Jace estaba atento.
Miraba a través de la ventana en busca de alguna señal de que algo iba mal, son embargo, el paisaje era de una extraña belleza, como la de una ciudad en medio de la nada, tenía un aire mágico, como un hechizo.
Poco a poco comenzaron a aparecer las primeras casas, pequeñas y modestas, muy cerca de ellas habían una gran iglesia, rodeada de flores, como un hermoso sueño, daba un aire de tranquilidad y belleza, pero Jace sabía que las pesadillas también eran sueños y los sueños se hacían realidad.
- ¿Jace?
Jace sacudio la cabeza y se giro hacia donde provenía esa voz, era Max, tenía los labios rotos y fruncidos como si fuese a decir algo que lo avergonzaba.
-¿Que pasa Max?- preguntó Jace con voz ronca.
- bueno, a mamá le a parecido la idea de que bajemos un poco a estirar las piernas...y..bueno...no.hay..infectados- respondió Max, al final su voz no era más que un susurro, más bien dirigido a el mismo
- bueno si quieres bajar, lo haremos pero no te alejes de nadie ¿entendido?- preguntó Jace mirando a Max.
Max asintió
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Jordan sentía una mezcla de encanto y temor, como la belleza de una víbora antes de inyectarte su veneno.
Al ver que todos estaban saliendo de sus vehículos, el también lo hizo, claro, sin antes cargar su pistola lista para disparar si fuese necesario.
Bajó los peldaños de la casa rodante, con Clary y Maia tras él, al llegar al suelo, se dio cuenta de que la imagen era aún más bella, el pasto mojado producto de la neblina de la mañana mojaba la superficie de sus botas, el viento corría a través de los árboles, dándole un toque especial, pero a parte de esos sonidos, no había nada, no habían gruñidos, ni gemidos y el odioso herdor que los infectados producían, sólo paz.
En ese momento, los pájaros salieron huyendo en bandada, volando lo más rápido que podían- aquí vienen- grito la mente de Jordan, y su mano viajó directamente a su arma.
Pero no.
En ese momento salió un ciervo, un hermoso ciervo, color marrón pálido, era encantandor de ver, pero pronto la imagen se convirtió en una pesadilla.
Max comenzó a correr hacia el ciervo, que al percatarse que venían por el comenzó a huir por el mismo camino que había venido, pero Jace alcanzó a Max, obligándolo a volver en ese momento, un cazador furtivo salió del bosque, apuntando al ciervo,ñ y finalmente disparándole, pero después de darse cuenta de que Jace y el ciervo cerca demasiado cerca.
La bala atravesó a el ciervo haciendo que cayera en un ruido sordo, pero eso no eximió a Jace de recibir la bala después del ciervo exactamente entre sus costillas izquierdas, haciendo que cayera con un grito al suelo, Clary sintió que no podía captar el oxígeno suficiente.
¡Oh Dios mio!¡no!- grito Clary llevándose inmediatamente las manos a la boca para intentar cubrir el sollozó que desgarraba su garganta, de repente se sintió realmente sola, en ese momento se dio cuenta de su realidad, su vida sería una lucha constante por sobrevivir, pero su pensamiento se desvaneció rápidamente al escuchar los gritos del herido frente a ella, el gritaba he intentaba cortar el flujo de sangre que salia de esa enorme herida, Simón ya estaba ayudando, haciendo un torniquete para intentar parar la hemorragia...
Pero Clary sólo podía pensar algo.
Porfavor.. Porfavor no te mueras, quedate conmigo.
Cuando volvió en si, Alec y Sebastian habían cruzado el claro, apuntaban con armas al hombre que había apretado el gatillo de la pistola que había herido a Jace, Clary se acercó a Jace, Simón tenia el ceño fruncido y las manos manchadas de sangre, Jace en cambio había perdido todo color y su frente estaba peleada por gotas de sudor, sus manos temblaban y emitía quejidos de dolor...