Capítulo 5

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(POV ZEUS)

Seguí a mi cuñada hasta una sala que Tony había acomodado para que usase ella de consulta. Me senté en uno de los sillones esperando a que ella hiciese lo mismo.

— ¿Qué te ha contado? —Dije una vez se hubo acomodado.

—No puedo decirlo, lo siento. Además prefiero que me cuentes todo desde tu punto de vista.

—Joder. Bueno pues eso estaba bastante bebido, llegué, no sabía cómo actuar. Me la folle con la luz apagada sin vernos nada y me la folle.

La cara de Bianca fue poco o nada expresiva.

—Hubo preliminares...

—No.

— ¿Llegaste?

—Sí, no me costó mucho con el ostión que llevaba.

—Ella llegó...

—No, creo que no.

—Lo sé. —Claro la doctora siempre tenía que saberlo todo.

Antes de que mi hermano y ella se casasen me sentía bastante atraído por ella, pero lo deje de lado en cuanto vi que ahí no tenía nada que hacer. Ahora lo había superado tras su matrimonio y dado que era mi terapeuta nuestra relación era extraña. Creo que ella nunca ha sabido que me gustaba, pero bueno.

—Debes prestarle atención es muy joven y está totalmente perdida. No conoce a nadie. Y creo que merece una experiencia sexual mejor que esa.

—Sí, sí lo que sea.

—Ah y tú cuñada Marta se quedara más tiempo. Para ver como se desenvuelve Aza en el ambiente ha dicho.

Joder.... Que mañanita

(POV AZAHARA)

Bueno anoche me quedé.... Impresionada no lo siguiente. ¿Que clase de hombre se folla a una chica y se larga? Bueno eso podían hacerlo muchos, pero con su esposa. Ni un ¿qué tal te ha dolido mucho? A lo que obviamente habría respondido que sí. El dolor había sido inmenso, pero comencé a experimentar placer algo muy bueno que de repente se acabó.

De verdad yo no entendía como mi hermana o cualquier persona podía perder la cabeza de esas maneras si tampoco era para tanto. Vale si al final me gustaba, pero no tanto como para hundir mi reputación por ello como había hecho mi hermana (conmigo porque en mi familia son imbéciles todos).

A eso de media mañana baje a desayunar, escuché la risita de algunas de las sirvientas al ver cómo anda. Que le iba a hacer estaba dolorida y por mi postura parecía que había andado a caballo durante horas o incluso día.

En el salón estaba solo la rubia, ósea Bianca. Me senté a su lado para intentar entablar contestación. Según bajaba me había encontrado con Consuelo o al menos su fantasma porque madre mía que cara llevaba. La resaca era palpable en su entorno, pero a la vez llevaba una sonrisa de satisfacción. Era porque se había acostado con uno de los sirvientes de su edad claro está. Pues yo no sé que tanta satisfacción yo también había hecho eso y nada de nada. Casi estaba de mal humor incluso.

—Buenos días. —Saludé a Bianca. Porque lo que me había enterado era una muy buena terapeuta.

—Hola. ¿Qué tal estas? No te lo digo por decir sino de verdad. —Oh.

—Bien supongo que bien.

—Llevas siempre ese tipo de ropa por lo que veo.

—Sí, soy algo... recatada.

Saga Familia Gotti 3: Matrimonio Obligado (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora