Capitulo 11: Cuando llueve los gatos se esconden.

41 6 1
                                    

Aron:

Todos los planes que tenía para el fin de semana se fueron muy lentamente por el caño cuando el simpático profesor, notase el sarcasmo, nos dejo un trabajo en grupo que teníamos que entregar para el lunes. Lo único bueno de esta situación es que mi grupo era Abril y Castiel quien parecía extrañamente feliz con la situación.

Luego de llegar a casa decidimos merendar antes de empezar, ya para ese entonces se habían formado unas espesas nubes, creo que lo mejor es que por hoy Castiel se quedara a dormir si es que no quería terminar empapado.

-Y ¿De cuál hecho histórico se va a tratar el trabajo?-pregunte mientras hundía la tostadas en el té a lo que Abril iso una mueca.

-No sé, lo que sea está bien ¿no es así?-miro a Abril ella solo se encogió de hombros.

-Son de mucha ayuda.

Luego de terminar, nos sentamos todos en la sala, Abril era la única que no estaba en el sillón ella estaba en el suelo sentada como un indio con su clásico buzo largo que la tapaba por la mitad de los muslos y debajo unos pantaloncitos cortos ya que dentro de la casa estaba caluroso, en cambio fuera estaba que se caía el cielo.

-Aron necesito que me prestes tu auto para ir a hacer unas compras-dijo Elisabeth desde la entrada.

-Sí, las llaves esta hay-señale la mesa junto a la puerta-suerte-la mire por última vez ya que no despegaría la mirada del monitor, no hasta terminar con esta tortura.

Habíamos pasado una hora sin despegarnos de nuestras computadoras, podía notar cómo me dolían los ojos y no era el único.

Después de un rato Abril dejo la portátil sobre la mesa de té y comenzó a jugar con Emma su gata, pero luego comenzó a dar vueltas por la casa como buscando algo, después de unos minutos parecía desesperada.

-¿Qué le sucede?-pregunto el pelirrojo haciéndome desconcentrar.

-Creo que está buscando a Conor, es el gatito de Emma-señale a la gata junto a mi plácidamente durmiendo, después de un rato comencé a verdaderamente preocuparme, Abril estaba desesperada buscándolo-tranquila la última vez que vi a Conor fue cuando...-ella esperaba ansiosa mi respuesta-Elisa abrió la puerta para irse, no creerás que Conor escapo.

Ni siquiera termine la frase y Abril ya había salido como alma que lleva el diablo a buscar a Conor. Estaba lloviendo no había llevado paraguas y yo no tenía mi auto.

-¡Espera Abril!-baje mi mirada cuando note que algo se frotaba contra mis piernas, era la bolita negra de Conor-Conor está aquí-le mostré a Castiel.

-¡Abril!-fue todo lo que pronuncio antes de salir corriendo dando un portazo detrás de él.

Abril:

Tenía que encontrar a Conor no me importaba lo mucho que eso me tardara, comencé a correr dejando el sonido del chapoteo tras de mí, el agua golpeaba violentamente contra los cristales de mis lentes, estos se habían empañado debido al cambio brusco de temperatura que habían sufrido cuando salí de la casa, decidí quitármelos vería mas sin ellos puestos. Tenía el corazón en la boca no podría perdonarme si algo le pasaba a Conor, el y su madre habían sido mis fieles amiguitos durante estos meses.

Había estado casi media hora buscando debajo de aquella intensa lluvia en la que nada se salvaba, recorrí callejón tras callejón y nada, los parques cercanos hasta donde había nacido pero nada, ya me había alejado muchísimo de la casa y no reconocía ya muy bien en donde estaba.

-¡¡Conor, Conor!!-no me importaba si tenía que destrozarme la voz llamándolo.

No pare de llamarlo tenía la esperanza de escuchar al menos un débil maullido que me guiara así el, pero como si lo hubiera tragado la tierra o se lo hubiera llevado el agua desapareció.

Me sentía un poco derrotada y me frene en una esquina, mi cabello estaba todo despeinado y ya de nada me serviría la trenza ya que había perdido mi colín, lo peine como pude con mis manos mientras las lagrimas salían de mis ojos desconsoladas, no podía rendirme aun pero comenzaba a sentir frio y pesadez en las piernas, justo frente de mi había un parque creo que era donde conocí a mi pelirrojo amigo, era extraño que mi objetivo me trajera aquí, comencé a caminar por la vereda rodeando la inmensa plaza, mientras secaba mis lagrimas decepcionada de mi misma y de ni siquiera poder cuidar un gato, la lluvia no me consolaba en nada solo me entristecía mas, el viento me azotaba con fuerza provocando que temblara.

No podía continuar pero tampoco podía dejar a Conor solo en esta tempestad, me detuve en la otra esquina, sabía que a estas alturas no encontraría a Conor además me había alejado demasiado de casa y no creo que el haya llevado tan lejos lo mejor será regresar y volver a revisar.

Había empezado a cruzar la calle, supuse que no vendría ningún vehículo después de todo quien saldría con tremenda lluvia, a mitad de camino pude escuchar un bocinazo y unas luces que se acercaban a toda velocidad, es que acaso hoy era un día para quedarse en casa y nadie me había avisado, no podía reaccionar mi cuerpo estaba paralizado, todo se volvió lento en ese momento podía ver como el vehículo se acercaba lentamente hasta casi tocarme.

No sé lo que había pasado solo sé que estaba completa, tirada en el suelo y llena de barro pero completa, unos brazos me rodeaban por la cintura con mucha fuerza, al voltearme me encontré con el rostro de el pelirrojo que poseía los ojos cerrados.

-¡¡O por dios estas bien no te paso nada!!-me giro poniéndonos frente a frente y me abrazo con una fuerza abominable-¡Es que acaso estás loca como es que no te moviste podrías haber muerto, no sabes lo mucho que habría sufrido si te hubiera pasado algo, si hubieras muerto sin saber lo que siento por ti!-"sufrido", "sentir" es que acaso el.

-Castiel ¿qué es lo que siente por mi?-mi voz sonaba débil y frágil pero era por gritar demasiado y el frio golpe de la lluvia en el pavimento no me ayudaba demasiado.

Sus mejillas estaban húmedas con algo más que lluvia, aunque la sustancia de sus ojos se mesclara con el agua de lluvia no perdía su esencia principal, su cuerpo no se movió con lentitud como la ultima vez, esta vez lo iso con una profunda necesidad. Sus labios se unieron a los míos con pasión, con lujuria, con amor, aunque no era nada suave, era profundo, único lo mejor que mi cuerpo había experimentado, lo finalizo mordiendo suavemente mi labio inferior, sus ojos no se despegaban de los míos, era como si necesitara de ellos para poder vivir como el oxigeno que respiraba.

-Te quiero, mas que cualquier cosa en este mundo, tu eres la música que recorre cada rincón de mi ser, eres lo que mueve mi corazón, lo que hace que esté vivo-no había más que amor en su mirada, no pude evitar que mis ojos se llenaran de lagrimas de nuevo-te amo.

Estaba a punto de morir de felicidad, solo quería lanzarme a sus brazos y descansar para siempre en ellos.

-Te amo Castiel, te amo hoy y para siempre-una sonrisa se había formado en el rostro de ambos.

-Tienes los ojos y la sonrisa más hermosa del mundo.

Tomando de mis mejillas me acerco lentamente a él, otro beso perfecto, esta vez más intenso que el anterior, mordiendo mi labio me pidió permiso para entrar en mi boca, su lengua jugaba con la mía tomando el control pero eso no me importaba porque desde el momento en que le confesé mis sentimiento había comenzado a ser suya desde hoy y para siempre.





Estoy tan emocionada que no me importa si en este momento me cae una bomba en la cabeza.



Los amo, los amo, los amo a todos...



Yukigarcia...

Amo tus tristes ojos color tormenta. (Castiel y Abril)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora