5- La Reunión

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Alvar y Vaino subieron al ascensor apenas se abrieron sus puertas. El teletransportador aún no estaba listo, pero el sistema de envío cuántico de quarks, la base fundamental para la teletransportación, ya estaba instalado. Con la situación actual, el tiempo no estaba para ser desperdiciado en triviales minutos esperando para ir de un piso 5 a un piso 42. El movimiento del ascensor duró poco menos de 3 segundos.

-Ese teletransportador sí que es rápido. Jamás había usado uno para una distancia tan corta.-dijo Vaino.

-No fue una teletransportación, sólo nos movimos muy rápido. Una teletransportación real implica más que enviar las partículas del ascensor a velocidades supersónicas, es transportar moléculas orgánicas a la mitad de la velocidad lumínica.-explicó Alvar.

-Wow, no tenía idea. Es impresionante.

-Ciertamente lo es. Ahora pasemos a mi oficina. Annukka, puedes traernos dos cafés?

-Ahora mismo- respondió la dinámica secretaria.

La oficina de Alvar era muy grande, medía unos 7 metros de largo por 6 de ancho, y dos de alto. Había un baño, al fondo y a la derecha, un escritorio con una gran ventana detrás, y un armario/aparador, dividido en 5 secciones: las dos primeras eran para guardar los aparatos de laboratorio y todo lo referente a tecnología; los dos últimos eran para arrojar residuos orgánicos y reciclables; y al medio había un mini bar. Pero lo que más llamaba la atención era la inmensa biblioteca, que ocupaba todo el costado izquierdo de la habitación. Era de color caoba, pero hecha de aluminio, ya que el uso de la madera como material de construcción había sido prohibido en el año 2395, después del incendio forestal que destruyó millones de hectáreas en la selva amazónica, y tras el cual se vivieron los peores años de la crisis. Afortunadamente, en el año 2579 se encontró la forma de revivir a los árboles en casi todo el mundo, con la cooperación de las potencias vencedoras de la Cuarta Guerra Mundial: el Imperio Neoeuropeo, la Unión Sudamericana y la República Popular Asiático - Soviética.

La eficiente Annukka llevó los cafés en menos de un minuto, mientras Alvar y Vaino tomaban asiento.

-Creo que es la oficina más grande que he visto en mi vida.-comentó Vaino.

-Es porque tú no viste las oficinas de los jerarcas. Comparada a esas, ésta es una cabina de teletransportación de hace 500 años.-dijo Alvar.

-No debe ser para tanto.

-Lo es. Miden como 21 metros, tanto de largo como de ancho, y creo que 3 de alto. Yo sólo tengo 7 por 6 por 2, exactamente como la primera cabina de teletransportación.

-En serio? Eso es impresionante!!- exclamó Vaino.

Alvar sonrió para sus adentros. Los jóvenes se impresionaban con cualquier cosa. Quizás esa era la razón de que el presidente Helsson hubiera prohibido las clases de historia a todos los menores de 25 años.

Desde que Roman II, el emperador neoeuropeo, había abdicado a favor de su hijo, el totalitario Gerd V, todo había cambiado en el Imperio y sus países. Los gobernantes opositores fueron cambiados por otros, favorables al nuevo régimen, y la educación, aunque para todos, restringida en su contenido. El presidente de Finlandia, Esko Helsson, no tomaba ninguna decisión sin consultar con Gerd V.

-No tanto. Las primeras teletransportaciones fueron bastante desastrosas, y extremadamente costosas. Por eso somos tan avanzados con el servicio público.- respondió Alvar finalmente.

-Es increíble que no nos enseñen esto en la escuela. Cómo pueden prohibir la historia? No es eso ilegal?-preguntó Vaino.

-Ya no se sabe qué es legal y qué ilegal. Dentro de poco podrás estudiar toda la historia que quieras, si ya casi tienes 25.

Vaino refunfuñó mientras terminaba su café, y sacaba de su mochila una voluminosa carpeta, llena de folios, hojas y cuadernos.

-No tengo mucho tiempo, porque tengo que regresar a mi casa antes de las 19, pero le dejo esta carpeta. Desde que encontré la ecuación estoy trabajando para solucionarla, y después de la clase de hoy, tuve una revelación, y escribí rápidamente la hoja que le mostré hace rato. Confío en que podrá ayudarlo en su trabajo.-dijo Vaino

-Muchas gracias, señor Keittian. En cuanto obtenga resultados se lo haré saber de inmediato. De todos modos, tendrá que esperar un par de semanas, hasta que me acostumbre al trabajo. Tengo que terminar varios papeleos, y trámites sumamente burocráticos. Pero prometo que en cuanto tenga tiempo lo revisaré-respondió Alvar.

-De acuerdo. Gracias por todo. Hasta luego.

Vaino tomó su bolso y se fue casi corriendo. Ya eran las 17:30 y la hora pico de teletransportaciones se acercaba. Alvar guardó la carpeta en su escritorio, y continuó trabajando. Eran las 18:15 cuando salió de su oficina, después de su agobiante primer día. En el camino se topó con Annukka, que le entregó una nota que Vaino le había dejado. Alvar leyó las tres oraciones, garabateadas, pero claramente legibles:

"Doctor, por favor revise esta noche los documentos que le entregue. Son de vital importancia para su investigación. Puedo asegurarle que lo encontré."

Alvar estaba tan sorprendido con la actitud del joven que regresó a su oficina para buscar la carpeta. Pronto descubriría que no haberlo hecho hubiera resultado el peor de los errores de su vida.

Multiverso 4,2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora