Melanie alzó la vista con un apize de esperanza mezclada con confusión que pronto se esfumaron. Su hermano jamás aceptaría una cosa así.
- Mamá, pero ¿Qué dices? - Spencer la miraba como si estuviese loca.
-Creo que he sido bastante clara. No veo porque no debería.
Melanie no podía creer lo que había oído. Estaba esperando el tajante "no" de su hermano pero debía de aver quedado tan atónito como ella pues sólo escrutaba a Marta con la mirada manteniendo una expresión facial totalmente neutra. Nadie podía saber que estaba pensando. Se notaba que era un hombre de negocios.
- Mamá, los gastos... - dijo el mayor de los hermanos, preocupado.
- Yo los pagaré. - dijo George.
El centro de atención dejó de ser Marta en ese instante. Melanie no lo podía creer. ¿Es qué se habían vuelto todos locos? ¿Estaba su hermano aceptandolo sin más? Se hizo un silencio.
- Yo los pagaré. - repitió. - Me haré cargo de todos los gastos de mi hermana y un pequeño plus que ingresaré en su cuenta directamente, si le parece bien, a cambió de que dejen que se quede aquí con vosotros.
- George... - Melanie lo miraba tratando de entender como el hermano que se había pasado la noche buscandola para llevarla consigo ahora aceptaba sin más que unos desconocidos la acogieran en su casa.
- Melanie, - la miró seriamente - tú no serás feliz si te llevo conmigo, ¿Verdad? Ya has sufrido bastante. Está bien. Puedes quedarte. Será algo temporal, de momento.
De repente y por primera vez desde el accidente, Melanie se sentía comprendida. No pudo evitar secar sus últimas energias a base de lágrimas, abrazada a su hermano, hasta que cayó dormida. La dejaron en el sofá y Marta le hecho una manta por encima. Los niños se fueron a sus respectivas habitaciones.
- Debe de estar agotada, a vivido demasiadas cosas en muy poco tiempo... - le dijo Marta a George. Hablaban en susurros para no despertarla.
- Sí... - bostezó. Ella le sonrió tiernamente.
-Tú también has vivido muchas cosas. Debes estar acostumbrado al estrés pero esto...
- Creeme, jamás he sufrido tanto estrés como hoy.
Ambos rieron.
- Se nota que la quieres mucho.
George la miró.
- Una vez, cuando era pequeña, Melanie estaba jugando con una de sus muñecas. Yo debía de tener unos doce años, por aquel entonces. Se distrajo con algo y pensé que sería divertido esconderla detras del rosal del jardín. Era muy frondoso. Pensé que no la vería y se pondría a buscarla por todas partes. Pero la vió, no se como. Y no se lo pensó dos veces. Metió la mano allí como si no hubiese ningun peligro. Melanie es así. No piensa, actúa. Me di cuenta en ese momento. No se para a pensar en las consecuencias. A partir de ese día fui yo el que le advertía. Pero creo que últimamente me había olvidado de que ser el hermano mayor es mucho más que solo protegerla de posibles peligros. También es saber cuando tú hermana necesita que le digas que no tiene que tener miedo. Y tú eres una mujer sin miedo, Marta. Tú puedes ofrecerle más que yo ahora mismo. Cuidala por mí.
Cerraron el pacto con una sonrisa.
- Por hoy, quedate aquí a dormir. Mike y spencer pueden dormir en una misma habitación. No te vallas sin despedirte de ella.
- De acuerdo... esperaré hasta mañana.
Marta le puso sabanas limpias y le prestó un pijama.
- Pontelo, era de mi marido. - estaba a punto de marcharse, pero dió media vuelta a la altura de la puerta. - George...
- ¿Sí?
- Yo creo que eres muy buen hermano mayor.
George la miró y sus ojos se enpañaron con el vapor de la calida sonrisa de Marta.
- Gracias. - solo pudo decir él, reteniendo una lagrima que luchaba por salir - Por todo.
- No hay de qué. Buenas noches, George.
- Buenas noches.
Al día siguiente se despidió de su hermana y de los demas y se subió a su coche dirección al aeropuerto, billete sólo de ida, pero no antes de decirle a su hermana que la quería y que tuviese cuidado.
- Cualquier cosa, llamame. ¿Me olles?
Y así Melanie entró, junto a los demás, en lo que sería su nuevo hogar a partir de ese momento.
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Paso a paso
Teen FictionMelanie es una chica de buena familia en su último año de instituto. Sus padres la han educado de la manera más humilde que han podido, llegando incluso a hacerle trabajar para ganarse la paga. Aunque su hermano trabaja en la empresa de su padre ell...