Es despertador empezó a sonar aturdiendo mis oídos. Intente apagarlo golpeando la mesa de luz con los ojos cerrados pero nunca llegue a mi objetivo.
Abrí mis ojos como platos, harto de que todas las mañanas siempre tendría que madrugar tan temprano. Apagué el despertador y me vestí.
*Se escucha a alguien tocando la puerta*
-Puedo pasar...? -dijo mi madre abriendo la puerta.
-Que quieres? -Pare a verla detenidamente.
-Disculparme por...
-Tarde, ya es tarde para disculparte, por lo que sea que hayas hecho. Vete de aquí -extendí mi mano señalando a la puerta.
-No hijo espera...
-VETE DE AQUÍ, YA SABES QUE NO ME GUSTA REPETIR LAS COSAS -camine hacia ella y la arrastre fuera de mi habitación cerrando la puerta.
Traté de ignorarla por más que me hablaba detrás de la puerta. Me termine de vestir, fui a mi baño y baje a desayunar, por suerte y cómo siempre solo.
Empecé a buscar las llaves de mi moto, no las encontraba por ningún lado, y allá apareció Satan (mi madre) otra vez.
-Buscas a estas? -dijo sacudiendo las llaves en mi cara.
-Sabía que tu tenias que ver con esto, damelas -dije fuerte.
-No hasta que me escuches. -replicó.
-Te piensas que sigo siendo un niño idiota? Dame las llaves ahora, estoy llegando tarde.
-Eso es mentira. Son las 7:15 y siempre llegas en cuestión de 5 minutos, a menos que hagas una parada en algun lado... o no? -Me desafió.
-Esta bien, esta bien, tengo que ir a buscar a _____, ahora damelas -confesé una vez más.
-Sabía que andabas atrás de esa chica! No la quiero en tu vida, ni aquí, ni en ningún lado a donde tu vayas.
-Creo que no estas usando esto -dije señalando mi cabeza con el dedo índice- tengo 18 años, soy un hombre hecho y derecho, puedo hacer lo que yo quiera -le saqué las llaves a la fuerza ya que estaba distraída y me fui a la casa de _____.
-ESTO NO TERMINARÁ ASI EVAN PETERS, ERES MI HIJO Y ACATARÁS MIS ORDENES MIENTRAS VIVAS BAJO MI TECHO -gritó luego de un portazo.
La observé como caminaba por el comedor por el ventanal grande y luego me marché.
Finalmente llegé a aquella enorme casa naranja, donde afuera me estaba esperando una gran chica.
-Creo que tenías razón cuando me dijiste que no eras buenos con los recordatorios -me gritó _____.
-Siempre tengo razón -volví a gritar mientras me acercaba a ella con la moto.
-Como has estado? -me dijo y luego me apretó bien fuerte con un abrazo.
-Muy bien y tu? -dije dandole un beso en la frente y acariciando su pelo.
-Bastante bien después de lo de ayer -se separó y vi como se iluminaba una linda sonrisa en su cara- ah y mira esto -levantó su manga dejando a la vista sus cicatrices -ya casi no estan... ayer las limpié y me puse un antibiótico que te ayuda a recuperarte de "estás" más rápido.
Me sentí orgulloso al escuchar esto. No podia creer que aunque nos conocíamos hace unos días ya éramos tan importantes el uno para el otro. Sentiamos lo mismo, viviamos lo mismo, todo era lo mismo, y especial.
-Me alegro tanto de que estés bien -dije tocandolas suavemente. -prometeme que nunca más te harás tanto daño.
_____ bajó la mirada. No sabia que responder hasta que al final dijo que iba a tratar de no hacerlo, siempre y cuando yo me quedará a su lado, cosa que obviamente iba a pasar. Entonces nos abrazamos y nos subimos a la moto camino a Briarcliff.
