La vida de casada.

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Después de años de casados y de viajar a través del mundo, de vivir muchas aventuras más, Irised se embarazó. Nació una hermosa niña a la que llamaron Mithrellas, tenía los ojos azules como los de Fili y el cabello negro como el de Irised. Pocos años después nació Durin, el tenía los ojos cafés como los de ella y el pelo rubio como él. 


Dejaron las aventuras y empezaron a tener una vida de casa, fue un cambio muy radical pero nada los hacía mas felices que tener a sus dos pequeños corriendo por la casa. Fili consiguió trabajo como joyero por que ellos querían vivir una vida normal y ganar su propio dinero. Irised decidió ser una ama de casa y dedicarse a sus hijos y el hogar por que eso la hacía sentir feliz. 

Un día decidieron tener un día de campo y fue el día mas divertido de todos. Mithrellas tenía 10 años y Durin 8 años. Fueron a la comarca por que luego pasarían con Bilbo y Thorin. Era un lugar rodeado de flores, llevaron emparedados de pollo, jamón y mantequilla de maní con mermelada de fresa. 

Primero fueron a ver las flores y la pequeña Mithrellas se llevó algunas para poder plantar en su casa, Durin disfrutó de ver a los insectos que rondaban por ahí y se fue a jugar un rato con su hermana dándoles tiempo a solas. Se tomaron de las manos y caminaron en silencio disfrutando del canto de los pájaros y el suave susurro del viento. Se besaron con mucho amor lento y largo.

Llegó la hora de la comida, todos se sentaron en el pasto y comieron los emparedados sonriendo y rieron todo el tiempo, jugaron algunos juegos de mesa que habían llevado y luego a la pelota. Dieron un paseo por el Delagua y pasaron un día hermoso. 

Fueron a cenar con Bilbo y Thorin, los niños se durmieron después de la cena. Los adultos platicaron hasta tarde, se rieron y recordaron los buenos tiempos, hablaron de lo que hacían ahora y de lo feliz que era su vida. Planearon verse más seguido y así fue. 

Fili e Irised supieron entonces que no podrían pedir una vida más perfecta, era la vida de los sueños de los dos y la felicidad nunca se les acabó. Disfrutaron de ver a sus hijos crecer e irse a su debido tiempo, disfrutaron de más aventuras y de una vejez tranquila. Se fueron con una sonrisa en el rostro a los salones de sus ancestros y están juntos para toda la eternidad 


NOTA DE LA AUTORA.

Este capítulo es para celebrar que son 500 views, muchas gracias por el apoyo a esta serie. 


Los quiero mucho


-Mariana Pace


Irised, la hobbitDonde viven las historias. Descúbrelo ahora