24 de agosto

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— ¿Qué haces aquí? — preguntó Luna asombrada.

—Bueno...—se quitó el tapaboca — Tuve que pedir ''prestado'' este uniforme de enfermero y pasar por esos mastodontes y muchos obstáculos más.

—¿Cómo lo conseguiste?

—¡Eso no es importante! No sabes lo que me costó hallar tu habitación. 

—Sí —se cruzó de brazos—¿Me dirás otras de tus mentiras? He estado recordándote, poco pero lo he hecho.  ''Hasta la luna y de regreso...'' —negó con su cabeza

—Escucha, lo siento. Lo digo en serio.

—Recordé que siempre me dabas lirios amarillos, ''¿amarte me hace feliz?'' ¿Acaso sabías lo que significaban esas flores?

Se quedó sin palabras.

—Lo sabía, Ashton. Eres un idiota, me ilusionaste. ¿Solo te gusté? ¿Me quieres? ¡¿Por qué me diste esas flores?! —se detuvo para acomodar su almohada.

—Cuando dije que me gustabas era en serio. Te quiero, Luna. Sé que dije cosas que no debí haber dicho, ahora me doy cuenta que las palabras son muy pesadas.

—¿Tienes algo más que agregar? Perdí todo contigo.

—Siento no haberte dado de verdad una flor, lo siento. Debió ser especial. Siento no haber dicho cosas que debía. Me siento como un completo imbécil por dejar que te disculparas esas veces cuando en realidad debía haberlo hecho yo. Me arrepiento de no haberte dejado un mensaje durante todo el verano, sé que no es una excusa, pensé que te tendría por siempre.

—No sé como carajos desperté con mi memoria lavada ese 2 de agosto. Pero creo que olvidé muchas de tus estupideces.

—Fue la luna, ella te concedió el deseo.

—Que bueno —cruzó los brazos y rodó sus ojos,

—Se que te estás comportando así para darme una lección, si, fui un idiota. Me comportaba así porque no creía completamente en el amor y cuando te perdí me di cuenta de lo que tenía. Deberías golpearme con una roca por todas esas cosas tontas que comentaba, como por ejemplo lo del libro de recortes ¿Cómo carajos pude pensar eso? Claro, un maldito cachondo.

Luna soltó una risita.

—Recuerdo las veces donde te subías conmigo en mi bicicleta, escapando del atardecer. Las noches en las que estuve solo, miraba hacia la luna, recordando todos eso buenos tiempos antes de que la echara perder. Te quería en ese instante, no tanto como tú lo hacías por mi, pero al menos te quería.

—Creo que llegué a amarte y pensé que tú lo hacías, pero tenía el presentimiento que eras un idiota y ese día en el autobús lo confirmé.

—Eres diferente a las...

—Deja de decir eso, Ashton. —lo interrumpió

Ashton oprimió sus labios y pasó su mano por su cabello.

—Es más difícil de lo que pensaba... 

—¿A que te refieres?

—Recuperarte será difícil y tengo poco tiempo.

—No puedes tener todo a la palma de la mano, Ashton.

—No, no puedo. Pensaba que era el rey del mundo, pero estoy destronado y destrozado. Oh, eso rimó —se rieron

—Eres un idiota

—Podría escribirlo en la pizarra una y otra vez como castigo.

—¿Esto era todo lo que querías decirme?

—Uh —rascó su nuca— falta algo más.

Antes de que pudiera agregar algo más, uno de los mastodontes abrió la puerta y atrapó a Ashton, sacándolo del hospital y perdonándole la vida al hacer caso omiso al robo de un uniforme y hacerse pasar por un enfermero.

Luna se quedó mirando al techo, pensando sobre esas palabras que él le dijo.



Recordándote | Ashton Irwin FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora