Los 5 caminamos hasta llegar a la sala de Manu algo nerviosos. Entramos todos a ella sin tocar, sorprendiendo a David y Manu.
-Papá- dijo Carlos nada mas ver a su padre sentado en su camerino sin saludar a David.
-Carlos...-le respondió esbozando una sonrisa.
-Usted sabe de sobra que mi padre está loco, no se que le esta pasando pero le a afectado al cerebro- le expliqué seriamente.
-Eso mismo me hadicho David-respondió algo inseguro.
-Exacto, no tiene que preocuparse- intervino David.
-Yo papá...Solo venía a convencerte de que nada es verdad- añadió Carlos.
-Tú no te preocupes hijo.
-Deberíamos irnos de aquí-aconsejó Álvaro.
-Yo...Creo que antes iré a ver a mi madre, ¿vienes Carlos?- dije sacudiéndolo.
-Ah si- respondió al cabo del rato riendo solo.
-No os alejéis chicos, nosotros estaremos aquí-exclamó Dani
Cogí de de la mano a Carlos, cerré la puerta con una sonrisa y me lo llevé a una esquina.
-¿De que te ríes? ¿Te parece todo esto gracioso?- pregunté confusa
-Miremos el lado positivo- exclamó algo más feliz.
-¿Acaso tiene? ¿Tiene lado positivo que mi padre se presente en un programa de televisión invitado para darme una sorpresa y empiece a decir que mi madre ha vuelto con él y que quedan a escondidas? ¿En serio, Carlos?- pregunté llorando de nuevo.
-Escucha, déjame hablar- respondió algo borde.
-Tú sabes que como tu padre se crea todo esto va a dejar a mi madre con todo lo que nos a costado llegar a estar bien.
-Exacto- dijo chasqueando los dedos.
-¿Que?- pregunté muy confusa.
-Si se separan no parecerá raro que estemos saliendo...
-¡Pero Carlos!- grité interrumpiéndolo, -Están muy felices así, no tienes corazón...
-Ojalá todo pase de buenas...Pero si esto no se arregla, no puedes estar llorando, hay que mirarle el lado positivo a todo- me explicó intentando calmarme.
-Pero...Vale te entiendo, pero ¿Tú que prefieres que se separen o que no?
Sabía que era una pregunta demasiado incomoda, pero quería saber lo que Carlos pensaba de este asunto, era su padre, era mi madre y mi padre y nosotros dos estabámos saliendo, estábamos demasiado conectados.
-Es que...Puede que a tu madre no le siente bien que quedéis solas de nuevo, y eso no me gustaría...
-¿Y tu padre? ¿A él como le sentaría?
-Sabes que nunca lo he conocido demasiado bien Ali...Pero no lo sé- contestó encogiéndose de hombros,-Supongo que no le gustaría- exclamó después de ver mi mirada de enfado.
-Vamos que hay otras mujeres mejores-insinué mirando para otro lado.
-A ver chica, que eso se lo preguntes a él.
-Tú has estado hablando con mi padre antes de entrar al camerino...¿Qué te ha dicho?- pregunté cambiando de tema.
-Menudo interrogatorio- dijo algo borde.
-Di- exclamé dando una patada en el suelo.
-He ido a reñirle y no me ha querido escuchar.
Me paralicé por un momento en el sitio cuando un mal plan apareció en mi mente.
-¿esto no lo habrás preparado tú, verdad?- le pregunté casi gritando.
-¿De qué hablas?- preguntó Carlos algo confuso.
-Da igual dejalo- contesté intentando calmarme,
-Nunca te voy a entender- dijo dándome un beso en la mejilla,
-Bueno vamos-respondí con una falsa sonrisa.
Estas situaciones siempre me desconcertaban muchísimoy al final acababa pensando cosas que nunca podrían pasar, o al menos que yo no me esperara y menos de Carlos, por lo que dejé la mente en blanco y fuimos a buscar a mi madre.
-No está por ningún sitio- dijo Carlos al cabo de los minutos.
-Es extraño, pero por eso quería venir a buscarla, esta mujer es capaz de haberse largado sola.
-Seguro que está bien, ¿volvemos al camerino?-me preguntó dándome la mano.
-¿Y si nos buscan?
-Pues que dejen de buscar.
-Volvamos con ellos, hemos venido todos juntos y debemos estar y volver todos juntos-contesté tirándole del brazo.
-Pero aún así...¿Y tu madre?, bueno da igual estará en la calle- preguntó algo preocupado.
-O estará hablando con mi padre-respondí algo molesta por su falta de interés,
Carlos puso cara de inseguridad, los dos sabiamos que mi madre no sería capaz de hacer eso.
-Jo, Carlos...-dije por sorpresa.
Él me miró esperando a que siguiera.
-No sé que hacer-terminé de decir.
-Volvamos a los camerinos.
-Carlos, te da igual todo, luego no quieres que piense mal de ti-exclamé dándole la espalda.
Esperé a que me diera un abrazo o alguna explicación, pero no fue así, más que nada hubo silencio. Entonces me di la vuelta y vi como miraba algo preocupado una silueta que corría por el pasillo hacia nosotros. Ese pelo, esa estatura, ese uniforme...¿Qué hacía aquí Carlota?