Lobos... Embry y Ariadna

Capitulo 9

El sol se encontraba en lo alto del cielo, los rayos del sol entraban por la ventana y Charlie Swan se encontraba en su despacho repasando los archivos de los últimos asesinatos en el bosque. Algo no cuadraba, se habían encontrado huellas de humano y de animal al lado de los cuerpos. Las huellas de animal correspondían a perros o a lobos, pero tenían un tamaño demasiado grande. El jefe de policía se encontraba bastante frustrado, nunca se había encontrado con un caso tan complicado desde el asesinato de una familia entera.

-Jefe Swan-dijo el agente Collin-ha habido otro ataque, cerca de la reserva Makah. Charlie dio un suspiro y respondió-dame un minuto, llamare a mi hija para avisarla de que no comeré en casa.

-Claro jefe -dijo cortésmente-le espero en el coche. Charlie busco su teléfono móvil por la mesa, una tarea un poco difícil ya que la tenía llena de papeles.

-¿sí?-dijo la voz de Bella-¿ocurre algo papa?

-Ha habido otro ataque, cerca de la reserva Makah, no iré a comer solo quería avisarte cielo. No salgas de casa.

-Tranquilo papa, si salgo estaré con Jacob-dijo consternada, así que Victoria estaba alejándose de Forks.

-No te separes de Jake, hasta luego Bella.

-Hasta luego papa.

Bella colgó el teléfono, se encontraba realmente asustada ¿estaría teniendo resultado las continuas salidas de los licántropos? Estaba muy confundida, pensar en Victoria le daba escalofríos, decidió ir a La Push en seguida, esta vez se quedaría paseando por la playa, se había pasado mucho tiempo en casa de Jacob, le estaba dando la sensación de que se estaba convirtiendo en una carga para Billy.

Ariadna por su parte estaba tumbada en el sofá mirando la lámpara de araña, estaba muy aburrida. Ni siquiera tenía la compañía de su hermano, últimamente salía mucho. Así llevaba tres largos días. Tampoco podía ver la televisión porque no encontraba ningún programa que le gustase, se pasaba el día viendo series en internet. Quería ver a Seth pero se tenía que conformar con hablar con él ya que seguía castigado. Eran escasos los momentos en los que podían hablar ya que el chico se pasaba mucho tiempo trabajando, ayudando a su padre. No supo porque pero comenzó a pensar en Embry ¿Qué estaría haciendo? ¿Y si lo llamaba para pasar la tarde juntos? El timbre del teléfono hizo que la chica despertara de sus pensamientos.

-¿sí?-pregunto la chica.

-Ari celo, soy mama-sonó la voz de Carmen.

-¡Mama!-exclamo la niña-¿Cómo estás?-estaba muy feliz al oír la voz de su madre.

-Bien...-dijo con voz triste-¿Cómo estás tú? ¿Cómo esta Diego? ¿Tu tío? Bueno, dime como están todos por allí.

-Bien mami, todos están bien, te echamos mucho de menos la verdad.

-He comprado un billete para la semana que viene-dijo Carmen-la semana que viene estaré allí cielo.

-¡Eso es genial mama!-exclamo la chica-estoy ansiosa de verte.

-Y yo a vosotros, por cierto Ari, tengo que dejarte, ha parido una loba y me necesita, dale besos a todos de mi parte y enviarme más correos. Os quiero.

-Te quiero mama-dijo para despedirse.

A pesar de que eran fuertes y tenían una gran resistencia todos tenían las patas agarrotadas de perseguir a Victoria, la pelirroja era realmente rápida. Todos estaban en fila esperando órdenes de Sam. El líder de la manada estaba frustrado, sabía que tenía que dejarlos descansar prácticamente llevaban tres días corriendo sin tregua alguna.

-Podéis iros a casa-pensó Sam-os avisaré para la próxima guardia, estad alerta. Sam salió de fase y se marchó caminando. Cada uno de los lobos se dirigió hacia su casa, estaban decepcionados, llevaban tres días persiguiendo rastros sin descanso y no habían conseguido atraparla. Diego también salió de fase, estaban al lado de Forks por lo que se podía volver caminando. Embry llegó a casa suplicando en su mente para que su madre no se encontrara en casa, por suerte fue así. Cuando entró en su habitación inconscientemente miró su teléfono móvil por si tenía algún mensaje de Ariadna, cuando lo cogió vio que no tenía ninguno, tiró e teléfono al suelo decepcionado.