Simón tenía un mal presentimiento.
Hace horas habían abandonado Kutztown, la carretera parecía relativamente tranquila, vacía, con un toque escalofriante de soledad que escondía una epidemia mortal que había contagiado a el 90% de la población mundial.
Era desconcertante.
Simón miro el mapa, había trazado la ruta que los llevaría a Portland, incluso en un mapa, la línea que unía su ubicación actual y su destino era muy extensa.
Pero la tranquilidad no duró para siempre.
El camión de bomberos encendió la luz de emergencia, para luego detenenerse por completo, el furgón hizo lo último y finalmente la casa rodante.
Simón estaba atónito.
Jace abrió la puerta del furgón y todos bajaron para ver que sucedía, quizá sería mejor que hubiera unos caminantes en el camino, pero no quizá esto era mucho peor.
Cientos y cientos de autos, uno contra otro, tapando completamente el paso, gente que había intentado escapar desesperadamente y no lo habían logrado. Todo eso había sucedido mientras ellos estaban en la estación de bomberos, refugiados, rezando y mirando expectantes el panorama que se desarrollaba afuera, toda la gente había muerto, escapando de algo que no sabían.
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Jace miró a su alrededor.
Era como un chiste, un cruel chiste.
No había forma de lograr pasar la barrera de autos que se presentaba frente a ellos, ha su derecha, se extendía un bosque, lleno de frondosos árboles.
- Estamos encerrados como ratones- dijo Sebastian, con desesperación en su voz- ¿ahora que hacemos?.
Todos se miraron entre si, susurrando posibles posibilidades que podrían funcionar, pero al final Clary fruncio los labios y contestó.
- Podríamos sacar la bencina restante de los automóviles y...- miro el mapa, frunciendo el ceño- bueno...según esta cosa hay un pueblo detrás de ese bosque, podríamos tomar una ruta alternativa y alejarnos de la carretera...
Todos se miraron entre si nuevamente, la idea de Clary era ingeniosa, útil y parecía la idea menos peligrosa de todas.
Jace asintió.
-bien, Robert...podrías vigilar que no venga ningún infectado, en caso de que se presenten, nos avisas inmediata y los demás... no se separen demasiado, estamos en una posición vulnerable.
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Clary iba caminando con Isabelle.
Los chicos se habían ido en busca de herramientas y útiles, ellas, en cambio, buscaban ropa, cuadernos o libros, lapices y todo lo que les pudiera servir.
- ¿Sabes?-murmuró Isabelle- ese novio tuyo...el tal Simón, no es tan idiota, pensé que era un...
Clary la cortó, atónita
- ¿Mi novio Simón?- preguntó incrédula Clary- ¡Solo somos amigos!
- A veces se comportan como si fuesen más que sólo amigos- murmuró Isabelle entre dientes, pero Clary alcanzó a oirla, rodó los ojos, para luego contestarle
- ¿Estas celosa?- preguntó Clary divertida
Isabelle abrió los ojos como platos y miró a Clary como si hubiese perdido la razon- ¡Por supuesto que no!- chilló molesta por las insinuaciones de la pelirroja.