entré a la casa y cerré la puerta.

8:03

Emily llegaría en cualquier momento.

Me dirigí a la cocina y recogí la pasta y el tenedor que Jared había dejado sobre la mesa. Luego fui a la sala y volví a acomodar la colección de películas que teníamos ahí. Apenas me había sentado en el sofá cuando la puerta de la casa se abrió.

-¡Brrraaaaaaaaddddyyyyy!- una vocecilla corrió desde el recibidor hasta alcanzarme. Emily brincó sobre mí.

-¡Houston, tenemos un problema! ¡Uno de los primates se ha escapado de su jaula y está atacando al jefe de la operación!

La aguda risilla de Emily resonó por toda la sala. La tome de los hombros y la acomodé en mi regazo. Sus mejillas estaban sonrosadas.

-Déjalo respirar un poco, Em- la voz de mi padre contrastó con los gritos de Emily, y de inmediato me sentí incómodo.

-No pasa nada...- dije, pero coloqué a mi hermanita sobre el suelo. Ella se acomodó, doblando las piernas como yo.

Volví a mirar el reloj.

8:13

Escuché que mi padre abría la puerta del refrigerador.

-¿Jared está en su habitación?- preguntó. Yo me aclaré la garganta.

-No. Salió hace un rato- sentí su mirada inquisitiva clavada en la espalda, no me atreví a volverme para mirarlo- Fueron a un bar, o algo así.

Escuché cómo suspiraba.

-...Hay pasta en el refrigerador- dije después de un rato.

Tap.

Abrió una botella de cerveza.

Gloop. Gloop. Gloop.

Podía escuchar sus largos tragos desde el otro lado de la sala.

-Comí en el trabajo.

Escuché sus pasos acercándose, y cerré los ojos con la esperanza de que girara hacia las escaleras y desapareciera en el segundo piso. Odiaba los silencios incómodos. Odiaba las conversaciones incómodas. Odiaba conversar con él.

Cuando sentí su mano en el hombro, se me heló la sangre. De pronto me di cuenta de que había estado apretando la caja de Votos de Amor, ahora la cara de Rachel McAdams estaba desfigurada. La solté, tratando de disimular mi respiración.

-¿A qué hora crees que regrese Jared?

-No lo sé.

-¿A dónde dijiste que había ido?

-Al bar. Con David... y, y otros amigos.

Apartó su mano.

-Pasa mucho tiempo con David, ¿no lo crees?

Suspiré. Si tan sólo supiera...

-Sí, supongo que sí.

Bufó.

-De verdad esperaba que estuviera aquí; tengo algo importante que decirles.

Oh, no. Hoy no, por favor. Estaba teniendo un buen día hasta ahora.

Volví a cerrar los ojos y agradecí infinitamente que Jared y David se hubiesen marchado.

-¿Ah, sí?- logré decir.

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⏰ Última actualización: Sep 29, 2015 ⏰

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