—¿Qué hago?—pregunté nerviosa, mirando el teléfono en mi mano.
—Háblale—dijo Destiny.—¡No! ¡No le respondas! Mejor lo haces…
—¿Por qué no le contestarías?—preguntó Elena confusa.
—Sí, háblale—la apoyó Des—. No, mejor no—rodé los ojos.
Ellas comenzaron a hablar al mismo tiempo. Cheryl gritaba algo como “Party hard! All day, all night”, mientras agitaba los brazos cual demente, mientras que las otras tres chicas solamente discutían entre ellas sobre lo que yo debería hacer. En otra ocasión la escena me hubiese parecido muy graciosa, pero ahora me era frustrante. Así que bajo la presión del momento, presioné el botón rojo. Dejé el celular de lado, sintiéndome mal, muy mal. Los cuatro pares de ojos se dirigieron hacia mí.
—¿Puedes explicar que está pasando? Creí que eran mejores amigos—dijo Lia confusa.
Nunca había compartido mucho con Elena o con Lianne, pero parece que por las circunstancias de encontrarnos juntas en esta oportunidad, nos hemos dado la oportunidad de convivir y de ser buenas amigas.
Expliqué todo. Cómo me sentía, lo mucho que me lastimaba cuando Niall decía que solamente éramos mejores amigos, y por último, la noticia que había leído hace un par de semanas. Jillian.
—No puedo creerlo…—dijo Cheryl, que ahora estaba callada, prestando atención.
—Me sorprendió bastante—murmuró Des—. Tú le gustabas, se notaba. Todos lo sabíamos, menos ustedes. No puede ser que tenga una novia de un día para otro si a ti te decía que nadie lo iba a querer… Maldito irlandés… lo voy a picar en pedacitos y a venderlo s por eBay, segurito y me hago millonaria—mi hermana tenía ese brillo macabro en la mirada.
—¿Te han tirado por una ventana alguna vez?—Lianne hizo la misma pregunta de hace rato, pero ahora hacia mi hermana.
—Eh… no.
—¿Por qué preguntas eso? No viene al caso—dijo Elena mirándola como si Lia estuviese loca.
—Y así hablan de que soy rara…—murmuró Cheryl.
—Estás peor que Cheryl… y eso es mucho decir—volvió a atacar Elena.
—¡Estoy aquí!—las tres comenzaron a discutir, por lo que no se dieron cuenta cuando me levanté de la cama y fui hacia la ventana, que estaba entreabierta.
—¿Estás bien?—preguntó Destiny, detrás de mí.
—Lo estaré… lo estaré…—lo repetí, tratando de convencerme a mí misma.
—Sé que lo estarás, con o sin él—pasó su brazo por mis hombros y miramos hacia algún punto muerto en el cielo, sintiendo la brisa remover nuestros cabellos.
Miré nuevamente hacia el interior de la habitación. Destiny dormía en su cama junto a Elena, en una incómoda posición. Cheryl y Lianne hacían lo mismo en mi cama, pero cada una con medio cuerpo afuera, amenazando con caer en cualquier momento. Salí con mi teléfono en la mano.
Eran apenas las nueve y media de la mañana. Había estudiantes que recién llegaban de sus vacaciones y andaban con sus maletas en mano de aquí para allá. Había algunos otros debajo de la sombra de un árbol, leyendo, dibujando, otros hablando. Imaginé que la mayoría de los estudiantes que se quedaban a vivir en las residencias universitarias estarían durmiendo, aprovechando al máximo las últimas horas de gloria que les quedaban antes de comenzar las clases al día siguiente.
En mi mente le daba vueltas al asunto de Niall. ¿Por qué me habría llamado? ¿Qué me quería decir? ¿Qué tenía novia? ¿Qué quería que la conociera? Dejé de pensar en eso cuando choqué con alguien.