1} West Spring

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El secador de pelo era bastante ruidoso, pero no me podía arriesgar a salir si lo tenía húmedo. Ducharme e inmediatamente abandonar mi cálido y cómodo departamento para enfrentarme a la brisa otoñal no era una idea prudente, y yo soy orgullosamente prudente ahora.

Como lo supuse, mi compañera de cuarto gruñó desde la cama y abrió sus parpados con lentitud bajo un ceño fruncido.

-Michelle, por lo que mas quieras ¡deja eso!

Me pidió con irritación, tapándose completamente con el acolchado.

-¡Grace! Son las siete y media. Las clases empiezan a las ocho.

Respondí.

Cuando logré que mi cabello estuviera seco y brillante, me acerqué a la cama de mi amiga y la destapé abruptamente.

-¡Grace!

La llamé.

-¡Está bien! 

Gritó, incorporándose de repente.

-Yo me voy. Hay café preparado en la mesada.

Avisé.

-Bien, mamá.

Respondió ella.

Nos miramos unos segundos antes de empezar a reírnos.

El año anterior, Grace había sido asignada como mi compañera de cuarto en West Spring. Era nuestro primer año como universitarias y las dos estábamos muy perdidas en este enorme lugar. Para nuestra suerte, conectamos al instante. Grace es bastante irresponsable pero muy inteligente y yo soy bastante estricta cuando se trata de algo serio, pero muy divertida la mayor parte del tiempo. Fue imposible no volvernos grandes amigas desde la primera mañana que pasamos juntas.

Cuando estuve bajando las escaleras del edificio de residencia del campus, a tres cuadras del Departamento de Literatura en donde yo cursaba, una moto estrepitó mientras se alejaba por el camino. Fue difícil, pero ya hacia bastante tiempo atrás que había aprendido a no asociar ese sonido con él, aunque mi corazón seguía acelerándose con emoción junto al motor del vehículo. Lo ignoré. La Michelle Mileston de esa época ya no existía en absoluto. De hecho, él la había matado. 

Llegué a la clase con el tiempo justo y busqué un asiento junto a la pared. Minutos después, alguien se sentó a mi lado. Levanté la vista para encontrarme con dos ojos marrones puestos en mi.

-"Si te preguntas por qué huele mal, madre, es que acaba de entrar un sangre sucia." 

Recité.

-"Callate, Malfoy."

Me respondió el muchacho junto a mi.

Es normal que Dave y yo hablemos a través de frases de Harry Potter. Al menos lo es para nosotros. Los dos somos fervientes fanáticos de la saga, pero no es eso lo que nos une en realidad. Él es mi mejor amigo desde que teníamos siete años de edad. Su madre era mi niñera y una vez que nos juntaron, no pudimos separarnos nunca.

Bueno, en realidad si. 

Hubo un bache de un año en nuestra relación porque a él no le gustaba mi antiguo novio. En realidad, a nadie a mi alrededor le gustaba. Mis padres habían hecho lo imposible por mantenerme alejada de él. Podía entender eso de ellos, los rumores sobre la rebeldía de Justin no eran infundados, pero cuando Dave también se puso en mi contra las cosas se pusieron raras entre nosotros y nos alejamos.

No es que mi mejor amigo no tuviera razón después de todo, pero lo entendí demasiado tarde, cuando Justin Bieber ya se había esfumado dejándome como recuerdo solo una serie de interrogatorios en diferentes estaciones policiales que todavía ni siquiera puedo entender.

Como sea, Dave y yo lo superamos. Elegimos la misma universidad para cumplir nuestras metas juntos y ahora, dos años después, ambos estamos excelentemente bien.

-¿Te diste cuenta que el profesor formuló exactamente las mismas preguntas de la clase pasada?

Preguntó él a la hora de almorzar mientras nos preparábamos algo para comer en su departamento.

-Y todavía nadie fue capaz de responder correctamente.

Seguí la charla, poniendo tomate en mi hamburguesa casera.

-En serio ¿para qué estudiar una carrera en la que ni siquiera estas interesado?

La indignación en la voz de mi amigo me hizo sonreír.

-No todos son tan geniales como nosotros, debemos acostumbrarnos a eso.

Bromeé.

Él me miró divertido, dibujando una sonrisa.

-Por supuesto. Somos seres superiores.

Confirmó.

Le dí un bocado a mi comida, asegurándome a propósito de manchar por completo mi boca con mostaza.

-Somos muy buenos para ser reales.

Mascullé con la boca llena.

Ambos reímos.

-Así que ¿te interesan los deportes ahora?

Preguntó él de repente.

-¿Por qué lo dices?

Me sorprendí.

-Bueno, un amigo me dijo que te ha visto en las gradas del campo de fútbol los últimos dos sábados por la mañana. Es el momento donde entrena el equipo. Debo suponer que te has convertido en una aficionada.

Explicó.

Ignoré su tono sugestivo y seguí su juego.

-Si. Ahora me interesan los tiros de esquina y los penales.

-¡Vamos! Dime ¿cuál de ellos te gusta?

Dave fue al punto, mirándome con curiosidad y alegría.

Suspiré antes de mi declaración.

-Daniel Kraus.

Echó su cabeza hacia atrás y rió.

-Me lo imaginé, totalmente. 

Soltó.

Él parecía realmente entusiasmado. Yo no había estado interesada en algún chico desde hacía mucho tiempo. Dos años exactamente. Y no es que no tuviera motivos.

-Y fue el mismo Daniel el que me contó que te vio allí.

Comentó Dave, aun sonriendo.

Me sentí avergonzada. ¿Él realmente se dio cuenta de que lo estaba observando? Tuve cuidado de no ser tan obvia.

Como si leyera mis pensamientos, mi amigo rápidamente explicó:

-Me lo dijo porque sabía que eras mi amiga y  se mostró realmente interesado en saber sobre ti.

-No es cierto.

Dije, sintiéndome un poco emocionada.

-Lo es. Y le dije: "Amigo, aquí tienes mis apuntes, golpea mi puerta hoy por la tarde, pregunta por mi y di que los he olvidado en la biblioteca. Yo te agradeceré, te haré pasar dentro y te encontrarás con ella allí." Nos chocamos los puños con masculina complicidad y eso es todo. 

Explicó su coartada con orgullo.

Yo me congelé en mi asiento. No podía creer que Daniel Kraus estuviera interesado en mi, mucho menos que él fuera a presentarse esa misma tarde para verme. Ni tampoco podía creer que tuviera el mejor amigo de todo el planeta. 

Me tiré sobre la mesada para abrazar a Dave.

-Solo pretende estar sorprendida hoy cuando él aparezca, se supone que no tenía que contarte todo el rollo, pero me hubieras asesinado si no.

Él me apartó, riendo.

-¡Eres maravilloso!

Exclamé.

Él se llenó la boca de lechuga antes de decir:

-"Lo se, Hermione."


Bieber is Back - Tatteana Pedernera

Bieber is BackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora