capítulo 5 parte 3/3

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Dedicado a Marian
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-contesta puede ser importante-Le digo un poco preocupada porque el móvil no deja de sonar. El bufa mientras asiente. Contesta raídamente.

Me alejo del rubio un poco. Me siento en unos de los primeros asientos que quedan frente al ring. Imagino la emoción de las personas que han pasado por este asiento e imagino la euforia de esas personas. Con lo cerca que se encuentra este asiento del ring, podría jurar que si caía sangre de uno de las dos personas que se encontraban en el ring, a la persona que estuviera en este asiento le caería esa sangre.

Le echo un vistazo al rubio y veo que esta tenso, ¿qué le pasaría? Sostiene su móvil fuertemente. Si apretara un poco más el móvil creo que lo rompería, por la fuerza que está ejerciendo sobre él. Mi mirada queda sobre él. El se encuentra recostado sobre el ring de manera tensa, sus facciones están contraídas. No quiero ser chismosa, pero su conversación se escucha hasta donde me encuentro.

-¡joder!-gruñe fuertemente, mientras pasa su mano por sedoso pelo rubio. Ahora quiero pasar mis manos por él. Control Alina-¡maldición! ¡Háblale para que se calme, joder!-grita. Yo doy un respingo, por el susto. La única mano que tiene libre, la tiene fuertemente apretada en un puño. ¿Quién se tiene que calmar? ¿Quién será esa persona? Preguntas se cuelan por mi mente sin obtener ninguna respuesta-¡ya voy cabron! Llevare a alguien-el que se encuentra en la otra línea, dice algo de último y Asdrúbal cuelga. Yo no creo que esa persona que llevara Asdrúbal seré yo.

Me acerco al rubio cuidadosamente. El me mira mientras camino hacia el. Me sonrojo al recordar nuestro beso. Se ve muy inquieto. Llego hasta donde se encuentra.

-Asdrúbal-me mira intensamente, separándose del ring y quedando frente a mi mirándome -yo puedo tomar un taxi y dejar que busques a la persona que llevaras...- no sé a dónde va Asdrúbal. Me mira frunciendo el seño.

-es a ti a quien llevare-me sorprendo un poco. Me toma de las manos, mientras me guía para salir de ahí-ven vamos a salir por aquí-camina rápidamente o más bien semi-corre.

(...)

En el auto hay un silencio sepulcral. Desde que salimos de ese lugar, no ha querido hablar. Sus dientes se encuentran mordiendo su labio en señal de nerviosismo y su mano derecha esta apretando palanca de cambios del automóvil fuertemente. Intente preguntarle qué pasaba pero su semblante frio me hiso mantener mi boca cerrada.

Está manejando demasiado rápido. Estoy rezando para que no tengamos ningún accidente. El deja libre la palanca de cambios. Tomo su mano entre las mías. Lo hago para brindarle un poco de seguridad.

-tranquilo rubio, todo estará bien-aprieto su mano en modo de apoyo. Por alguna razón me duele ver al rubio sufrir. De solo pensarlo me da una punzada en mi corazón-todo problema tiene solución-lo miro. Sus brazos están menos tensos, pero su expresión esta igual.

-los problemas...-dice de forma pensante. Mira al frente parando, en un semáforo.

-¿qué paso? ¿Paso algo grave?-apretó su mano de nuevo. El me mira y niega mientras pone en marcha el auto pero ahora con un nivel de velocidad moderado.

Miro como muerde su labio inferior para después mirarme un momento y devolver su vista a la carretera.

-no es tanto un problema-sube la mano que esta enredada con mi mano, la lleva hacia la palanca de cambio, hace un cambio y deja nuestras manos encima de la palanca. Se siente también tener mi mano enredada con la de él, parezco una adolecente pero no puedo evitarlo no sé como describir lo que siento en este momento al tener mi mano así con la de él. Salgo de mis pensamientos al ver que sus carnosos y besables labios se mueven-te explicare mejor para que puedas entender-asiento. Me volteo a mirarlo para que continúe- el que me acaba de llamar es uno de mis primos-asiento nuevamente. El que lo llamo cuando estábamos terminando de besarnos.

Vendido Al DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora