La tormenta

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Antes de que el sol saliera, Fili despertó, tenía un mal presentimiento pero decidió ignorarlo.Abrazó a su futura esposa que seguía dormida y se trató de convencer que nada malo pasaría, que no serían tantos orcos y que, para ser honestos, los elfos harían la mayoría del trabajo porque odiaban más que nadie a los orcos. Se estiró delicadamente para no despertarla y trató de volver a dormir, pero no pudo el sentimiento de que algo muy malo iba a ocurrir no lo abandonaba. Entonces se puso a pensar en su vida, lo feliz que había sido su infancia con su hermano, su madre y su tío, de todas las aventuras que vivió, se acordó de su hogar en las montañas azules y lo mucho que deseaba volver y darle un abrazo muy fuerte a su madre. Luego pensó en lo que el futuro le traería y lo feliz que iba a ser. Se sumió tanto en sus pensamientos que no se percató del amanecer, cuando se dio cuenta su corazón se lleno de miedo por la batalla. Despertó a Irised con un beso largo en los labios y un abrazo fuerte.

-Despierta mi amor, ya es hora- Fili dijo con un poco de tristeza. Ella asintió bostezó, lo besó largo y le deseo buenos días. Se dieron una rápida ducha juntos y empezaron a preparar sus cosas en cómodo silencio, luego platicaron un rato, rieron y por un momento se olvidaron de lo que estaba a punto de suceder. Desayunaron y luego se prepararon para la batalla.

- No tienes que ir mi cielo- Fili trataba de disuadirla, no quería que nada le pasara, necesitaba que ella estuviera a salvo.

- Voy a ir porque mi lugar está con mi esposo, porque vivimos juntos y si sucede morimos juntos también quiero sentir que en cierto modo te ayudo y te protejo, aunque suene tonto, ir a la batalla me hace sentir eso. - Irised contestó, luego se besaron lentamente demostrándose todo el amor que se tenían y se abrazaron muy fuerte, las lágrimas corrían por las mejillas de ambos.

Kili y Ari no se querían separar tampoco, por que en le fondo sabían en el fondo que era una despedida de la que no sabían si habría otro saludo. Querían pensar que era un hasta luego, que solo sería una pequeña batalla simple y también deseaban que se cancelara. Apenas empezaban a estar juntos y ya era momento de partir. Entre esperanzas, besos, caricias y abrazos, la pareja pasó las últimas horas antes de que la tormenta se desatara.

Bilbo no vio mucho a Thorin, solo en la mañana cuando despertó en sus brazos, luego el enano se duchó y se fue. Bilbo sentía mucho miedo, quería obligar a Thorin a usar el mithril, quería que le dijera a los elfos que quería paz, que por favor ayudaran con armaduras mas fuertes, pero sabía que no pasaría. Tomó a Dardo y se puso su playera de mithril, caminó lento hacia los ejércitos que ya estaban listos y se unió a sus filas. Se puso un casco, desenvainó su espada y corrió junto a los demás hacia los orcos y los wargos, sabía que en ese momento estaba siendo muy valiente porque derrotó su miedo y con ese pensamiento en la cabeza de la mayoría, se desató la gran tempestad.

La batalla fue larga y muy complicada, parecía nunca acabar y que más enemigos venían. Irised nunca se separo de Fili, se cuidaban la espalda y todo parecía ir bien hasta que una oleada de orcos hizo que se separaran, la pareja luchó todo lo que podían para volver a estar juntos pero una segunda oleada similar hizo que se perdieran de vista. Irised nunca sintió tanto temor y nunca se había sentido tan sola, no podía ver enanos ni elfos ni humanos solo asquerosos orcos, ¿por qué no volvían al repugnante del que habían salido?.

Mientras tanto en la montaña Ari le rezaba a Eru, a Mandos y a Mahal que su Kili estuviera bien, que lo ayudaran, lo protegieran y lo salvaran en caso de ser necesario, nunca había sentido tanta preocupación, se preocupaba por los niños de Bardo también y por toda la gente buena que estaba en esa batalla. Se llevó las manos a la cara y lloró de tanta angustia y preocupación. Se dijo a si misma que era una mujer fuerte y se calmó, respiró hondo y caminó hasta el otro lado de la montaña donde no había guerra.

Fili cae en batalla, Irised corrió hacia él que aún estaba agonizando. Estaba llorando y lo abrazó muy fuerte, no podía estar pasando ella pensó, seguro era solo una herida leve y le estaba jugando una broma, pero lamentablemente pensaba mal. Él la abrazó tan fuerte como pudo, con la poca energía que le quedaba, si ella vivía, él se iría feliz.

-Resiste mi amor, solo es una herida pequeña, por favor no me dejes sola en este mundo por favor resiste, tu puedes, eres fuerte-Irised le dijo llorando, tomo su mano y entrelazó sus dedos con los de él.

- No llores, en momentos como este te quiero ver sonreír, eres mi luz y mi todo, tu trajiste el color a mi vida, me hiciste tan feliz y yo sé que nuestra vida iba a ser la más perfecta de todas- Fili dijo con lágrimas pero con una pequeña sonrisa y luego la besó largo con tanto amor que las palabras no alcanzan para describirlo.

Los orcos huían mientras esto pasaba y mataban a los desprevenidos, un orco vio a Irised, ella solo sintió el frío metal en su espalda y abdomen, no gritó de dolor, no hizo nada mas que sonreír un poco a su Fili y apretar su mano, se acostó junto a el con su cabeza en el hombro de él y ambos se voltearon a ver.

- Vivimos juntos y morimos juntos- dijeron ambos con su último aliento y cerraron los ojos para siempre, sus manos seguían entrelazadas fuerte.

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Ari miraba a lo que fue el campo de batalla, mordía sus uñas, esperaba que Kili entrara triunfal por las puertas de Erebor y la abrazara. Vio a muchos enanos entrar pero ninguno era Kili, caminó hacia los heridos y ahí tampoco estaba, sentía pánico y muchas ganas de llorar por que en el fondo sabía que los Valar no la habían escuchado. Se acercó a un enano que estaba ordenando a todos para recoger a los muertos y heridos y para ayudar a estos últimos.

- ¿Y Kili?¿Está limpiando o ayudando a los heridos?- preguntó aun con una leve esperanza que rozaba en ingenuidad.

- Lo siento, Lord Kili, es uno de los caídos- dijo el enano con tristeza, -su cuerpo está por allá si desea decir adiós- le dio una suave palmada en el hombro a Ari y se fue a seguir ayudando.

Ari corrió hasta él y cuando lo vio su mundo se despedazó, las piernas le temblaban y sentía que el aire le faltaba, las lágrimas caían por sus mejillas y cuando logró juntar un poco de fuerza caminó hacia el cuerpo del hombre que amó. Tocó el rostro frío de Kili con manos temblorosas y lo besó suave. Lloró abrazada de él y le dijo lo mucho que lo amó, supo entonces que la vida es cruel, que le dio a probar el amor verdadero pero no le permitió quedárselo, sintió la tristeza más profunda. Se limpió las lágrimas y le prometió a Kili que ella cumpliría sus sueños por él.

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Bilbo estaba con Thorin en los heridos, Thorin estaba inconsciente y Bilbo sabía que no era probable que despertara. Entre lágrimas, el hobbit le cotaba a Thorin de la comarca, le dijo por que se había enamorado de él y mil veces le repitió lo mucho que le amaba y cuanto lo necesitaba con la esperanza de que él despertara y lo abrazara otra vez. Pasó horas así, en su mente repetía las últimas palabras del enano y deseo que pudiera enseñarle la vida donde la calma era más valorada que el oro. Al atardecer Escudo de Roble murió por sus heridas de batalla apretando la mano del hobbit. Bilbo lloró, abrazó a Thorin y le susurró todo lo que lo amó. Un enano le dio la noticia de que Irised había fallecido también y el mundo de Bilbo se desmoronó por completo. Lloró hasta que los ojos le ardieron y la voz se volvió ronca, se quedó dormido junto al cuerpo de Thorin y despertó solo. Tomó sus cosas y fue con el enano encargado de los funerales.

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Fili e Irised fueron enterrados juntos en Erebor, Bilbo volvió a la comarca con Gandalf y ahí enterraron a Thorin, junto a su tumba Bilbo plantó la bellota que había encontrado en la casa de Beorn en su memoria. Todos los días le deja flores y le habla. Visita Erebor seguido para ver a su prima y también le deja sus flores favoritas y a veces les cuenta de su vida. La vida de Bilbo nunca volvió a ser la misma y hay quien asegura que nunca fue completamente feliz después de ese acontecimiento.

**HARÉ UN EPÍLOGO**

Irised, la hobbitDonde viven las historias. Descúbrelo ahora