Hechizados (The Puppeteer x TN)

11° Cap."Las aprendices de hechicera"

(Cordelia en múltimedia)

Narra omnisciente

2 días, dos miserables días habían transcurrido desde que desató aquel infierno en lo que fue antes su hogar, una estúpida aldea de unos pobres campesinos buenos para nada, Cordelia se auto-regaño internamente, gastar tanto poder para nada, aunque una pequeña parte de ella estaba satisfecha al utilizarlo para deshacerse de su ya molesto marido y el estúpido amante que escogió, quien resulto ser completamente aburrido a sus ojos, después de todo, para los demonios, los humanos no son más que juguetes fáciles de manipular. Si, se encontraba débil, desganada ante la falta de alimento, su "alimento", pasar mucho tiempo en el mundo terrenal sin consumir una sola alma era un verdadero calvario.

No obstante, se había topado con una verdadera sorpresa, cosa que podría considerar el premio mayor, seguía en el mismo lugar, lo sabía, no debería desperdiciar una oportunidad de oro como esa, por eso mismo regreso a las ruinas de lo que alguna vez fue un sucio pueblo, ahora solo escombros y ceniza. Camina a paso lento, sin prisa, después de todo ha estado vagando por el mundo desde hace unas cuantas décadas de la misma forma. Suspiro frustrada al no encontrar a la mocosa de ojos azules, supuso que aún seguía con vida, desde luego, aquellos dos seres que evitaron su muerte eran los responsables de que su plan haya fracasado. Se juró que esta vez no fallaría y conseguirá su tan anhelado objetivo.

La inmortalidad.

Narra Hanna

Después de probarme casi toda la ropa de las chicas que se presentaron conmigo hace más de 20 minutos, acabo vistiendo una camiseta sencilla blanca de manga larga y una falda negra demasiado corta para mi gusto, si el señor Burton siguiera vivo y me hubiera visto de esta manera de seguro le hubiera provocado un infarto, lo único que conservo intacto luego del incidente son mis zapatos negros cerrados, los cuales desentonan por completo con lo que llevo debido al diseño de estos. No me quejo, mentalmente agradezco tener ropa limpia encima aunque me lamento que la tela no sea lo suficientemente larga para cubrirme las piernas.

Por lo que entiendo hay más personas viviendo en el lugar. Basándome en las indicaciones que me dio Dina la última vez que me llevo las prendas, todo lo que tenía que hacer era doblar a la izquierda en el pasillo, bajar las escaleras, pasar de largo la sala  y a unos escasos metros de los muebles llegaría al arco de la entrada del comedor. Sin dificultad logro mi objetivo, vacilo entre entrar o no debido a mi timidez, sin querer retrocedo unos cuantos pasos hasta chocar con alguien. Contengo la respiración horrorizada sin la intención de darme la vuelta. 

-¿No piensas entrar?-Me permito respirar al escuchar aquella voz femenina.

Titubeo aún sin dar la cara, avergonzada por mi comportamiento infantil.

-No tengas miedo, nadie te hará nada mientras este aquí. Yo te cuidaré, si tu me lo permites.-Agregó.

-¿Q...Qu...Quién eres?-Medio tartamudeo.

Ella suelta una risa y sin avisar acaricia mi cabeza revolviendo apenas mis cabellos, casi de forma maternal.

-Vamos, entra, lo sabrás una vez que conozcas a los demás.

Asiento y hago caso a sus palabras, no avanzo ni tres pasos cuando tengo frente a mi al árbol parlante, el cual logro definir ahora como un hombre ya observándolo detenidamente de cerca.

Él suspira aliviado.-Que bien que ya has bajado, los chicos no paran de bramar por el desayuno. Oh, señorita-Me habla a mí, al parecer percatándose de mi presencia-pensaba que seguía inconsciente. Lamento que los chicos la hayan agredido, usted debe entenderlo, están en esa edad en la que no los puedes controlar.

-Deberías domesticarlos, Slender.

-Una temporada contigo no les vendría mal, Ethno.

-Quizás no. Entremos.-Dijo la mujer pasando delante mío y del hombre, permitiendo que pueda observar su rostro con facciones algo serías y delicadas sin caer en lo frágil y su cabellera corta como la de los chicos.

-Las damas primero.-La voz de Slender hace que reaccione y entro al comedor. Me quedo inmóvil nuevamente al ver los ojos de todos posados en mi, todas tan diferentes, extraños e incluso insanos.-Bien chicos, todos tranquilos, como algunos ya saben y para los que no, ella es Hanna y estará con nosotros por un tiempo indefinido. Comencemos con las presentaciones, yo soy Slenderman, el dueño del bosque y la mansión, chicos continúen.

-Soy Ben Drowned, hola.-Habló primero un chico rubio y de traje verde.

-Eyeless Jack.-Continuó un enmascarado de negro.

-Laughing Jack.-Dice un mimo mostrando una sonrisa algo escalofriante.

-Masky, Hoody y Toby.-Se presentan tres chicos al mismo tiempo.

-Bloody Painter.-Susurra de forma casi audible un ojiazul.

- The Puppeteer.-Pronuncia indiferente el hombre de los ojos dorados.

-Jeff the killer.-Me lanza una mirada asesina.

-Judge Angels.-Dina me regala una sonrisa.

-Jane the killer.-Miro de reojo a Jeff y me invade la curiosidad al escuchar la similitud de sus nombres o, ¿pseudónimos?

-Sally.-Dice alegre la más pequeña.

-Nina the killer.

-Zero.-Ensancha una sonrisa que logra intimidarme.

-Bien, supongo que ahora seguimos nosotras.-Dijo Ethno.-Chicas, preséntense de la forma adecuada.

En un abrir y cerrar de ojos, aparecen otras chicas, las cuales, estoy seguro que no estaban hace unos momentos. Se ven agradables y de inmediato siento una extraña conexión con ellas.

-Coraline, 15 años, un placer.-Inició una castaña.

-Cupid Darkness, 17 años.-Sonrió mostrando unos dientes verdaderamente afilados.

-Tears of Blood, puedes llamarme Trisha, espero que nos llevemos bien.

-Ester Forever, 17 años.-Continuó una pelinegra cruzada de brazos.

-Soy Coraline Reddmon, tengo 17 años y es un gusto conocerte.-La chica de ojos grises acomodo sus cabellos plateados detrás de su oreja.

-Bueno,-Habló una chica muy alta.-yo soy Jasmine Darkgnol, la mayor.

-Excelente chicas.-Sonrió Ethno satisfecha, Jeff murmuró algo por lo bajo pero fue ignorado por todos.-Yo soy Ethno, la maestra de todas ellas. y de ahora en adelante, la tuya también.

-¿Profesora? ¿De qué? ¿Matemáticas?-Cuestioné algo confundida. Laughing Jack soltó una estruendosa carcajada al escuchar mis palabras.

La mayor negó totalmente seria y se limitó a contestarme con algo que me dejó aún más desorientada.

-De hechicería.