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Abrí los ojos de golpe. Seis de la mañana, hoy daba tiempo a una ducha.
Mientras el agua fría caía por mi cuerpo lentamente despejándome, le rogué a Dios que el día de hoy fuese diferente, no tenía ninguna gana de tener que fruncir el ceño tanto en un día. Causa arrugas.

Me vestí casual pero sin perder mi toque. Jeans ajustados y rasgados por las rodillas con un crop-top blanco. Hoy no valía la excusa de la gafas, hoy tenía que maquillarme. No sé pero tenía la necesidad de llamar la atención de Nash.

Sí gente, me lo quería ligar. Y ya sabeis que yo siempre consigo lo que quiero, solo espero que no se haga el difícil.

Me di una palmada en la cabeza al acordarme que no tenía coche y que estaba castigada. No había ganas de ir en el asqueroso autobús escolar, y muchas menos de ir andando.

No sabía que hacer, no tenía a nadie que me llevase. Entonces encontré una notita en la encimera. La abrí y con tan solo ver la caligrafía sabía que no era de mis padres. En la nota ponía un número y más abajo:

"Llámame para lo que necesites Charlotte,

Nash."

Rápido encendí mi móvil y llamé a Nash. Seguro que era un ángel de la guarda que Dios me había dejado para librarme de todos los males del mundo a.k.a Jace y Scarlett.

-¡Nash!-exclamé cuando me cogieron el teléfono.

-¿Avery? ¿Ocurre algo?-dijo con voz ronca, acababa de despertar.

-Necesito que me hagas otro favor.

-Dime.-bostezó desde la otra línea.

-¿Me llevarías al instituto?

-Claro, estoy ahí en diez minutos.

Colgué.

Esto también me iba a servir. Hasta cuando meto la pata las cosas me salen bien. Llegaré allí en el coche de Nash y todos nos mirarán como diciendo: Mirad, Avery y Nash son novios. Ya los veo con las coronas de rey y reina del baile.

Esto iba de perlas.

Unos minutos después sonó el timbre. Cogí mi mochila y salí de casa para encontrarme con un Nash de ojos hinchados.

-¿Buenos días? Siento haberte despertado.

-No pasa nada. Has sido mi despertador, si no fuera por ti, llegaba otra vez tarde. No sé como lo hago pero siempre llego tarde.-reímos.

El viaje hacia clase se me hizo corto pues íbamos hablando y gastando bromas. Nash además de guapo y tierno, era buena persona.

Al llegar todos los del equipo de fútbol estaban en frente nuestro. No quería salir, y por la cara de Nash supuse que él tampoco tenía muchas ganas. Había algo de terror en sus ojos.

-¿Nash?-me miró-¿Por qué esa cara?

-¿Qué cara?

-Nash, ambos sabemos que no tenemos ninguna gana de salir de aquí. Yo tengo razones porque ahí esta un cerdo que me rompió el corazón, pero tú no debes tener miedo. Deberían respetarte, de paso.

-Ayer estuvieron la mayoría del día detrás mío pegándome y molestándome.

-¿En serio?

No me imaginaba que a un tío como Nash le estuvieran haciendo este tipo de cosas.

Se iban a enterar.

-Sal del coche.-dije con voz firme.

-¿Qué? No.

She bad  (Cameron Dallas)- SamanthaSounds | miilsonrisasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora