Una tarde de Agosto mi estomago empezó a revolverse. Sentí que era el momento del día en el que tenía que hacer caca. Ya saben, algo normal que toda mujer siente diariamente. Salí corriendo hacia el baño, solo por las dudas de que nada se escape antes de sentir la tapa fría rozando por mis nalgas. Me senté. Luego de estar unos 15 minutos sin que nada salga de su lugar, me di cuenta de que no era caca. Era algo mas. Algo que ni Activia podía controlar. Era mi corazón rebotando fuertemente. Sentí que me hablaba, entonces le dije a mi hermano Sebastián que hiciera silencio para poder escuchar mi corazón. El solo me miro con cara de pena y confusión. "Estoy sufriendo, por favor hablale a Nacho!" Largue un grito al escuchar lo que mi corazón me decía. Seria esa la solución para que mi caca pueda caer sin problemas? Mi mente comenzaba a funcionar, que debía hacer? El no me registraba ni la papada.
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La conversación de mi vida.
RomansaMe repetía a mi misma: "Debes hacerlo! Deber hacerlo!" Este era el momento que había estado esperando durante toda mi vida. El momento que me cambiaría. Y todo comenzó con un simple holaa.
