Capítulo 16

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Seth estaba mirando al bosque. Sentía una inmensa necesidad de entrar en fase a causa de que Sam lo había ordenado pero no podía. No podía hacerlo por amistad. Tenía en la mente a Ariadna. Tenía en su mente como la desvirgo y como la noche pasada casi se vuelve a acostar con ella. Si entraba en fase toda la manada lo sabría y eso no sería nada bueno. El sonido de su teléfono lo hizo despertar de sus ensoñaciones-¿sí?-pregunto sin desviar la mirada del bosque.

-Seth-era Alba estaba muy nerviosa-dime que no tienes que entrar en fase.-sentía que se le saldría el corazón por la boca a causa de los nervios.

-Tengo que entrar en fase pero no lo he hecho.-informo el pequeño de los Clearwater.

-Te debo la vida.-suspiró, se cayó al suelo a causa del alivio que sintió.

-La vida no, pero si un gran favor. También lo hago por mí, si entro en fase creo que Embry me matara. O quizás Diego....-lo meditó por unos momentos- Los dos-dijo finalmente.

-¿Vas a meterte en problemas con Sam?-pregunto Ariadna preocupada por su amigo.

-Probablemente pero si entro en fase tendré más problemas.-contestó Seth pensando en lo que se le avecinaba, escuchó otro aullido, lo estaban llamando.

-Gracias, eres un amigo.-susurró la chica.

-Ya-dijo de forma cortante, le reventaba que lo llamará para asegurarse de que no iba a entrar en fase.

-Bueno...-no sabía que decir.

-Ari, no entrare en fase-tras decir eso colgó. Suspiró tres veces y se metió en la cama. Fingiría que se quedó dormido. La bronca de Sam sería tremenda pero no podía hacer otra cosa. Ariadna se quedó pensativa en el suelo. Unos minutos antes Embry se había marchado al bosque pero antes de eso había aceptado salir con él al día siguiente. Deseó que aquello no fuera un error.

La señora Call estaba haciendo la cena cuando escucho que su hijo entraba en la casa. La mujer suspiró como de costumbre no tenía ni idea de donde había estado -Embry-dijo con voz pesada-¿de dónde vienes?-Embry apareció unos segundos después en la cocina-Hola mama-la saludo alegre.

-Otra vez medio desnudo-acuso a su hijo evaluándolo con la mirada-no sé porque me sorprende, pero de verdad desisto ¡no tienes remedio!

-Mama por favor, no tengo ganas de discutir contigo-dijo tranquilamente, estaba de muy buen humor. La mujer se cruzó de brazos y no pudo evitar sonreír al ver a su hijo, llevaba tiempo sin ver al chico alegre que ella había criado-te noto bastante contento-comento mientras seguía sazonando la carne.

-¿eso es malo?-pregunto mientras cogía un trozo de pastel de carde de la nevera y se sentaba en frente de su madre-pensé que te gustaría verme feliz-dijo fingiendo molestia.

-Ja ja -se rio unos segundos-me encanta que lo estés, ¿a qué se debe tanta felicidad?-pregunto enarcando una ceja-¿alguna chica? La que se llama...Ariadna ¿verdad?-dijo sonriendo. Embry dio el último bocado al trozo de pastel que le quedaba antes de responder, quería tomarse su tiempo-sí, es por ella-contesto con cierta timidez-mañana hemos quedado. La mujer sonrió y fue a su bolso-toma-dijo sacando unos billetes de su monedero-invítala a cenar a un sitio elegante.

-¡Mama!-protesto Embry-tengo mi propio dinero, no me des nada, lo necesitas-dijo de mal humor, no andaban demasiado bien de dinero.

-Por favor hijo-pidió su madre-acéptalo.

-Mama ya te he dicho que tengo mi propio dinero-repitió con paciencia-gracias pero no lo aceptare.-con esas palabras cerró la discusión.

-Está bien...tened cuidado ya sabes los asesinatos que han ocurrido, cuídala bien-dijo mirando la reacción de su hijo.

Lobos... Embry y AriadnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora