[Amo esta rola. *volverte a ver de Juanes*]
Tuve la tan esperada cita con Vicent. Al salir para coger el taxi, él aguardaba con las llaves del carro; mi expresión fue desaprobatoria. Esto si va ir muy enserió.
- ¿Lista?-me dijo sonriendo.
- Seguro. ¿A dónde vas a secuestrarme?-le dije seria.- Debe de ser una locura el salir contigo, no soy tú estiló de chica, además yo no...-me jala de la mano, plantándome otro beso.
Eso me dejo sin poder responder. Sus ojos destellan lujuria y deseó carnal.
- Te llevaré dónde nadie nos molesté!-demanda al besarme otra vez,- se que no soy perfecto, pero contigo no puedo contenerme...-me vuelve a besar. Su beso fue dulce, mejor que el anterior.- No quiero saber tus pretextos, te daré una cita inolvidable...de eso puedes estar segura.- acariciaba mi mejilla. Estoy paralizada, sin poder decir algo que me safe de esto; pero quiero estar a su lado. Es la primera vez que deseó entrar a su juego de perversión.
En el transcurso por las calles de Nueva York, pone una música: juanes *volverte a ver* hermosa. Me agrada Juanes. Es uno de mis cantantes preferidos; en eso suena su teléfono.
- Si?...no puedo ir ya. Ando saliendo en una cita con mi chica, ¿Qué si ella es hermosa? No lo dudes. Adiós.
Voltea a verme.
- ¿Era tú novia?-dije sonriendo.
- No.-dice secamente.- Tú ya eres mi novia.- afirma seguro de que acepte la oferta; joder. Ahora recuerdo que ya Erick me lo confirmó. ¿Qué hago ahora?
- Vicent sobre eso..yo..
- Ya se que él me ganó la jugada.
- ...
- No debes sentir lástima por mí, te amo Sarah...yo siempre he esperando con verte.
- De que...¿Cómo?
- Mi hermano no dejó de decirme tantas cosas de ti, y eso me dio ese impulsó por conocerte; no sabes las ganas de estar a tú lado siempre. Suena a estupidez, pero no te dejé de pensar.
- Espera...yo, me refiero a que no soy sofisticada, no soy atractiva y no tengo una belleza cómo las modelos de las que salen en la televisión...
- ¿Y eso tiene importancia para mi?
- Si!
- ¿En que sentido? Por que para mí, eres una mujer linda, sencilla, honesta y amable; con eso me siento feliz.
- ...Vicent soy simple.
- Sarah lo simple es lo que más me interesa. Estas llena de un gran misterio. Y eso me intriga.
- No soy misteriosa.
- Quiero saber todo de ti.
- Vicent...
*Luis Fonsi-Nada es para siempre* la música seguía el curso, y él no soltaba de mi mano; que he hecho yo! ¿Qué hice ahora? No entiendo por que yo! Nos detuvimos en una pizzería. Nos recibe una chica de cabellos rojizos, le besa en la mejilla y un abrazo de amor.
- ¿Y que te trae aquí?-pregunta sin soltar de su brazo. Él me ve lo incomoda que me siento. A si que él le safa la mano, la chica no entiende nada.
- Vine a cenar con mi novia!-afirma al besarme en la mejilla. La chica torció el gesto. En ese instante me sentí superior. Vicent no le resta importancia al asunto, y pide que le den lugar.
Ella accede atendernos. Ya instalados en la mesa, pide soda y papas fritas antes de pedir la pizza; una vez solos, toma mi mano.
- ¿Tranquila?
- Estoy bien. Gracias.
- ¿De que?
- Por invitarme a cenar...
- Es nuestra cita!-dice al aproximar su rostro con el mío, sus ojos están con los míos. Que hermosura de hombre.
- ¿Nu..nuestra cita?-dije apenada.
- Si! Y eso nadie lo puede negar.
- Va-Vale...
- Tranquila que no te pienso robar. Llegarás sana y salva a casa.
- ¿Robarme? Estaba pensado que eso sería muy interesante.
- Oh estamos muy accesibles-suelta una sonrisa pícara al alejarse de mi, acarició mi mentón.- No nena. Yo no soy un enfermo, nunca te obligaría hacer cosas que te lastimen.
Baje la mirada. En ese instante quiero hacerlo...quiero que me haga el amor; ha pasado un año que no estado con un hombre, pero detengo esas palabras, debo esperar a que él de el primer pasó.
- ¿Te parezco una niña?
- No Sarah. Quiero ir despacio. Erick piensa que te tiene segura.
Eso me dejó asombrada. ¿Qué tiene?
- Vicent, lo dices como si fuera un juego o trampa.
- No Sarah..es que se cómo es.
- ..a si, ¿Y cómo es?
- No me corresponde decirlo.
- ¿No lo vas a decir?
- Pregúntale tú a él. Tal vez él tenga todas las respuestas.
- ...¿Es malo?
- No puedo decir más.-besa en mi frente.- Si es malo, yo te cuidaré.
- ¿Antes o después?
- Desdé ahora Sarah!
*I'm with you- Avril Lavigne*
Sonaba mi rola en mi celular, con los audífonos puestos de vuelta a casa de Rogelio, me topé con Erick parado en la entrada; eso si que no me lo esperaba. ¿Qué hace él aquí? Esa mirada callada, sin expresión alguna, asustaba mis sentidos.
- Erick, ¿Qué haces tú acá?-dije sacando las llaves.
- ¿Qué tal nos fue en la cita?-dice enojado.
- Bien.
- Me da gustó.
- Gracias.
-¿Porqué aceptaste? Tú ya eres mi novia! Eres mía y de nadie más!
- El que sea "tú novia" no te da el derecho de negarme con quién salgo y con quién no. Creó que no debo darte permiso.
- Debes hacerlo! Aquí importa lo nuestro!
-¿Lo nuestro? Defíneme lo "nuestro"!
Él posaba sus manos en sus bolsillos.
- ¿quieres que te lo diga o te lo explique?
Estoy roja. Dios! Trata de buscar mi mirada. Abro la puerta y entrando, él me sigue. Suelta las llaves al cerrar la puerta detrás de él, me arrastra para que le viera; sus manos aprisionan mi cintura y las mías en sus brazos, ¿Qué quiere él de mí? Continuó sin entenderlo.
- No me importa que te enojes, pero no me pegues!-dice acercando su boca a la mía, en su arranque de locura, me besó. Qué sabor tan delicioso, sabe a cerezas y menta; vuelve a hacerlo pero esta vez es demandante, sucumbía a sus juegos, qué juego tan peligroso y con él...soy libre. Me suelta despacio, colocando ambas manos en mi rostro. Quiere que le vea.
- Erick...-trato de reponerme.- ¿Qué has hecho?
- Besarte.
- ¿A qué precio? Quieres poner en juego o en duda lo que yo siento por ti, o por lo que pueda pasar.
- Por ambas.
- Erick..
- Escucha Sarah te amo! A si de fácil lo voy a decir, no debes objetar nada, quiero darte de verdad mi yo en tus manos, soy tuyo.
- ....no puedo.
- Claro que puedes. Me has hecho tú juguete, y así honestamente soy feliz. Feliz de lo que nunca he sido.
- ¿Te gusta ser utilizado?
- Mientras seas tú...sí.
Suelto una risita nerviosa. Él también, sonríe cómo un chico dulce, sin preocupaciones. Me gusta.
- ¿Quieres tomar algo?
- No nena. Debo irme, no saben que llegué y deben estar buscándome. Nos vemos el lunes en tú trabajó.
- Si!
- Descansa nena.
- Vale. Igual tú.- abrí la puerta, pero él detuvo sus pies antes de salirse, en un tajo de sorpresa al besarme; pero ahora es excitante, me gusta esto, y quiero más. Me carga hasta llegar al mueble, ahora aquellos ojos dulces son provocativos...
- ¿Sabes que deseo?
- Eh...no...
- Hacerte el amor!
- Ha...
- ¿Nerviosa?
- Eh no...¿Porqué? Quieres que me asuste.
- No nena...pero quiero que lo sepas.
- ¿Saber que cosa...?-quiero ocultarme, no puedo hacerlo; dios en que me he metido.
- No me gusta verte nerviosa, deseó verte relajada.
- No puedo..no contigo encima.-al cubrir mi cara, él suelta una risita burlona dejando caer unos cuantos besos.
- Oh nena. Eres un niña muy difícil de saber que piensas, de todas formas..quiero esos demonios, todo de ti lo quiero.
- ...¿Y de verdad lo haremos? En el departamento de Rogelio...
Examina el lugar. Buscando un lugar en donde nadie sepa que él vino a verme.
- Creó que no...iremos a otro lado. Pero será para la próxima.
- ¿Qué?!
- Sarah no puedo hacerlo aquí...no me siento a gustó.
Estoy caliente. Quiero hacerlo.
- Ahora me cumples!-exigía molesta. Él mismo extrañamente me besa cálidamente.
- Después nena. Descansa.- salta del mueble y se marcha; joder! Ese infeliz me ha dejado a medias...que coraje me da.
Desperté por la mañana y Rogelio ya hacia el desayuno, con un invitado en la mesa. Para mi sorpresa, es guapo y cabello marrón; Rogelio me saluda.
- Hey!-dice dando brinco-.¿Qué tal dormiste?-pregunta con una enorme sonrisa.
- Bien. Supongo que él es...
- Él? No chica. Es mi primo! Acaba de llegar de España. Venga que te lo presentó!
Yo mi boca suelta. Estoy roja como un tomate, que pena. Él nos presenta.
- Brandon te presento a Sarah! Es mi amiga!
Él da un apretón suave. Que dentadura perfecta. Ojos azules celestes. Belleza inimaginable de hombre, Rogelio tiene parientes con buenos genes; doy una hojeada a su ropa, vaqueros deslavado y una camiseta negra ajustada dejando ver su torneada figura. Y yo...mierda! Ando en pijama y toda sucia de la cara.
- Debo irme a cambiar...!-salgo huyendo del lugar. Una vez afuera de la ducha y vestida. Escuché la voz de Vicent. En ese instante no tengo ganas de verle, no al saber que Erick acaba de llegar.
Salgo de la alcoba, sin ser vista tratando de decirle a Rogelio que no le diga nada. Escapo por las escaleras de emergencia. Agradecida de pescar el taxi antes de verle.
En camino al trabajó, suena el teléfono. Un mensaje de Erick.
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Fotografías de Papel
RomansaDicen que ningún soñador es demasiado grande y ningún sueño es pequeño... En mi caso... Mís demonios son inestables, tan inestables qué tengo miedo de no saber qué hacer con ellos. Me llamó Sarah Michelle. Una chica qué le gusta los helados, y gustó...