Chapitre Sept: d'Arc

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Lʌs BʀυJʌs ɗє Sʌʟєм

Chaptre Sept: d'Arc

Plaza del Mercado Viejo de Ruán, Francia, 30 de mayo de 1431

Hérétique, infame, apostate et ydolatre se leía en un cartel que había sobre su cabeza.

-¡Obsérvenla! -gritaba un hombre encapuchado que alzaba un gran crucifijo de oro contra una dama-. ¡Esta mujer afirma que Dios la ha hablado y que voces escucha en su interior! -La joven intentaba rehuir las ardientes llamas sin éxito, pues se hallaba atada a una estaca mediante el poder de una cuerda de esparto-. ¿De verdad querrían ustedes que contase con el libre arbitrio de caminar por las calles del Reino de Francia tranquilamente? Cerca de sus casas, de sus esposas, ¡de sus hijos!... Yo, desde luego, no lo permitiría. -La alborotada multitud aclamaba las palabras del hombre.

-¡No, por favor! -suplicaba ella con los ojos rojos, hinchados y llenos de lágrimas-. Yo no he hecho nada.

-¡Falacias! Vistiose usted con armadura de caballero para luchar en la guerra y dijo hacerlo por orden divina.

-¡No miento! ¡Él me lo ordenó! -se dirigió al pueblo que observaba atentamente, a su pueblo-. ¡Créanme!

Esas fueron sus últimas palabras antes de que de su piel comenzasen a brotar llagas y quemaduras. Se retorcía con fuerza intentando deshacerse de sus ataduras, mas conseguirlo no pudo.

En cenizas se convirtió aquella mujer que quiso, vestida de caballero, reconquistar Francia por orden y voluntad de Dios. Sin embargo, acabó se cruzándose con el gran poder de la Iglesia, que le ganó la batalla más importante. Sin lugar a dudas, una dama que la historia recordaría como una heroína, con el nombre de Joanne d'Arc o Juana de Arco, injustamente acusada de brujería.

¿O no?

.

Casa de aquelarres del bosque, Salem, 1692

-Démonos las manos de nuevo -Todas las brujas lo hicieron, cerrando un círculo en mitad de la estancia y conjuraron a la vez:

Iter.

Facere itinerem.

Aumentando el volumen progresivamente continuaron el cántico.

Iter.

Facere itinerem.

Iter.

Facere itinerem.

Iter.

Facere itinerem.

Ave d'Arc.

Ave.

Facere resurrectionis itinerem.

Un fuerte viento sin origen natural se levantó en la habitación, sacudiendo los cabellos y ropajes de las brujas. El polvo se arremolinó en el centro del círculo, comenzando a tomar forma. Forma humana.

-Porque polvo somos... -enunció Tituba.

-... y en polvo nos convertiremos -replicó el resto al unísono. Sonrieron.

La masa adquirió unos reflejos morados y verdes oscuro que acabaron por generar una figura femenina en carne y hueso.

-Bienvenida al aquelarre de Salem, Joanne -felicitaron.

-Hermanas -saludó esta con una esencia de acento francés-. Me habéis devuelto a la vida.

-Así es -dijo Tituba-. Tu ayuda nos es muy necesaria.

Las Brujas de Salem [Watty's Winner]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora