capítulo 7

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Sus manos callosas se encuentran  sobre mi rostro, obligándome estar contra su rostro. Presiona su cuerpo contra el mío, haciendo que suelte un jadeo. Su lengua se desliza hacia la mía, y cuando se tocan, mi cuerpo flaquea haciéndome sostener de sus musculosos brazos. Sigue besándome. Su beso domina mis labios, haciéndome ceder ante él.

Siento esa sensación en mi estomago tan característica en mi, cuando me encuentro con él. En el fondo espero que el sienta lo mismo que yo, porque... el que se enamora pierde.

Doy un respingón, y separo mi rostro de Asdrúbal. Lo tomo más fuerte de sus brazos, pero evito subirme sobre él, al escuchar el ladrido de un perro. Miro como me ve con el ceño fruncido, pero me sostiene firmemente por la cintura.

-¿le tienes miedo a los perros?-pregunta mientras me mira con esos increíbles ojos verdes. Examino su rostro y giro mi rostro, mirando el color crema de la sala.

-un poco-muerdo mi labio y cuando me volteo para observarlo, se encuentra sonriendo, con una de esas sonrisas genuinas, exclusiva de cada persona.

-pues ese es un gran problema cariño-alzo una ceja y me lo quedo mirando esperando a que continúe-ya que te presento a Antón.

Se separa un poco de mi, colocándose a mi izquierda y mostrándome un pitbull blanco con manchas negras. Observo como de una de las orejas sale un poco de sangre, al igual que en unos cuantos rasguños esparcidos alrededor del lomo.

Mis ojos se humedecen y siento como nuevamente lagrimas empiezan a caer sobre mi rostro. ¿Dónde se ha venido a meter este hombre? Primero el me llega golpeado al departamento, y ahora hay ¿un perro herido?

-toma al perro y recuéstalo en el sillón-mi tono sale firme y doy gracias a dios, porque en estos momentos pensé que no sería así.

Cierro la puerta nuevamente con seguro y al terminar me volteo. Y lo que veo hace que mi corazón se estruja de ternura pura. Asdrúbal se encuentra acariciando al perro, mientras parece que le da palabras de aliento. Miro la cara del perro, y parece tan ajeno a la situación, con expresión tranquila sobre el sillón.    

   Creo que Asdrúbal siente que le miro porque voltea y me mira a los ojos. Suspiro, y aparto mi mirada de la de él. Camino rápidamente hacia el closet, que se encuentra al final del pasillo de las habitaciones. Saco de este, el botiquín de primeros auxilios. Me doy la vuelta, y camino de nuevo hacia la sala. Miro a Asdrúbal y miro lo magullado que esta, apretó los puños y me preparo para hablar.  

-ven acá y deja al perro, yo me encargare de el- o eso es lo que trato de creer. Pienso, pero no lo comento.

Observo cómo se levanta del sillón, y se dirige hacia donde me encuentro. Dejo el botín sobre el suelo, y tomo  a Asdrúbal por las manos y lo llevo hasta el pasillo de las habitaciones. Me detengo y lo miro a los ojos, al igual que él lo hace conmigo.

-mira Asdrúbal vamos a conversar seriamente. ¿Entiendes?-le digo seria. El me mira expectante con los ojos entrecerrados.

-sí, vamos a conversar-su vos sale ronca.  El se inclina para besarme pero lo detengo.

-necesito que tomes un baño y  desinfectes las heridas con el jabón que se encuentra sin usar en el estante del baño de mi habitación-él se mira los nudillos maltratados y luego asiente.-en el baño hay toallas, me avisas cuando termines- el me sonríe pícaramente y en ese momento me doy cuenta que hasta estando en esta situación tan anormal, su presencia hace que me sienta más tranquila, al saber que estando junto a mí (literalmente), no se meterá en ningún problema.

Salgo de mis pensamientos, al sentir como me besa repetidamente, cuando ya tengo mi atención en el, deja de hacerlo.

-¿Por qué lo has hecho?-pregunto mientras coloco mis manos sobre su pecho.

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⏰ Última actualización: Dec 18, 2021 ⏰

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