A la mañana siguiente me desperté con una enorme sonrisa, claro que por lo que pasó anoche. Revisé la hora, aún faltaba una hora para las siete, había tiempo de sobra. Me metí al baño entre saltitos y me metí a la ducha. Me puse unos pantalones de color turquesa y una blusa blanca larga. Me puse unos zapatos de color gris. Cuando salí, Destiny ya estaba entrando al baño, medio dormida. Trencé mi largo cabello y recogí mi flequillo con un lindo gancho con una flor blanca.
Destiny ya tenía unos jeans ajustados puesto y una blusa color coral.
—Te espero abajo—le dije a la vez que tomaba mi bolso y me lo ponía al hombro.
Dejé el bolso encima del sofá y fui a la cocina, ahí estaba mamá, terminando de preparar panqueques en cantidad industrial.
—¿Puedes terminar aquí? Tengo que irme—preguntó sin girarse.
—Claro.
—Gracias, adiós Den—me dio un beso en la cabeza y se fue tomando su bolso de encima de la encimera.
—¿Qué es lo que huele delicioso?—preguntó una voz masculina detrás de mí.
—¿Qué haces despierto a esta hora Harry?—le pregunté.
—El desayuno es mejor caliente, puedo seguir durmiendo después—dijo mientras agarraba un panqueque y comenzaba a comérselo.
—Espera a los demás…—le dije pegándole en la mano.
—Tendrás que cuidarte si viene Niall, porque se comería todo eso él solo—dijo riendo, mientras salía de la cocina.
Había sacado el último panqueque y lo había puesto en el plato con todos los demás. Lo llevé a la mesa y puse seis platos, por si Destiny quería. Puse el jugo junto los platos y fui a buscar los vasos. Eran muchos vasos, por lo que tenía problema, a medio camino casi caigo con todo y vasos.
—Ven, te ayudo—dijo mi rubio amigo tomando varios vasos.
—Gracias—le sonreí. Me acerqué para saludarle con un beso en la mejilla.—¡Destiny!
—Ya voy, no grites—dijo bajando las escaleras.—Hola Niall—ella se acercó a él y le dio un beso en la mejilla como saludo.
—¿Vas a comer o nos vamos?—le pregunté.
—No tengo hambre, comeremos algo en el instituto—dijo ya saliendo de la casa con las llaves de su auto.
—Adiós Den—se despidió con la cama.
—¡Harry! ¡Ven antes de que Niall se coma todo!—grité en el pasillo, el rubio rió.—Adiós Niall.
—No quiero estudiar matemáticas—dijo Destiny quejándose, mientras entrábamos a la casa.
—Fácil, no estudies—dije encogiéndome de hombros.
—Para ti es fácil porque ni siquiera tienes que estudiar—dijo entre dientes.
—Porque yo sí presto atención a la clase, en vez de estar babeando por Josh—dije en una voz melosa.
—Cállate—se ruborizó—. Tú no puedes hablar, he visto cómo miras a Horan.
—¿Y…?—dije girando el rostro para que no viera mi rostro sonrojado. Iba a subir las escaleras, pero vi que Destiny se sentaba en el mueble, subía los pies a la mesa y sacaba su computadora portátil—¿No subes?
—Me quedaré estudiando aquí.
—Cualquier cosa Liam te ayudará, ¿verdad Liam?—dije en voz muy alta.