A veces pienso que mi vida, no fue la vida que pensaba, hay secretos por doquier, aunque no lo parezca pero lo hay, nunca pensé que mi vida era perfecta porque no lo es ni lo será, solo pensé que tenía una vida normal, pero veo que desde que nací no la tengo. Me entero de secretos desde que soy un niño, nunca fui un niño normal, el dolor y el abandono me han perseguido desde tengo memoria.
Camino nuevamente a la casa de Jade para verificar si hay algo nuevo, me adentro a su habitación, mirando a Calvin que se encuentra en una silla viendo la televisión. Al mirarme, apaga el televisor y me mira preocupado.
—Amigo pero ¿Qué te sucedió?— interroga con la cara desfigurada. ¿Será que tengo un rostro pésimo?
—Sucede que mi mundo está lleno de secretos, Calvin— me tumbo en la cama de Jade, que por cierto sigue dormida.
—Pero ¿de qué hablas, hombre?— dice sin entender nada.
—¿Sabías que mis padres no son mis padres?— le digo cabizbajo.
—¿Cómo que no Nick?— me interroga sorprendido.
—Ellos me adoptaron siendo un recién nacido, mi verdadera madre me dejo tirado en el hospital donde nací— le cuento algo que nunca me he abierto a contárselo a nadie, ese tema me destruye y siempre lo ha hecho.
No es nada fácil saber que tu madre, la que se supone que nunca te abandona, la que siempre a pesar de cual sea su situación, te tiene con ella, cuidándote y amándote, la que hace sacrificios por su bebé, pero la mujer que me parió, no hice nada por mí, lo único que hizo fue tirarme como si fuera un juguete que ya no quiere porque le iba a destruir su vida, ya que ella me tuvo en su último año de colegio.
Esa es mi madre, una persona que no me quiso, pero tuve otros padres que si me adoptaron, me criaron y me aman a pesar de todo, a pesar de que no tengo su misma sangre.
—¿Qué?— pregunta atónito.
—Así es amigo. Abbie, mi madre adoptiva, no puede tener hijos o eso es lo que el doctor le ha dicho, por eso mientras tratan de concebir un hijo, me adoptaron. La persona que me hizo tener el accidente por aparecerse cuando pensé que nunca volvería, fue mi madre biológica, Yannel Stone.
»Y ahora cuando fui al hospital, la miro discutiendo con mi padre, ella me hizo mucho daño Calvin, desde el rechazo hasta este accidente. Mi padre le gritaba que no la iba a dejar verme que ya me había hecho suficiente daño pero ella dijo algo que me dejo confundido.
—¿Qué dijo?— arque una ceja.
—Dijo que me ama a como amó a papá, mi padre ni siquiera la conoce, bueno sólo sabe que es mi verdadera madre, pero nada más— le cuento confundido.
—¿Y no le dijo a tu padre algo sobre eso?— me consulta.
—No, salió corriendo como lo hizo cuando me abandono— aprieto la mandíbula.
La aprieto fuerte, la aprieto para no echarme a llorar a como lo hice a los 12 años, cuando me enteré de la verdad, en ese momento me tuve que hacer fuerte para no ser un marica más del mundo, en ese momento mi mundo de niño de vida perfecta cayo y empezó el maldito mujeriego que era, porque si mi madre me traiciono, como una chica no lo iba a hacer, por eso nunca creí en ninguna, solo en Abbie, la única que me crió, por esa razón, jugué con todas la chicas que se cruzaran en el camino, esa era la forma para desquitarme del desprecio de mi madre, despreciándolas a ellas, y aun así después de conocer a Jade, seguí con mi maña porque no la podía tener conmigo desde que la vi por primera vez, aunque la haya mirado y me haya hipnotizado, aunque fue la única chica que comenzó esos extraños sentimientos dentro de mí.
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Mi salvación en la oscuridad. (2º MAVDD)|
Ficção AdolescenteSegunda temporada de Mi ángel vestido de donjuán. Observo su semblante pálido, sus labios poseen cianosis, sus ojos se encuentran cerrados, cuanto daría por mirarlos posados en mis ojos con esa mirada de amor. Acaricio su rostro con las lágrimas a p...