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—¿Piensas decirme lo que te pasa o qué?—Dijo Jocelyn con voz cansada mientras clavaba sus ojos en mí. —¿No le ha gustado tu look a Cameron? —Escondí mi cara en la almohada más cercana.—Pues es un idiota ciego, que merece que le pise un elefante.

—No es eso.—Interrumpí a mi amiga. —Tiene una amiga. Una que se llama como esas galletas...tus favoritas.

—¿Oreo?

—Algo así. Una mezcla de Oreo y gorrión...Orion. Eso.

Jocelyn se empezó a reír por mi comentario.

—¿Te ha...engañado?

—No. O eso dice. Pero...tiene razón. Debería haber estado allí desde hace una semana...incluso antes. Pero soy tan jodidamente cobarde que ni siquiera he podido decírselo. Y encima hoy le recriminé lo del piso. Y ahora esta enfadado. Y me odia. Agh , odio sentirme vulnerable por una discusión.

—Te dije que lo hablases cuanto antes.

—Lo sé. Pero es que...¿y no nos sale bien?

—Pues se vuelve a intentar Avery. Pero no vas a hacer algo que no quieres, o que sientes que no es lo tuyo. En cuanto al tema de Cameron, deberías irte ya con él, arreglar las cosas. Yo puedo esperar un poco más.

—¿Enserio?

—Sí. Mira, si queremos que nuestro proyecto tenga sentido, y éxito, te necesito feliz, con las pilas cargadas. Así que mientras tu estabas llorando como una niña pequeña, te he comprado pasaje para Massachusetts. Ve y reclama a tu hombre.

[...]

A primera hora de la mañana ya estaba en el aeropuerto con solo mi
maleta de mano y un bolso.

Al tener el otro juego de llaves del piso en el que estaba Cameron, no debía llamarlo tan siquiera.

Cuando llegó en taxi hasta el que sería su hogar se percató de que no había regresado de la universidad aún, así que le daba tiempo a organizar alguna sorpresa.

...

La casa, estaba tan recogida, pero no me sorprendió, Cameron siempre había sido muy ordenado.
Subí hasta su habitación, la cama estaba aun sin hacer, pero por el resto todo estaba recogido. Me senté en el pie de la cama pero luego fui gateando hasta las almohadas y me hundí en ellas.

Su perfume estaba impregnando sus fosas nasales.

Tal vez hasta ese punto, no se había dado cuenta de cuanto le había hecho falta Cameron.

Ordené la cama y luego coloqué mis cosas. Increíblemente Cameron aún había respetado mi sitio en el armario y en la cómoda.

Cuando terminé de arreglar bajé con la intención de pedir algo para que comiéramos juntos. Pedí  algo de sushi, y también postre, Cam estaría por llegar. Lo sabía porque me había enviado al iniciar el curso  su horario. Así que ya mismo debía llegar. ¿No?

Una hora había pasado y comencé a tomar sola aquel sushi.

Tal vez había tenido alguna cosa extraescolar.

Tres horas.

Eran las seis de la tarde, y aunque podría haberme evitado ese papel lamentable que estaba haciendo con solo una llamada, eso le quitaba efecto a la sorpresa.

Sin embargo, no fue hasta las diez de la noche cuando Cameron abrió la puerta y me desperté por el ruido. Bajé las escaleras con el único sentimiento de tirarme a sus brazos y arreglar nuestras diferencias con besos, cuando lo vi tambaleándose  sentándose en la sala.

—¿Avery? —Arrugó el entrecejo.—¿Qué haces aquí? Dios, debí pasarme con la bebida. Ya estoy delirando.—Dijo mientras se frotaba los ojos y gimoteaba.

¿Por qué estaba llorando?

Bajé lo que me quedaba de  las escaleras y fui hasta donde estaba él.

—¿Cam?

—Tu voz suena tan real...

—Es porque estoy aquí de verdad. —Me puse de rodillas frente a él, que seguía sentado en el sofá, y quité las manos de su cara para que me viese.

—¿Avery?—Sujetó mi cara entre sus manos.

Asentí.

—Joder, creí que podría perderte.

—Eres un idiota. Pero no, por eso he venido. ¿Por qué vienes tan tarde?

Cameron me ayudó a levantarme y me sentó en sus piernas.

—Estaba enfadado con la vida y me fui a un bar. —Dijo escondiendo su cara en mi cuello.

—Para, me haces cosquillas.

No paró y terminó recostándome en el sofá y colocándose encima.

—Siento haberte echo enojar Avery.—Dijo mientras jugaba con mi cabello. —Yo...no podría engañarte.

—Lo sé. Es solo que, mira, puedo entender que hayas sentido que te estaba alejando de todo Cam.

—Teníamos planes Av...

—Lo sé. Y de eso quiero hablar.

—No quiero escucharlo ahora mismo...

—¿Por? —Fruncí el ceño regresando a verlo.

—Tu tono de voz. Vas a decirme algo que no creo que me guste. ¿Verdad?

Asentí y el se reincorporó.

—Entonces no me lo digas ahora mismo. Quedémonos así. Llevo queriendo tenerte entre mis brazos desde hace mucho. Y quiero besarte de nuevo...no quiero ahora mismo más problemas y dudas Av. solo quiero que vengas conmigo a la cama. —Me tensé.—A dormir cabeza de chorlito. Tengo mucho sueño y quiero abrazarte malpensada.

Subimos de la mano y él se metió en el baño a ducharse mientras yo me cambiaba.

Al salir, se fue frente a su armario y tiró de la toalla, dejando ante mis ojos sus posaderas al aire.

—¡Cameron!¡Tápate!

Este se sobresaltó y tiró de las camisetas provocando que varias cayeran por el tirón encima de él.

—Olvidaba que estabas aquí. Lo siento.—Dijo tapándose como pudo y tomando su ropa interior.

Él estaba sonrojado pero seguía riéndose mientras yo seguía avergonzada.

—¿Por qué a veces eres como una niña pequeña y otras veces eres ...

—¿Soy?—Dije y el se sentó ya vestido en la cama. Me acerqué y sequé su pelo con otra toalla.

—Toda una mujer.—Regresó a ver mis labios.

Sí bien el tiempo nos cambia, Cameron si que lo había hecho. No solo parecía estar mas seguro de si mismo, si no que ahora se atrevía a ser comentarios y roces que antes simplemente hubiera tenido que rogar.

Un Cameron más explosivo. Estaba comportándose como solamente yo había fantaseado.

—¿Me vas a dejar darte un besito Castañita?

—¿Castañita?

—Es que ya no eres Pelo Gris. —Me colocó en su regazo con las dos piernas a sus respectivos lados.

Yo seguía secando su pelo con la toalla y el se echaba de vez en cuando para adelante o para atrás.

—Deja de moverte...—Tragué saliva.

—Sí. Creo que debería hacerlo. Termina esto ya porque no se si pueda seguir con mis manos lejos de tu trasero.—Dijo apoyando ambas en la cama para no perder estabilidad.

—Eres un bobo.

—Tu me tienes así Av. Hazte cargo.

———————-

Si me lo preguntan, yo tampoco sé que fue eso.
Fui escribiendo sobre la marcha.
Créditos a mi imaginación xd!
Basta, yo también quiero un Cam al que secar el pelo...
Ok, bye!

She bad  (Cameron Dallas)- SamanthaSounds | miilsonrisasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora