La traición: Parte 1/2

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»No comprendo por qué lo dices, pero ya no importa.« exclamó Noiz con su tono pasivo.
Koujaku quedó petrificado por las palabras que se habían escapado de su boca anteriormente.
»Procederé a dar comentarios acerca de los descubrimientos que hice recientemente.« replicó Koujaku. Entonces comenzó enumerándolos a cada uno de ellos »Primero: encontré un cuchillo desarmado. Por lo que pude ver, estaba falto de su parte superior, es decir, la que contiene el filo. Segundo: entre investigaciones pude notar que, en el suelo, cerca del lugar del homicidio, había un cabello color azul en la parte izquierda, cerca de la puerta.« Koujaku comenzó a pensar sobre sus palabras {No debí hablar tanto. Él se molestará mucho conmigo sí no hago bien este trabajo.}
»Suena a una cantidad de información muy buena y muy bien hecha. En base a ello, ¿Has podido descubrir quién ha sido?« preguntó Noiz.
El joven de cabellos oscuros dudó, pero rápidamente formuló una respuesta:
»No pude hallar nada. Se debe a que la hebra era falsa al igual que la sangre.«
Noiz tenía una mirada completamente seria y calculadora.
»Bien, ya que dices que los objetos encontrados no son de utilidad, imagino que hallaste algo más útil.« soltó Noiz inesperadamente.
»Investigué con todo uso de razón, coherencia y conocimiento a mi alcance.« respondió Koujaku.
»Entonces tú no sirves para ser detective.«
El hombre de cabellos negros se vio ofendido, entonces intentó hablar en defensa propia.
»¿Por qué dices eso? ¿Acaso tienes alguna prueba que yo no?« indagó Koujaku desafiante.
De repente, Noiz levantó muy lentamente un objeto que tenía en su mano y Koujaku quedó sin argumento, y más: sin palabra. Había levantado unos auriculares rosados y completamente repletos de sangre seca.
»¿De dónde has sacado eso?« preguntó galimático el joven de ojos rojos.
Noiz explicó que lo encontró tirado muy cerca del cadáver, y que no estaba muy seguro, pero creía que eran los audífonos de Aoba Seragaki.
»¡Estás en un error, un gravísimo error!« gritó Koujaku.
»No eleves el tono de voz.« exclamó Noiz con toda calma.
»Sólo necesito saber algo...« dijo Koujaku »¿Has jugado Rhyme alguna vez en tu vida?« lo miraba ansioso por oír la respuesta.
»De hecho...« comenzó a hacer lo de siempre, medir sus palabras »No, jamás lo he oído mencionar.«
Koujaku se retiró del lugar indignado y sin decir una sola letra más. A pesar de la negación de Noiz, el joven de cabellos como la pes decidió reclutar información para ver si el chico de orbes verdes en realidad decía la verdad o sólo evitaba dar una respuesta que fuese verídica.
Koujaku llegó a su hogar. Tomó su computador y, mediante una cámara web, se comunicó con quien decía ser Aoba.
»Tú lo sabes.« dijo Koujaku en un contexto muy poco coherente, sin embargo, Sly Blue comprendió a la perfección.
»Claro que sí.« afirmó el chico de hebras color cyan, luego agregó »Pero todo tiene un precio.«
»¡¿Qué?!« preguntó atónito el hombre de ojos complementarios al verde. »Está bien, te daré todo mi dinero.«
»No, no deseo lo que es tuyo por derecho. Lo que quiero es...« fue interrumpido.
»De seguro eres uno de esos locos que desean la muerte de los demás a cambio de la información.« exclamó Koujaku.
»Te haces la idea equivocada. Dame 5ml de tu sangre.« lo dijo con una sonrisa tramposa impregnada en su rostro hipócrita.
»¿Qué? ¿Es tan simple como eso?«
Sly Blue afirmó con la cabeza.
»Está bien. Será en nuestro próximo encuentro.« replicó Koujaku, luego finalizó su conversación totalmente; apagó la cámara web; luego cerró la cesión de su cuenta privada. Y finalmente, se retiró a su cama para descansar por algunos minutos. Colocó la alarma para que la misma diera aviso una vez pasados los dos mil cuatrocientos segundos (40 min.). Se durmió profundamente. Los minutos transcurrieron rápidamente. En cuanto quiso abrir los ojos, en ese preciso instante, sonó la alarma para avisar acerca del horario. Koujaku se levantó de la cama. Se dirigió al baño y luego tomó una jeringa, como las de los hospitales, y se la inyectó en la vena del brazo izquierdo. Acción siguiente, empezó a extraer sangre del mismo, y quitó la suficiente como para complacer a Sly Blue. Se dirigió al lugar acordado con el joven de cabellos azules claros. Al encontrarlo le dijo:
»Aquí te traje lo que me has pedido, y que ,por cierto, aún sospecho el por qué de esta extraña petición.«
»¡Hey! No te preocupes. No deberías tener tanta desconfianza en mí.« exclamó con una sonrisa, luego dijo »Rcuerda lo que te he prometido.«
»Pues dime lo que sabes. Lo que yo quiero saber.« replicó Koujaku con voz altiva.
»Pero claro: su nombre es... Usagimodoki, en Rhyme.« tenía una expresión muy fría en cuanto pronunció la penúltima palabra, en cambio, con las otras sólo mostraba una media sonrisa.
»¿Por qué necesitas tanto esta información tan básica?« preguntó Sly.
»Es una investigación que estoy haciendo para una persona que la necesita mucho. Además, dijo que me pagará mucho, porque también es un burgués.«
»Y... ¿Cuál es su nombre?« indagó el chico de hebras celestes.
»Supongo que no hago mal en contarte: su nombre es Theodore.«
»Genial.« dijo Sly con una sonrisa enorme en su cara.
»¿Por qué?« preguntó Koujaku estupefacto.
"Aoba" no respondió a la pregunta, y contrario a ello, exclamó algunas palabras en ruso (Idioma que, por supuesto, Koujaku no lograba descifrar.)
Todo comenzaba a ser cada vez más arduo, el color albino se transformaba en gris, este último se entenebrecía y se tornaba negro. Sus oportunidades se volvían, de a poco, más putrefactas, al igual que la comida que no se consume por más de una semana.

Pasados muchos días, Noiz notó que su investigador privado no aparecía por su casa hacía ya más de ocho días, entonces lo llamó:
»¿Dónde te encuentras?«
»Aún me mantengo en la investigación.« replicó Koujaku.
»Claro que sigues... En tus intereses.« dijo Noiz »Hace mucho tiempo que no apareces por aquí. No me traes los informes diarios. «
Koujaku cortó la conversación.
Noiz quedó con él teléfono aún en su mano, con un rostro totalmente serio, y respetando el silencio de la situación. Comenzó a bajar el móvil muy lentamente y a cuidar su paciencia con la mayor cantidad de sosiego posible.
»Pues mañana volveré a comunicarme con él, pero por ahora lo dejaré tranquilo.« se dijo el chico de ojos verdes a sí mismo.
Mientras Noiz estaba en su recámara, se oyó un sonido muy fuerte: era la puerta principal. El chico de cabellos amarillos no dudó en ir a ver de quién se trataba. Caminó hacia las escaleras, bajó por ellas y, luego de cuatro minutos, llegó a la puerta blindada. Le quitó la cerradura.
»¡Hola!« era el joven de hebras azules Sly... O Aoba.
»Has venido.« exclamó Noiz con mucha estupefacción »Hacía tanto tiempo que no pasabas por aquí; además, últimamente, te estuviste conservando muy...« fue interrumpido.
»¡Te he extrañado muchísimo!« sonrió y se ruborizó muy levemente.
El reencuentro de los pequeños fue muy feliz, y hasta Aoba comentó que había pedido permiso a sus padres para quedarse a dormir, y que ellos aceptaron sin quejas.
»No hay problema, sólo debes recordar que debemos acomodarnos como la última vez.«
»No te preocupes. Aún lo recuerdo.« respondió Aoba.
Luego le pidió permiso a Noiz para ir al baño a limpiar sus dientes. El joven de orbes verdes le dio lo que pedía, después de ello, Noiz fue directo a dormir, y el pequeño de cabellos azules claros lo acompañó. El frío todavía estaba presente, pero aún así no era perceptible.

Fin de la primera parte.

"Una entente con Rhyme".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora