Montaña, dragón, elfos,humanos y enanos

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Después de mucho tiempo de estar en el barco llegaron a las costas de Erebor. Se bajaron felices y caminaron mucho. Llegaron a las ruinas de Dale, sintieron miedo como cuando vino el dragón la primera vez.
Caminaron por las calles vacías y tenebrosas cuidadosos por que no sabían que habitaba las ruinas.
Thorin tomó la mano de Bilbo y el hobbit sonrió.
-Tienen algo- Kili le dijo a Fili e Irised que caminaban con el brazo de él alrededor de los hombros de ella.
-Si definitivamente- concluyó Fili sonriendo -Me alegro por ellos, de verdad que sí y creo que toda la compañía lo hace- Fili sonrió mas.
Después de mucho caminar entre ruinas llegaron a las faldas de la montaña solitaria. Empezaron a escalar para llegar a la entrada secreta, abrieron la puerta y mandaron al pobre hobbit dentro.
Bilbo entró con miedo y primero sacó una bolsa de oro.
-Bueno, Thorin, aquí está esperemos que aquí esté la piedra del arca- Bilbo le sonrió
-Esperemos- Thorin besó los labios del hobbit suave y sonrió.
Todos quedaron sorprendidos de que estuvieran juntos.
Mientras tanto Fili e Irised estaban sentados platicando y besándose.
- Tengo miedo del dragón - Irised comentó y abrazó a Fili
-Vamos a estar bien, se muere el dragón, la montaña es nuestra y vivimos felices- Fili no estaba tan seguro pero quería que Irised se sintiera bien.
Al día siguiente volvió a entrar el hobbit pero esta vez casi despierta al dragón.
La tercera vez fue un horror, el dragón despertó. El pobre Bilbo salió corriendo y se ocultó muy bien.
Irised escuchó la voz del dragón y abrazó a Fili con mucho miedo. Fili también tenía miedo y la abrazó muy fuerte para darse valor entre los dos. Irised temblaba suave del miedo y se abrazaron más fuerte.
El dragón llegó a La Ciudad del Lago donde empezó a hacer destrozos pero Bardo le disparó con el arco de los vientos y lo mató, pero el dragón cayó sobre la Ciudad destruyéndola. Todos los habitantes fueron en barcos a las orillas de la montaña para poder reconstruir su pueblo. Nombraron a Bardo gobernador del la Ciudad.
Desesperados pidieron ayuda de los elfos que regresaron para ayudarlos sin pedir nada a cambio y se volvieron aliados y amigos.
Ente los elfos estaban el Rey y su esposa. Los enanos le debían a los humanos así que decidieron ayudarlos a recuperar lo que era suyo y saldaban una muy vieja deuda con los enanos.
Mientras todo eso sucedía, en Erebor, Thorin había decidido que no les debía nada a los humanos y que ese tesoro era solo de los enanos.
- Lo que está haciendo Thorin está mal- le dijo Irised a Fili después de hacer el amor esa noche.
-Yo lo sé pero no permite que nadie se lo diga- Fili le dijo mientras sostenía la mano de su hobbit contra su pecho.
-Espero que se componga pronto- mencionó Irised antes de que se quedaran dormidos abrazados.
En su recámara, Kili solo pensaba en Ari, no podía sacar de su mente  los hermosos ojos café que tenía, el brillante cabello negro y la más perfecta sonrisa del mundo. Se quedó dormido pensando en eso.
A la mañana siguiente Bardo, Thranduil y Mariana estaban en las puertas de Erebor.
Le pidieron de la manera mas atenta a Thorin que pagará, como no funcionó trataron el modo agresivo y tajante.
- O pagas, o hay guerra- dijo Bardo valientemente.
- Es mi tesoro y tendrá que haber guerra para quitármelo- Thorin gritó y se fue. Mandó un cuervo a las Colinas de Hierro para que lo ayudaran y ellos aceptaron.
Fili abrazó a Irised por la cintura y la tuvo cerca de su cuerpo para darse valor.
Había nubes de tormenta que se cernían sobre ellos, amenazadoras.
Esa noche nadie durmió tranquilo, Irised le rezó a Eru y a todos los Valar que por favor no permitieran que la guerra sucediera. Rezó hasta que se quedó dormida abrazando a su Fili y esa noche soñó con la comarca.

Irised, la hobbitDonde viven las historias. Descúbrelo ahora