11. "La bestia habla"

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- ¿Donde crees que este? - preguntó Nash cuando llegamos al granero, se escuchaba el ruido de las gallinas que estaban dentro.

- No tengo idea, Nash. Puede estar en cualquier lado, este lugar es enorme.

- Vamos a rodearlo.

Revisamos todo el granero (por fuera), intentaba abrir mucho los ojos para observar mejor, pero veía absolutamente nada.

Las únicas luces que teníamos eran las de nuestros celulares.

- ¡Ahí! -gritó Nash apuntando hacia un árbol que había.

- Wow, no creí que fuera tan fácil.

- Ya lo se, ahora déjame cargarte para que lo alcances - dijo Nash.

Ya que la roja bandera de encontraba más allá de lo que podía llegar el brazo de Nash.

Se agacho y yo me subí a sus hombros.

- ¡No me vayas a tumbar! - grite agarrando fuerte su cabeza.

Sentí como los hombros de Nash se movieron cuando soltó una carcajada.

- Me vas a arrancar el pelo, Isabela. - dijo entre risas.

- Shh - le indique.- Nos pueden escuchar, ahora avanza.

Camino hacia al árbol y yo le agarre mas a su cabeza.

- ¡Nash! - grite cuando el tropezó y casi hace que me caiga de boca.

- Lo siento, lo siento - siguió caminando hacia el árbol, tome la tela entre mis manos.

- ¿Nash?

- ¿Que paso Isabella?

- Dime Bella, por favor - estire la tela en mis manos y la observe bien, ¿qué carajos? Los avente rápidamente limpiado mis manos en la camisa de Nash.

- ¿Que paso? ¿Por qué lo tiras? ¡Es nuestra victoria! - dijo Nash bajándome de sus hombros.

- ¡Eso no es la bandera - exclame todavía limpiándome las manos en los pantalones.- ¡Son unos bóxers!

Nash soltó una carcajada.

- ¡Hamilton! - grite después de un minuto de escuchar la gloriosa risa de Nash. ¿Gloriosa? ¿Por qué siquiera pensé eso? El dejo de reír.- ¿Puedes dejar de reírte? Perfecto - Volvió a soltar una carcajada y yo rodé los ojos.- ¡Eres todo un caso! - exclame y me di media vuelta para seguir caminando.

Después de unos segundos la risa de Nash se dejo de escuchar y se escucharon pasos atrás de mi.

- ¡Gracias al señor!, te has dejado de reír.

- Cállate si no quieres que empiece otra vez -me rodeo los hombros con su brazo.

- ¿Y si revisamos el granero por dentro? Seria un buen escondite - propuse.

- Buena idea pequeña.

Seguimos caminando a la entrada, yo con el brazo de Nash en los hombros.

- Ábrela - dijo Nash cuando llegamos.

Todo parecía historia de terror. Me estaba empezando a entrar miedo.

- Ábrela tu, se caballeroso - Nash titubeo y acercó su mano a la cerradura.- ¡Vamos no seas marica!

Abrió la puerta completamente dejando ver a cientos de gallinas. Estas comenzaron a hacer ruidos extraños.

Una incluso se bajo de su nido y comenzó a caminar hacia Nash.

People change; Hayes GrierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora