El estaba transpirado, todo su cuerpo empapado en frío sudor.
Ella lavó su cuerpo, y al hacerlo limpió su alma, cambió sus ropas, estaba acostumbrada por el trabajo en el hospital, él era tan dócil así dormido por las pociones, cambió las sábanas, todo sin que se diera cuenta, le dio más pociones, vigorizantes y relajantes, era necesario que su cuerpo se recuperara, se sentó a su lado, leyó el famoso pergamino, otra vez, que bien que dibujaba.
Ahora tenía pruebas, no se le escaparía, cuando le dijera algo ella sacaría el pergamino para que aceptara estar a su lado y si tuviera que dárselo "Al Profeta" lo haría, sintió tanto miedo a perderle que no se permitiría pasar un segundo lejos de él.
Se tomó un caldo, se sentó en la cama, "¿cómo se sentiría dormir a su lado?, éste hoy ya no despierta", pensó con picardía, se acomodó un poco mejor, se descalzó con los pies, se tapó con el edredón que cubría la gran cama de Draco, le dio un beso en la frente, la tentación fue mucha y rozó aquellos labios que deseaba, casi no se movieron, se acomodó en el hueco que dejaban sus brazos, se pasó uno por encima de ella para sentirse abrazada, hacía mucho no dormía acompañada y se durmió, y su cuerpo descansó como en años no hacía, durante la noche Draco sintió el calor de su cuerpo, y se reconfortó tanto que la abrazó más, soñando como tantas veces que ella lo amaba.
Llegó la mañana y con ella, Scorp y Lily aparecieron en la casa de Draco, fueron en silencio hasta la habitación, tomados de la mano más por miedo que por cualquier otra cosa, abrieron, miraron, se miraron, y cerraron despacito, fueron a la cocina a preparar algo para que al despertar no tuvieran que cocinarse, si amanecían así, la noche tuvo que estar muy interesante. Ellos reían como niños traviesos, Scorp miraba a Lily y ella lo miraba él, y volvían a reír, a besarse y reír.
"Esperamos que con este desayuno puedan recuperar energías después de una noche tan agitada, queridos Tórtolos. Sus Lily y Scorp"
Así rezaba la nota que dejaron en la mesa de la cocina comedor. Se fueron a su casa a repasar en su mente lo que habrían hecho esos dos orgullosos gruñones, y tal vez lo probarían también.
El sol empezó a acariciar sus cuerpos, Draco fue el primero en despertar, la vio junto a él, la abrazó más, ella emitió un quejido breve, él no lo notó, este tipo de sueños le pasaban poco, ya no la veía tanto así que su mente no la recordaba tan bien cómo quisiera, así que si estaba en un sueño de esos bien vívidos, no iba a desaprovechar la oportunidad. Se aferró a la cintura de la castaña, acarició su melena, mucho menos salvaje que la adolescencia, besó su cabello, sus hombros, y se durmió otra vez.
Ella sintió los besos y las caricias, y todo se detuvo, mientras escuchaba la respiración del rubio que comenzaba a hacerse fuerte otra vez, supo que se había dormido, despacio se levantó se calzó, y decidió sentarse cerca de la ventana a mirarlo y admirarlo.
Al rato comenzó a moverse, ya no sentía esa calidez que lo llevó al mundo de sus fantasías, se despertó, abrió sus ojos y la vio sentada frente a la ventana, creyó que en realidad había muerto y ella que ya estaba muerta lo venía a buscar.
_¿Viniste por mí?_ Le dijo con voz melancólica.
_Sí._ Hacía tanto que no hablaban, casi veinte años, mirarse era otra cosa.
_Siempre dudé quien vendría a buscarme cuando muriera, y saber que viniste tú me hace feliz aunque sea en la muerte he sido feliz.
_¡Serás engreído!.
_Viniste por mí, soy feliz, que remedio tiene ahora que los dos hemos muerto que oculte lo que siento por ti. _dijo sentándose en la cama esperando...¿flotar hacia ella?
Ella no supo que hizo mal, algo no estaba bien, le estaría tomando el pelo, algo anda mal.
_Te ríes de mí_ dijo parándose y acercándose lentamente.
_Cómo reírme si estoy muerto, y tu viniste por mi.
_Draco.
_Mmmmmm_ saboreó su nombre dicho por esa boca que anhelaba besar.
_¿mm, qué?
_Siempre quise saber cómo sonaría mi nombre en tus labios, y se oye en el cielo. Gracias Hermione (devolviéndole el cumplido de llamarlo por el nombre) siempre te amé y antes que nada perdón, por mi cobardía, perdón por mi falta de educación, perdón por esperar el momento que nunca llegó.
_Estás perdonado desde los diecisiete, más o menos, pero espero que nada de lo que dijiste cambie, cuando yo te diga algo que debo decirte.
_¿Qué podrías decirme que cambie lo que siento por ti?; ¿Crees que podríamos besarnos antes de abandonar la casa?_ decía con cara de perrito mojado.
_Claro, mi amor, todas las veces que quieras, siempre, no te dejaré apartarte de mi. Pero tengo que decirte algo, antes de que cambies de opinión, aunque pensándolo bien, y temiendo tu respuesta luego, preferiría lo del beso antes, solo por si acaso. _Dijo ella siguiendo un juego que no tenía claro si era juego o no, pero ya estaban las cartas en la mesa y ahora no iba a perder la oportunidad. Él parecía no comprender del todo ni lo que pasaba, ni lo que sucedía, pero no mostró enojo al escucharla así que ella tomó la iniciativa venciendo todas y cada una de sus dudas. Se acercó y puso sus manos en el pecho de él, jugueteando con los botones del pijama que ella misma puso en ese cuerpo.
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Amor en Otoño
Fiksi PenggemarLos personajes son J.K. Rolling, y transcurre en el mundo mágico. Lo que no se reconozca es mío, así como la historia. Espero que la disfruten, es la historia de un amor maduro contada por unos adolescente de diecisiete años nietos de Draco Malfoy B...