—¡Niall!—lo llamé tan pronto entré a la casa ajetreada, el calor era horrible y tenía miles de cosas que hacer y encima, estudiar, y mi rubio amigo no aparecía por ningún lado. Miré la hora, el reloj hacía su típico tic—tac marcando las dos de la tarde.—¡Niall!—volví a llamar.
—¿Qué pasa? ¿Se te ha perdido tu esposo?—se burló Zayn que estaba sentado en el sofá mirando algo en su laptop con sus audífonos puestos.
—Ha ha, qué gracioso—dije bajando la pantalla de la computadora a propósito.—¿Dónde está Niall?
—¿Para qué lo quieres?—preguntó.
—Necesito que me ayude a llevar unas cajas a la escuela… pero ya que estás aquí haciendo nada…—le miré alzando las cejas mientras sonreía.
—¡Niall!—lo llamó él también.
—Vaya Zayn, qué amigo me gasto—dije cruzándome de brazos.
—¿Qué sucede en esta casa?—dijo Niall saliendo de la cocina, mientras bebía un vaso de agua.
—Necesito tu ayuda—dije mientras tomaba el vaso de entre su mano y bebía toda el agua, luego le entregué el vaso de nuevo.
—¿Qué sucede?—preguntó pasándole el vaso a Zayn.
—Te pedí que me buscaras agua—se quejó el moreno.
—Dile a ella, no fui yo quién se bebió tu agua…—dijo sin prestarle mucha atención.
—Ven—lo tomé del brazo y lo arrastré conmigo hasta el garaje.—Necesito que me ayudes a llevar estas cajas a mi auto y luego al gimnasio—dije sacando una goma para el cabello de mi bolso y amarrando mi cabello en una coleta alta. Niall se quedó mirándome mientras hacía eso.—¿Qué?
—Me gusta más suelto—me ruboricé completamente.
—Hace mucho calor, como podrás ver—dije sonriendo.
Cargamos las cajas hasta el asiento trasero y nos subimos al auto. Cantábamos con las canciones que pasaban en la radio, claro, cuando Niall se decidía por poner una de las tantas emisoras o hablábamos de todo, y a la vez de nada.
—Ven, hagamos esto rápido para que nadie te vea—dije cargando una caja. El me miró arqueando la ceja.—Hablo de las fans, pervertido—me reí mientras cerraba el auto y nos dirigíamos al gimnasio.
—No me has dicho para qué es todo esto—dijo unos minutos después de caminar por los pasillos.
—Destiny y yo nos unimos al comité de decoración a principio de año. Tenemos un baile anual al terminar los exámenes…
—Creí que hacían uno de bienvenida…
—Pues sí, también ese—le sonreí, indicándole con la barbilla la puerta del gimnasio—. El punto es que el baile de Blanco y Negro tiene que estar espectacular al ser nuestro último año, y estamos bastante atareadas.
—¿Sólo para estudiantes?
—No, este año se puede invitar a quien sea—dije ahora poniéndome nerviosa.
—¿Y… tienes pareja?—preguntó tratando de parecer casual, mientras dejaba las cajas en el suelo, junto a las que había dejado.
—Sí—murmuré, poniéndome frente a él.
—¿Quién es? Espero que no será un estúpido patán aprovechador…—comenzó a decir entrecerrando los ojos y apuntándome con un dedo amenazadoramente.
—Es un buen chico. Se llama Logan, es un buen chico, descuida Horan, nadie te va a reemplazar—dije abrazándole brevemente.
Las paredes ya estaban forradas de cortinas negras y blancas y comenzaban a colgar las guirnaldas de brillantinas de color plateado y negro. Dos chicos comenzaban a colgar el gran cartel en la entrada, que rezaba con grandes letras de color negro “BAILE DE BLANCO Y NEGRO”.