[ VHope ] Sin Querer

11

Hoseok se sentó en su auto y puso sus manos en el volante con fuerza, apoyó su cabeza en la parte superior de este con los ojos cerrados. Respiró hondo en un intento de despejar su mente. ¿En qué demonios estaba pensando? Golpeó su cabeza contra el volante. Hoseok no podía entender por qué lo había hecho. Había una razón por la cual Hoseok guardaba sus sentimientos por Taehyung, una razón muy válida. No era porque tenía miedo al rechazo de él, aunque, ese pensamiento se apoderó de su mente en un gran número de oportunidades. Pero su silencio en realidad fue por motivos muchos más egoístas. Taehyung era vulnerable, él tenía que lidiar con mucho estrés, con su salud, el instituto, no quería añadir algo más a su lista. Él era feliz siendo amigo de Taehyung, mucho más que feliz de hecho. Pasar el tiempo con el chico ojos de chocolate era su pasatiempo favorito. Había ocultado sus sentimientos con tranquilidad porque en el fondo sabía que Taehyung lo necesitaba más como un amigo que como un novio. Ahora, todo estaba arruinado, y había una gran posibilidad de que perdiera a Taehyung completamente, y todo porque no podía mantener su boca cerrada.

Hoseok golpeó la cabeza contra el volante de nuevo. Mierda, pensó. Mierda. Mierda. Mierda.

Inhaló profundamente, una vez más, dejando que el aire escapara lentamente de sus pulmones, tratando de librarse del miedo que parecía haber consumido todo su cuerpo. Hoseok trató de recordar lo que había estado pensando en ese momento. Para entonces, solo se había sentido bien y no pudo evitar decir las palabras que había estado deseando decir desde el primer día que lo vio en el pasillo del instituto.

El único problema era que la vida era dolorosa. Malditamente dolorosa. Cuando dices algo, ya no puedes arrepentirte. Taehyung le había dicho que la vida era demasiado corta y Hoseok estuvo de acuerdo con eso, de hecho, esa frase fue una fuerza que lo impulsó a decir esa confesión. La idea de perder a Taehyung, aterrorizó a Hoseok. La idea de que Taehyung nunca supiera como se sentía, lo aterrorizaba aún más. Así que pensó ¿Qué mierda?¿Qué es lo que podría pasar? Si hubiera pensado un poco más, tal vez habría escuchado a su cerebro en vez de su corazón y habría mantenido la boca cerrada.

En cambio se encontraba sentado solo en el auto, con el silencio sepulcral que lo había seguido tras su confesión. Hoseok levanto la cabeza del volante y se pasó la mano por el pelo, quería llegar lo más lejos posible de la casa de Taehyung, para poder aclarar su mente y pensar. Sacó las llaves de su bolsillo y encendió el motor. Hoseok puso el auto en marcha, miró el espejo retrovisor por un momento y puso su pie sobre el acelerador, moviendo el vehículo hacia adelante.

Hoseok estaba tomando un poco de velocidad cuando notó algo frente su auto y luego supo que algo había caído sobre el capó. Se apresuró a frenar, el auto hizo un gran chirrido cuando paro, quedando a centímetros de la persona que se había interpuesto en su camino. La boca de Hoseok se abrió ligeramente cuando se dio cuenta de que era Taehyung quien lo miraba desde el otro lado del parabrisas, su preocupación por el otro chico se manifestó con ira.

-¡Maldita sea Taehyung!- gritó Hoseok, cerrando la puerta de su auto con fuerza.- ¿¡Qué mierda crees que estás haciendo!? ¿¡Estás tratando de matarte!?-

Hoseok lamentó los gritos apenas los dijo. La cara de Taehyung era pálida y parecía estar a punto de vomitar o colapsar, quizás ambas cosas.

-Mierda.- dijo Hoseok en voz baja, cerrando la distancia entre ellos, colocando una mano sobre el hombro de Taehyung.

Taehyung se puso una mano en la boca y apoyó el codo firmemente sobre el capó del auto de Hoseok.

-Estás bien, solo respira. No te atrevas a irte ahora ¿ok?-

Taehyung levantó la mirada para encontrarse con los ojos de Hoseok, buscando algo para conectar su cabeza a la tierra. No sabía por qué había pensado que sería buena idea ponerse delante del carro. Lo único que sabía era que no podía dejar que se fuera, y eso fue lo primero que se le vino a la mente al ver a Hoseok alejándose de la acera. Él estaba arrepentido.