-¿Estás en casa María?, le pregunté
-Sí, ¿Por que?, me preguntó
-Para dar una vuelta por supuesto.
-Tengo clases de Karate, me dijo con voz divertida.
-Venga ya, uuuhhh ¿Con Dani supongo, no?, pregunté riéndo.
-No, con un tío que está cañón.
-Pero....Yo quiero que te de Dani clases, le aseguré extrañada.
-Ya, pero es que el nene está cañón
-Haz lo que quieras....¿Se lo has dicho?
-No, ni pienso contárselo
-Yo creo que le gustas....A si que mejor no digas nada...
-La verdad que prefiero a ese profesor antes que a Dani
-Ya me lo presentarás, insinué burlona, -bueno te dejo, voy a ir a ver a Carlota, seguí yo para que no me entretuviera más.
Salí de mi casa para informarle a mi amiga de las palabras de aquel chico. La verdad es que tenía mucha curiosidad de por que habla tan mal de Carlota, si es un sol...
-¿Dónde vas?, preguntó Carlos desde la otra punta del patio.
-Voy a ver a Carlota no tardaré en volver lo prometo
-Vale, yo también saldré un rato, me contestó.
Al final la casa de campo en la que nos alojamos durante aquella semana, la compró el padre de Carlos, asi que Carlota era mi vecina.
-¿Qué tal?, me preguntó nada mas llegar.
-Bien, por cierto tengo que decirte algo...
-Dime, no me asustes.
-Me he encontrado con un chico que me a hablado mal de tí, que eres una falsa y que no me fíe.
-¿Quién es?, preguntó sorprendida.
-No sé, amigo de Tomás.
-No hagas caso de verdad...
-Es bajito rubio y no es nada feo, ¿Lo conoces?, pregunté.
-Puede ser, sí....
-¿Me cuentas?
-Mejor luego, contestó señalándome la puerta, -Estoy ocupada, luego hablamos, siguió
No sé porque tenía una sensación de que me estaba intentando ocultar algo.
-Yo también me tengo que ir, solamente venía para eso, le dije saliendo de su jardín y entrando al mío.
Entré a casa y me senté en el columpio del patio dónde estaba Carlos.
-Qué rápido vienes, si acabas de irte, dijo Carlos riéndose
-Carlota no me quiere contar nada, contesté con malos humos.
-¿No crees que es raro? Yo creo que el chico ese tiene razón a mí esa chica no me cae nada de bien, me aseguró
-Pues a mí sí, y quiero volver a encontrármelo para que me informe.
-¿Y cuando? Mañana te vas, me recordó Carlos.
-Es verdad, no quiero irme...
-Si quieres ser una buena enfermera ya sabes, me contestó sonriendo.
-Siempre me ha gustado la enfermería
-Ya te queda menos para las prácticas
-Sí, poquito poquito....,-Ooohh ¿Sabes que María ya no quiere a Dani?
-¿Que no?, preguntó Carlos sorprendido.
-Le gusta su profe de karate
-María va de mal en peor, se le va muchísimo, tiene un buen profe y encima famoso a su lado y pasa de él.
-Ya...Bueno voy a preparar las maletas, le dije subiéndo las escaleras hacia mi cuarto.
-No paras un rato quieta, me gritó Carlos sin parar de reír.
Cogí toda la ropa que pude del armario y la tiré en la maleta.Estaba estudiando enfermería y mis vacaciones ya se habían acabado. Estaría bien estar de prácticas con Carlota...Ojalá me dieran plaza por aquí cerca. Pero mientras lo preparaba todo se me vino más importante aún a la cabeza.
''¿Quién sería aquel chico?'' siempre era muy cutosa y me había metido en muchos líos por eso pero la curiosidad me estaba matando.
Me largué otra vez de casa sin dar explicaciones y fui al sitio dónde me lo encontré al joven tipo. Al lado de una peluquería.Esperé impaciente y no venía nadie pero a las 6 en punto lo ví entrar en el edificio de al lado de la peluquería.
-Perdone, le dije acercándome.
-¿Sí?, me preguntó amablemente.
-¿De que conoce usted a Carlota?
-Eso no le importa a usted, pero le vuelvo a insistir en que está siendo testigo de una mentira.
-¿Pero de que hablas?, pregunté sorprendida
-Si eres inteligente descubrirás el por que, contestó yéndose y dejándome con la palabra en la boca.
Lo que impresionaba era que un chico tan joven hablara de manera tan culta.
-Espérese, le dije tirándole del brazo.
-Cuándo creas que todo encaja ven a buscarme.
-Pero si ya no tengo ninguna duda de nada, contesté extrañada.
-Por que crees que estás en lo cierto, pero la verdad está cubierta de una grave mentira.
-¿Qué sabes tú de mi vida?
-De la tuya no, pero de la de Carlota sí, contestó con una mirada sincera.
Decidí dejar de hablarle a aquel chico, por que no estaba bien de la cabeza
