¡Iba tarde a mi primera clase! toda la culpa la tiene mi compañera de apartamento por tardarse tanto en el baño. Estoy como una loca, mi cabello mojado, mi camisa un poco mojada por mi cabello, mi pantalón si está más decente al igual que mis sandalias. Menos mal me dio tiempo al menos de salir a tomar el autobús. Tengo mucho frio y mi bufanda, guantes y suéter no hacen su trabajo de mantenerme caliente.
Voy de camino a la universidad en estos momentos o mejor dicho estoy corriendo como loca por medio de los otros estudiantes que me miran como si estuviera loca. Pero no les tomo mucha atención. Bueno solo a los que choco.
A un lado de la entrada se encontraba mi amigo (o el único que tengo) mirándome con el seño fruncido.
Cuando llegue a donde él estaba, me miro mordiéndose el labio. Señal de que se quiere reír.
-no te rías de mi-murmure sentándome en un banquito- no es gracioso-si en realidad yo también me riera de mi misma si fuera visto como corría.
-¿que no me ría?- soltó una carcajada y yo voltee los ojos-¡te fueras visto!-otra carcajada. Lo mire severamente-¡¿qué?!- era tan...inmaduro.
-eres un mal amigo-me miro y se toco el pecho exageradamente.
-claro que no. Ven- se acerco y me dio un abrazo-yo te quiero mucho. Es solo que parecías endemoniada huyendo del diablo- no pude mas y me empecé a reír-¿porque llegaste tan temprano?-fruncí el seño y mire el reloj de que tenía en su muñeca. Y si Rustam tenía razón, eran ¡las siete y quince de la mañana! Abrí mis ojos enormemente y lo mire.
-¡ES MUY TEMPRANO!-casi grite. Ese tiempo lo fuera utilizado para comprarme un café y pasar a saludar a la señora Dina. Era una señora de la tercera edad que siempre que me veía me abrazaba y me regalaba de esas galletas que solo una abuela sabe hacer.
-sí, es bien temprano-miro su reloj-pero vamos para adentro que tengo mucho frio-si hacía bastante frio, y más en estos tiempos de invierno.
Nos dirigimos adentro de la universidad. Estaba al lado de Rustam. El era alto, cabello castaño y un poco largo. Ojos color verde oscuro y grandes. Era muy buen amigo. Nos conocimos porque choque con él y no le pedí disculpa recuerdo ese día.
Recuerdo.
Iba muy preocupada porque mi tía me había llamado preocupado porque a mi prima le dolía mucho la cabeza desde hace varios días. Iba tan distraída que cuando choque con él, se le cayeron algunos libros. Yo se los ayude a recoger, pero no le dije nada. Me pare y ni siquiera vi a quien le avía tirado los libros. Cuando me iba a ir una voz me hablo.
-oye ¿ni siquiera una disculpas?-lo dijo con un tono de sarcasmo, pero divertido. Yo gire y lo mire. Un chico bastante guapo pero no ocasionaba nada en mi.
-sí, tienes razón te pido disculpas-lo mire a los ojos. El sonrió y se encogió de hombros.
-no pasa nada. Si quieres almorzar conmigo, te perdono-yo lo mire con una ceja alzada. Y él me miro esperando mi respuesta. Yo asentí rendida- está bien te espero- me giño un ojo y yo le sonreí.
Después de ese suceso, nos hicimos muy buenos amigos y aquí estamos.
Fin del recuerdo...
-¿Ali me estas escuchando?-me estaba pasando la mano delante de mi cara rápidamente. Yo le detuve la mano ya me estaba mareando.
-no, ¿qué me estabas diciendo?-el bufo. Puso uno de sus brazos en mis hombros y seguimos caminando.
- te estaba diciendo, que ¿cómo te va en la cafetería? - bufe. Tenía que buscar otro trabajo. La cafetería era muy buena pero tendría que buscar otro trabajo y trabajar en los dos.
ESTÁS LEYENDO
Vendido Al Diablo
RomanceTodo puede cambiar la vida de Alina por un simple viaje a Rusia para estudiar la carrera de psicología al conocer al atractivo Asdrubal, un hombre con miles de demonios en su interior que le atormentan. Todo se vuelve un infierno cuando el turbulent...