Capítulo 25

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Habían pasado Cuatro días desde que Lucero llegó a Acapulco, días en los que además de estar presentando, también los aprovechaba para conocer y entablar amistad con los participantes del programa. Todos se llevaban muy bien, mientras grababan aprovechaban para platicar o para hacer bromas, en fin todos hacían que el ambiente fuera agradable.

Pero había alguien que no solo estaba interesado en entablar amistad con Lucero, más bien quería algo más con ella, él era Marcelo, un actor de telenovelas, que en cuanto había visto a Lucero se interesó en ella. La primera noche en la cual todos habían tenido una cena de bienvenida, él no le quitaba los ojos de encima, le pareció una mujer muy bella y divertida, y creyó que podría conquistarla.

Ese era su objetivo de ahora en adelante, conquistar a Lucero, "Tal vez tenga novio" pensaba, pero eso a él no le importaba, quería a Lucero y la iba conseguir.

Los siguientes días Marcelo estuvo llevando a cabo sus dotes de conquista, aprovechaba cualquier oportunidad para conversar con ella, para preguntarle miles de cosas y conocerla a fondo. También había oportunidades en que le llevaba algún detalle, alguna rosa o algún dulce, siempre tratando de ser especial y amable con ella.

A Lucero no le pareció extraño esa amabilidad y ese interés, pues creía que lo único que Marcelo buscaba era su amistad, pensaba que tal vez él era un hombre muy cariñoso y detallista con sus amigos, por eso él se comportaba así con ella. Además eso de llevarle uno que otro detalle también lo hacía con sus compañeras de equipo, así que por que sospechar otra cosa.

*******

Por otro lado mientras Lucero estaba en Acapulco trabajando, Fernando hacía lo mismo en México, estos días había estado grabando hasta muy tarde, pero ni su trabajo lograba distraerlo para no pensar mucho en Lucero, él no se imaginó que pudiera extrañarla tanto, a pesar de que se llamaban a cada rato, cada vez que llegaba a su departamento se sentía más solo que nunca, ansiaba tenerla allí esperándolo para que cuando llegara le diera un fuerte abrazo y uno de esos besos que derrochaban tanta dulzura y pasión.

Pero ella no estaba allí, al contrario, estaba lejos de él, y esa situación lo estaba desesperando, necesitaba estar con ella pronto, a pesar de que faltaban pocos días para que ella volviera no podía soportar un día más su ausencia. Así que buscando una solución tomó la decisión de ir a Acapulco, así fuera solo un día.

Fernando llegó a hablar con Nicandro, le pidió que por favor le permitiera ausentarse por un día, le dijo que estaba desesperado por ver a su novia, que tenía un presentimiento extraño así que necesitaba estar con ella; tal vez esa no era una razón válida para que Nick le concediera el permiso, pero a pesar de aquello Fernando era su amigo y notaba en él cierta preocupación y cierto desespero. Así que después de pensarlo varios minutos, le concedió a Fernando lo que tanto quería, pero eso sí con la condición de que solo fuera un día, y que al siguiente estuviera en el foro súper temprano para continuar con las grabaciones.

Fernando sintió cierto alivio al saber que ya pronto tendría entre sus brazos a su amor.

En la noche después de salir del foro Fernando se dirigió a su casa para empacar lo que necesitaba llevarse, no tardó mucho tiempo en hacerlo. En seguida salió rumbo a Acapulco, no le había contado nada a Lucero porque quería darle una sorpresa.

*****

Lucero se encontraba cenando en compañía del productor y algunos de los artistas participantes, por supuesto Marcelo era uno de ellos, desde que habían llegado al hotel ese día, no se le había despegado ni un solo momento.

Durante la cena conversaron y rieron durante largo tiempo, pero ya era hora de que cada uno se fuera a su habitación, pues al día siguiente tendrían que madrugar para salir y realizar las siguientes pruebas.

Lucero se despidió de todos y se dirigió hacia su habitación, realmente estaba agotada, solo quería llegar a su cama y dormir bastante, lo que no sabía era la sorpresa que le esperaba.

Cuando estuvo dentro de su cuarto a punto de ponerse su pijama, escuchó que alguien golpeaba su puerta, "quien podría ser" fue la pregunta que surgió en su cabeza. En cuanto abrió, no podía creer lo que estaba viendo, era él, su Fernando, su amor, el que tanto extrañaba.

LUCERO: Fer, que estás haciendo aquí. (Le preguntó confundida)

FERNANDO: No pude resistir un día más sin ti Lucero. Te extrañaba demasiado así que decidí venir a verte (le dijo dándole un abrazo muy fuerte)

LUCERO: Pero... y las grabaciones? ( preguntó separándose de él para mirarlo)

FERNANDO: Le rogué a Nick, que me diera permiso por un día, le conté que necesitaba verte pronto, que me estaba desesperando por no tenerte a mi lado..... Y bueno después de pensarlo bastante me dijo que sí.

LUCERO: (emitió una sonrisa) No puedo creer que estés aquí.... No será que estoy soñando?

FERNANDO: Claro que no mi amor, es la realidad estoy aquí contigo..... Pero si quieres te pellizco para que te convenzas que no es un sueño (le dijo bromeando)

LUCERO: No, mejor no, con que me lo digas me basta(le respondió riéndose).

Fernando se dio cuenta que una de las cosas que más extrañaba de Lucero era su hermosa sonrisa, aquella que le alegraba los días, aquella que iluminaba su vida.

Sin poder aguantarse más tomó a Lucero por la cintura y la besó, pero no fue un beso cualquiera, fue un beso intenso, cargado de ternura, de pasión, de deseo, pero sobre todo de mucho amor.

En aquel beso se reflejaba lo mucho que la había extrañado, ahora solo podía sentir felicidad y tranquilidad, ahora solo quería tenerla entre sus brazos y no soltarla nunca más.

Lucero por su parte se sentía igual, lo había extrañado tanto como él a ella, pero ahora él estaba allí, como siempre había querido. Su boca respondía a su beso de manera intensa, sus labios querían saborear los de Fernando, su lengua quería rozar y jugar con la de él, su piel anhelaba sus caricias y su cuerpo necesitaba el calor de él.

Así permanecieron durante largo tiempo, besándose apasionadamente, sin querer despegarse. Pero lamentablemente les tocó hacerlo ya que de nuevo alguien estaba tocando la puerta, ambos estaban con la respiración agitada y con la cara llena de sorpresa, preguntándose quien podría ser.

FERNANDO: Quién es?

LUCERO: No lo se, déjame voy a abrir.

FERNANDO: Está bien, pero no abras mucho la puerta, no podemos dejar que me vean aquí.

Lucero solo asintió con la cabeza, y de inmediato fue a abrir, al hacerlo se encontró allí afuera a Marcelo, él estaba con una sonrisa en su cara y con una rosa en su mano.

Del desprecio al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora