Capitulo Dos.

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Prov's Sekai.

El salón estuvo vació por otros cinco minutos hasta que...

- ¡Llegamos tarde! ¡Lo sentimos! ¡No volverá a pasar! - Un rubio de ojos azules y voz escandalosa rompió con el.

- Todavía ni llega el Sensei, idiota. - Le dijo un castaño con marcas rojas en su cara.

El rubio dio un resoplido.

- Que bueno. - Entro al salón.

Seguido de él entraron otros siete chicos, incluido el de las marcas.

- ¿Aquí esta Ten Ten? - Pregunto un chico de cabello café obscuro y largo.

- Aquí estoy, Neji. - Contesto Ten Ten.

Neji la miro y sonrió ligeramente.

- Hay que irnos. - Dijo y Ten Ten se paro junto a él. - Ya vamos Lee. - Le dijo con hastió a un chico de cabello negro en forma de honguito.

Los tres salieron del salón acompañados por un gran silencio.

- Hinata. - Dijo el rubio mientras se sentaba junto a ella. - ¿Cómo estas?

- Bien, Naruto. - Apenas pudo contestar por los nervios.

Todos los aquí presentes se reían y hacían bromas entre ellos. El chico de las marcas rojas en la cara hablaba con otro chico de lentes obscuros y redondos. Otro de cabello corto y negro se sentó a hablar con un chico de cabello negro, recogido en media cola en forma de piña. Sakura le hablaba a Ino de un tal Sasuke, y yo, bueno, yo estaba callada observándolos a todos.

- ¡Hey! - Me susurro Ino. - Ponte de pie.

Y así lo hice.

- ¡Pónganme atención! - Grito y todos se callaron. - Tenemos una compañera nueva.

Todas las miradas se pusieron sobre mi, y al parecer nadie había advertido mi presencia.

- ¿Cómo te llamas? - Pregunto una voz que venia desde la puerta.

Todos volteamos a ver quien era el dueño de dicha voz.

- Kakashi Sensei, ni porque es el primer día llego temprano.

- Guarda silencio, Naruto. - En la puerta estaba parado un hombre de cabello plateado con la mitad de la cara cubierta, raro. - ¿Qué no ves que tu compañera se esta presentando? Puedes continuar.

El Sensei recorrió todo el salón hasta llegar al escritorio.

-Mi nombre es Sekai.

- ¿De dónde vienes? - Dijo Kakashi. - Nunca te había visto en Konoha.

- Viejo pervertido. - Susurro Naruto.

Yo apenas solté unas risas.

- Vengo de la Aldea de la Arena. - Hubo un silencio sepulcral, y de pronto todos dejaron de verme y dirigieron sus miradas al chico peinado de piña.

- ¿Aldea de la Arena? - Dijo este mismo mirándome. - Que problemática.

Las miradas regresaron a mi.

- ¿No sabes otra palabra, Shikamaru? - Dijo el chico de las marcas.

- Su ex novia es de la Aldea de la Arena. - Me dijo Ino. - Se llama Temari, ¿La conoces?

Pensé por unos segundos.

- Temari... Temari. - Repetí hasta recordar. - ¡Temari! ¡La hermana de Kankuro y Gaara!

- Esos pesados. - Gruño el rubio ojiazul con las manos en forma de puño.

Lo mire con ojos asesinos.

- ¡Hey! Estas hablando de mi mejor amigo y su hermano. - Lo señale acusadora.

- Gaara es tu mejor amigo. - Me pregunto Sakura.

La mire raro.

- ¿Gaara? ¡Claro que no! - Conteste. - Kankuro es mi mejor amigo.

Todos me miraron con sorpresa.

- Espera un momento. - Me dijo Shikamaru. - Tú eres la novia pelirroja de Gaara, la que Temari dijo "Si tienen hijos hay una probabilidad del 100% que sean pelirrojos". - Si, soy pelirroja de ojos verdes.

- Y tú eres el vago, según Kankuro, por el que Temari se la pasaba en la Hoja ¿Verdad?. - Me defendí, aunque no me estuviera atacando.

- ¡Vago! - Grito el chico de las marcas.

Shikamaru lo miro mal.

- ¿Eres novia de Gaara? - Me pregunto un azabache parado en la puerta.

- ¡Sasuke! - Grito Sakura y él se sentó junto a ella.

- Sí, pero fue hace mucho tiempo. - Conteste.

Kakashi Sensei se levanto de su asiento.

- Esta platica esta bastante interesante, pero debo ir a ver a la directora Tsunae. - Se paro en el umbral de la puerta. - Ustedes sigan conociéndose, y, Sekai.

- ¿Si? - Pregunte.

- Siente con Shikamaru. - Unos sonidos en forma de burla se hicieron presentes. - Y no te cambies de lugar, nunca.

Tome mi mochila y me senté con el piña.

- Hola, Shikamaru. - Dije mientras me sentaba junto a él.

- Hola. - Me miro directo a los ojos. - Te ves problemática.

- Gracias. - Sonreí.

Después de eso todos tomaron sus lugares.

Ellos se necesitabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora