Capítulo 4

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(POV AZAHARA)

Estaba sentada en una mesa enorme al otro lado del lago donde se había celebrado la boda. Si, así es. Ya era la esposa de Zeus (Rory) Gotti según había dicho el sacerdote. Al haberse casado el máximo representante de la familia él mismo no nos podía casar por lo que había decidido casarnos como las personas normales.

Delante nuestro había un montón más de mesas enormes llenas de gente del negocio que no conocía, que conocía y que me sonaban de algo. Luego estaba mi hermana que parecía la madre Teresa de Calcuta con aquel vestido que no dudaría en quitarse en el momento en el que se lo pidiera el primero que le pasase por delante.

A mi derecha estaba Tony Gotti con su esposa que habían sido mis padrinos y a la derecha de Zeus, que estaba a mi lado, se encontraban Camilo y su Viola, su esposa. Mis cuñadas eran bastante agradables. También lo era mi otra cuñada, Diane la media hermana de Zeus. Tenía un hijo llamado Héctor que no se despegaba de su amigo Taran. No hablaban, no se movían. He de decir que daban muy mal rollito.

Mire de soslayo a Zeus. Llevaba bebiendo desde que nos habíamos sentado a comer al medio día y era última hora de la tarde. No aparentaba estar bebido, pero venga ya ¿quién no estaría borracho así? No me había dirigido la palabra desde el sí quiero y era frustrante muy frustrante.

El vestido que llevaba era bonito, digno de una reina. Pero siendo como soy no me voy a molestar en describirlo. Era blanco, de princesa, con un montón de encajes y pedrería incrustado y en fin. Eso que era bonito como solían serlo todos los vestidos de novia de estas familias. Estaba agobiada por la cantidad de gente que había. No comí nada desde que había llegado aquí. No tenía apetito. Creo que era la boda más aburrida de la historia.

Y la maldita fiesta seguía y seguía y seguía y yo tenía ganas de matarlos a todos y así poder irme a descansar de una maldita vez. Pero no todo es alegría y felicidad. La novia y el novio tienen cara de asco. Qué más da sigamos bebiendo hasta no saber lo que era una estúpida farola.

Con mi mirada comencé a buscar a Consuelo. Y cuando al fin la encontré hablando con Diane me dirigí hasta ella como un rayo disculpándome con Zeus aunque no creo que a él le importase mucho.

—Hola Diane, verás necesito hablar con Consuelo a solas un momento.

—Em, claro. —Y sin más se fue algo extrañada. Que le den.

— ¿Qué te pasa dulzura? —Me preguntó ella. Genial estaba "contentilla".

—No aguanto más el estar aquí de verdad. Tenemos que irnos a otro país, a otro continente, a otro planeta lo que sea por favor Consuelo cuanto más lejos mejor. No aguanto a toda esta gente. Son todos uno hipócritas.

—Ay caramba. Tu lo que estas es nerviosa por la noche de bodas. —En ese momento pasaba un camarero con un bandeja llena de copas de champan y Consuelo cogía otra.

— ¿! Qué!? ¡NO! —Le devolví la copa a la bandeja del camarero. —Lo que quiero es perder de vista a esta gente.

—Uy cariño —dijo alargando la i. —Ya se ve que tu esposo es un buen mozo, pero debes esperar se van a pensar que eres una desvergonzada.

Dios y señor nuestro. ¿En serio te has tomado tan a mal que no rece? Todo el mundo me abandona. Zeus estoy segura de que está borracha. No conozco a nadie y a lo que conozco no tengo confianza. Para una persona con la que tengo confianza está en proceso de quedarse igual que mi flamante marido. Miré mal a Consuelo. Y ya por ultimo escuche unos ruidos de alguien largándose al bosque. Oh genial lo que faltaba Marta se estaba yendo al bosque con algún ricachón (seguramente cristianamente casado) para fornicar.

Saga Familia Gotti 3: Matrimonio Obligado (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora