Mi propia historia

16

Cap 16!

En multimedia Lucía y Eva!
--------------------------

- ¿Quién eres? - me pregunta una voz.

Al principio me quedo callada, pero cuando lo vuelven a preguntar me decido a contestar.

- Me llamo Isabel, ¿y vosotros?

- Dirás vosotras, por que somos dos chicas - dice otra voz.

- Yo soy Eva Álvarez y ella es Lucía Barruso - dice la primera voz.

-Encantada- digo- y ... ehhh... ¿que hacéis aquí vosotras?

- Pues verás, es una larga historia - dijo Lucía.

" Se llama como yo"

- Si, ya lo se.

-¿Ya sabías que era una larga historia? -me pregunta Lucía.

Ups. Volví a hablar en voz alta.

- No, no... es que estaba pensando - la digo nerviosa.

- Ahh vale - me responde.

- ¿Pero que hacéis aquí?- las pregunto.

-Larga historia.

- Ya, pero tengo tiempo de sobra - las digo riéndome.

- Cierto- me responden también riendo.

- Pues veras -me dice Lucía- supuestamente hay un libro muy valioso que explica los poderes y funcionamientos de cuatro coloridas piedras. Ese libro lo ha tenido mi familia durante miles de años.

"Se iba pasando de generación en generación, hasta que llego a mis padres"

"Mis padres para mas seguridad lo oscundieron en un lugar muy bien oculto para que nadie lo encontrase"

Entonces Lucía empezó a llorar.

-¿Qué te pasa?- la pregunto- ¿ha sido culpa mía? Lo siento.

La doy un abrazo y ella me dice:

- No...hip.... no es culpa... hip... tuya.... es que...hip... hip...

-Tranquila, no hace falta que me lo digas- la digo.

- No, si que te lo digo. Es que mis padres murieron, no se sabe como.... me dice muy rápido en un susurro.

-Entonces nadie sabe donde esta el libro- dice Eva.

-Por eso me capturaron, para que les dijese donde estaba... pero no lo sé...

Y vuelve a ponerse a llorar. Eva y yo la abrazamos.

- Shhh no pasa nada, Lucía.

- Gracias - dice ella.

Luego Eva me cuenta porque esta aquí, porque supuestamente ella podría tener la piedra y saber algo ya que conocía a Lucía.

Las dos llevan aquí cerca de tres meses, Lucía un día mas que Eva.

No imagino que es estar aquí tres meses, según lo que me han contado, con escasa comida y bebida y maltratos si no les dices lo que quieren.

-Tenemos que escapar ya -las digo a las dos- ¿como lo hacemos?

-¿Quée? -me gritan las dos.

"Lo que oyen, macho, aquí la única que se entera de esto soy yo"