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Abrí los ojos automáticamente cuando sonó el despertador. Eran las cinco de la mañana y, aunque no había muchas energías, debía hacer muchas cosas antes de irme al instituto.

Lo primero que hice fue ducharme con agua tibia para despejarme un poco y relajarme también.

Después de ello elegí un conjunto básico que solía llevar antes de ser popular. Camiseta blanca, jeans negros rasgados por las rodillas y una chaqueta morada, todo acompañado por mis alpargatas de cuero negras.

Me miré al espejo y sonreí al ver mi cara sin un rastro de maquillaje, era como si me hubiese estado engañando todo este tiempo de como es mi físico en realidad, como si hubiera llevado una máscara.
Cogí la vaselina para los labios, los cuales estaban secos, y un rímel transparente que me solía poner de más pequeña para resaltar mis pestañas.

Cogí mi mochila, dos paquetes de galletas de chocolate y salí de casa para ir andando al instituto mientras comía galletas.

Al llegar, ni siquiera estaba abierto y solo había un par de personas en la entrada.

Sonreí para mis adentros y caminé hasta la parte trasera del edificio, donde se encontraba el tablón de anuncios.

Cogí todos los carteles míos para ser la reina del baile y los tiré a la basura más cercana que encontré. Después, cogí un rotulador negro y pinté bigotes a los de Scarlett para luego poner en el cartel más grande "CJ company", la cual era la firma que teníamos Jack y yo a todas las travesuras que hacíamos.

Sonreí recordando esos momentos.

Tuve que demorarme bastante ya que en la puerta del instituto no había un alma cuando volví.

No pasaba nada por faltar a clases.

Anduve alrededor del recinto hasta llegar al punto de aburrirme, entonces me acordé de un centro de tatutajes donde Jack había querido ir desde siempre.

No os voy a negar que no hubiéramos ido, pues es mentira. Íbamos cuando éramos aún pequeños y él del local ya nos conocía como si fuéramos clintes habituales, de esos que llevan tatuajes hasta en las orejas.

No pasaba nada por ir a visitar a un viejo amigo.

Gracias a Dios que recordé el camino, pues quién sabe que pasaría si me pierdo por aquellas callejuelas. Era una zona peligrosa.

Me planté frente al sitio y celebré que pusiera el típico cartel de "abierto".

Entre al lugar. No había nadie y estaba tal y como la última vez que fui.

-¿Necesitas algo?-dijo una voz gruesa detrás mío que supe reconocer al instante.

-¿Joseph?-el hombre me miró como si hablará en chino-¡Joseph! Soy Avery, la pequeña torbellino.

-¿Avery?-se acercó a mí mientras asentía-¿Eres Avery la que me quería quitar la aguja? ¡Avery!-me abrazó.

-Ya decía yo que no te ibas a olvidar de mí.

-¿Pero no eras morena?-revolvió mi pelo y reí.

-Ahora soy Pelo Gris.-sonreí recordando mi mote.

-¿Y el torbellino rubiales?

-Para ser realista, no sé.-suspiré con nostalgia-Quiero hacerme un tatuaje.

-Pues te lo hago con mucho gusto, ¿sabes exactamente qué quieres?-asentí-Bien, pues sígueme a la mágica Narnia.

Jack y yo llamábamos Narnia a una sala en la cual hacían los tatuajes y había la cara de un león en la pared.

She bad  (Cameron Dallas)- SamanthaSounds | miilsonrisasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora