Capítulo 6

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Maraton1/3

-yo lo único que se, es que no sé nada-escribo esa frase en mi cuaderno, intentando llevar el ritmo del dictado del profesor.

Siento como el lado derecho de mi chaqueta empieza a vibrar. Muerdo mi labio, no prestándole atención a aquella pequeña distracción. Miro el reloj que se encuentra dentro del aula, con un aspecto muy peculiar. En forma de de cerebro, se encuentra colocado al frente de los estudiantes. Observo que solo faltan dos minutos para marcharme. Evito rodar los ojos, al sentir la consistente vibración en mi bolsillo.

Desde hace tres días, estoy de la misma manera, molesta por todo, todo me estresa de una manera nada agradable. Y todo desde la discusión que tuve con Asdrúbal. Hasta pensar en su nombre me oprime fuertemente el pecho, pero no de ese sentimiento lindo de hace días atrás, si no de uno muy diferente...un sentimiento que me llena dolor y decepción. Siento como mis ojos se ponen húmedos, y parpadeo varias veces para no ponerme a llorar aquí mismo.

Empiezo a guardar mis cosas al ver que el salón empieza a quedarse vacio. Salgo del aula y me dispongo a caminar, tomada de la mano con mi soledad.

Al salir de la universidad, siento el frio viento característico de octubre. Cruzo los brazos, a raíz del frío y me dedico a caminar hacia la parada de buses.

El último mes ha sido relativamente normal, por un lado, sin embargo, por otro lado, con Asdrúbal nada puede ser normal. Desde aquel día, el día de nuestra "cita" todo fue muy bien, mi Asdrúbal cariñoso, simpático y su característico humor estaba ahí. Llenándome de detalles que me hicieron enamorar más de él. De ese ser maravilloso, que guarda detrás de su imagen física. Un hombre excelente en el deporte que práctica. En este mes ascendió considerablemente en el boxeo legal, ha sido solicitado para varios torneos continuamente. Me invito a varios de esos torneos, gracias a dios hasta ahora va invicto. Unas semanas atrás, todo rastro de ese Asdrúbal desapareció, dejando a un hombre, con mirada fría y calculadora, por momentos, lo veía unos días si otros días no y todo empeoro tres días atrás.

Una brisa muy fuerte me azota haciéndome reaccionar y darme cuenta que el autobús se ha estacionado frente a mí. Espero mi turno tranquilamente. Al entrar me dirijo hacia el final del autobús, ya que adelante no quedaban puestos. Suelto un Suspiro. Pego mí frente al vidrio y cierro por un momento los ojos, luego recuerdo que mi móvil no dejaba de vibrar y lo saco de mi bolsillo. Paso mis pálidos dedos por la pantalla táctil y lo desbloqueo. El único nombre que aparece en pantalla es Anna. Una extraña sensación de decepción se instala en mi pecho, al saber que no es Asdrúbal, pero elimino esos sentimientos rápidamente. Se me escapa una sonrisa al ver el nombre del contacto, el cual la describe muy bien.

Anna camisas raras: Ali, ya llegaron las manzanas y las fresas ¿vendrás a buscarlas? 4:17 PM

Anna camisas raras: Ali mi madre te ha mandado una camisa. 4:18 PM

Anna camisas raras: ¿sabes qué? Es hora de que te vaya a visitar a tu casa. Mándame la dirección y así te llevo las cosas. PD: espero que hagas una de esas comidas tan ricas, que preparas. 4:19 PM

Sonrió. He estado así varios días ya es hora que olvide y me despreocupe por unas horas de algunas personas...

Y con ese pensamiento comienzo a escribirle mi dirección a Anna.

Al terminar de pagar el puesto que ocupe en el autobús, bajo de este y camino hacia el edificio donde se encuentra el apartamento. Al entrar en este, frunzo el seño al mirar que se ha ido la luz. Así que hago a un lado el pensamiento de subir tranquilamente el ascensor, y comienzo a subir las escaleras. Al llegar a mi piso, estoy un poco jadeante, y me digo a mi misma que debería de ponerme hacer un poco de ejercicio. No será hoy, ni mañana, pero algún día lo hare.

Vendido Al DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora