Arrugué la nariz y observe con disgusto a mi alrededor.
Desde las maquinas de humo hasta la música mainstream. Todo me disonaba. Quise correr a mi casa y comer Cheetos hasta el cansancio donde nadie pudiera evaluar mi vestimenta y mucho menos el tamaño de mis pechos.
Ashton estaba por ahí y su amigo, en la zona vip porque manifestó conocer a una de las rubias que a gritos comenzó a llamarlo apenas pisamos el club.
Todo señalaba que venir había sido un error.
A comisuras apretadas le agradecí al mozo que felizmente me entregó mi tercer martini de la noche.
-¿La estás pasando bien? -preguntó-
Mordí mi lengua antes de responder y observe su rostro con una sonrisa melancólica. El alcohol liberaba mi lado sensible.
-Jamás he estado mejor.
Soltó una carcajada y apoyó sus manos en la barra. Mire su piercing y mojé mis labios.
-Creo que ese fue tu último trago por hoy -respondió de manera pausada-
-Creo que tu teoría esta errada.
Volvió a reír y se giró para tomar la caja de jugo con la que se preparaba no sé que trago. Tomó el sorbete pegado en su parte trasera, lo abrió y lo clavó en el orificio para luego entregármelo.
-No. ¿Estás sola?
-He venido con dos amigos. Ahora no sé dónde están.
Mis ojos comenzaron a arder y los cerré en un intento de apaciguar dicha situación.
-Mi turno acaba en cuarenta minutos. Te llevaré a casa.
-¿Qué me dice que no eres un acosador sexual?
-Me llamo Luke, tengo 19, estudio medicina en Southern California y los sábados por la noche trabajo aquí. Ahora ya sabes donde encontrarme por si algo sucede -declaró-
Reí sin mas y tomé su mano izquierda.
-Eres muy dulce.
Un toque repentino en mi brazo me hizo girarme de repente y unos ojos negros repasaron la situación en la barra. Calum aclaró su garganta.
-Nos vamos -dijo-
Luke permaneció allí intacto y no quito su mano ni por un segundo.
-Me iré con Liam.
-Luke -susurró-
-Me iré con Luke.
El moreno alzó sus cejas y se sentó a mi lado.
-Bueno, tendrán que llevarme con ustedes.
-No, eso no.
Me tropecé con las palabras. Vi como frunció el ceño y se plantó allí sin darme ni una mirada.
Luke, por su lado, tomo una servilleta y anotó su numero y nombre con una caligrafía terrible.
-Quiero que mañana me llames, ¿si?
Y luego se perdió en la oscuridad, me aferré al jugo con fuerza y solté un soplido.
-¿En qué estabas pensando? Ni siquiera lo conoces.
Me gire con descaro y deposite un pequeño golpe en su brazo.
-A ti tampoco -respondí-
-Nos vamos -repitió-
Tiro suavemente de mi mano y negué con la cabeza.
-¿Ashton?
-Ashton tiene otros planes.;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;;
Era la quinta vez que Calum golpeaba mi mano luego de intentar cambiar la radio.
-Para ya -murmuró-
-Que no me gusta Usher.
-Es mi radio -respondió-
-Tu me arrastraste contigo y tu terrible música -balbucée-
Noté comos mis ojos se aguaban sin razón alguna y respiré profundo en un intento de calmarme. Crucé mis piernas debido al frío y maldije el momento en donde decidí ponerme una pollera.
Calum me observó de reojo y al instante, subió ambos vidrios evitando que el frío se colara por la ventana, luego, encendió la calefacción.
-Abre el compartimiento frente a ti. Tengo algunos cd's allí.
Sorbí mi nariz y con la manga de la campera, limpié la lagrima que caía por mi mejilla izquierda. Haciendo caso omiso a sus palabras, me dediqué a mirar el camino.
-¿Dónde vamos? -pregunté-
-A mi casa.
-¿Por qué?
-Porque tu estas algo ebria y Ashton me pidió que te lleve conmigo -declaró-
-No.
-Sí.
Al momento de contestar, vi como apagó el motor del coche y salió del mismo. Copié sus acciones y observé al imponente edificio frente a mis ojos.
-Tengo algo de comida adentro.
Quise sentarme en el suelo y quedarme allí hasta que los mareos desaparecieran. El piso se movía y mis pies no coordinaban. Detesté lo mucho que mi cuerpo flaqueaba cuando consumía alcohol.
Un paso en falso y me fui hacía la izquierda. Calum amortiguó mi caída sosteniendo mi cintura. Oí lo mucho que se esforzó en contener sus risas pero claramente, no aguantó.
-¿Cuánto has tomado?
-No lo sé.
-¿Necesitas ayuda?
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-Que no te estoy viendo el trasero, pesada.
-Calum, bájame ya.
Mi suplica fue tan inútil como mis golpes en su espalda. Tan solo le bastó rodear mis rodillas para colocarme en su hombro y entrar al ascensor como si nada. Me quejé numerosas veces e intenté hacer válida mi petición con el argumento de tener puesta una pollera a lo cual el me respondió con una risa.
No hice más que ver el suelo hasta que escuché el ruido de unas llaves y cuando el moreno me depositó en el piso, supe que ya estábamos en su departamento.
-Idiota -murmuré-
Ignoró mi comentario y lo vi perderse en la cocina.
-¿Quieres algo? -preguntó-
-No.
Segundos después, apareció sin remera con un paquete familiar de Cheetos y un cigarrillo colgando de sus labios.
Lo dejó sobre el sillón y lo vi hacer su camino por el pasillo.
-Puedes dormir en el cuarto de invitados. Esta frente al mio.
Lentamente, fui hacía el sillón y abrí el paquete, que casi con desespero, comí. Los mareos habían acabado y los parpados pesaban más de lo usual.
Deposité los Cheetos en la alacena y me fui tratando de hacer el menor ruido posible a la habitación. Una remera de Sublime y unos short's deportivos de un rosa muy bonito se encontraban sobre la almohada. Me vi sorprendida al ver una prenda de mujer y comencé a indagar mentalmente acerca de su situación sentimental.
Antes de quitar mi remera, escuche unos sollozos provenientes del exterior. Rápidamente, salí al pasillo y trate de oír la fuente del mismo.
Calum.
Pegué mi oreja a su puerta y oí unos grititos casi inaudibles.
Golpee sin más.
Aclaró su garganta y no escuche sonido alguno luego de eso.
-¿Necesitas algo? -preguntó-
-¿Puedo entrar?
Los segundos se hicieron minutos y los minutos horas. Sentí que había pasado una eternidad hasta que la puerta se abrió dejando expuesto al moreno con el pelo algo desordenado y los ojos hinchados. Una luz tenue apenas iluminaba la habitación.
-¿Qué quieres?
Lo abracé.
Su cuerpo estaba tieso frente a mi tacto y me sentí rechazada hasta que rodeo mi cintura con ambos brazos y comenzó a llorar por lo bajo nuevamente.
Quise quitar de él todo aquello que le causara tristeza.
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suicide hotline • hood
Fanfictionmí teléfono sonó por primera vez en la noche y logré sentir mis pelos de punta. eso significaba que era momento de poner todas las cartas sobre la mesa. atendí rápidamente y unos lloriqueos cansados atravesaron la línea. -ayúdame, por favor. -con v...