Capitulo 2. Fiesta.

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-¿Una fiesta? Pero son mis días libres Cesar.- me tiré en el cómodo sofá gris del gran salón y encendí la televisión poniendo Bob Esponja. Infantil, lo se, pero algo es algo.
-Pero eres una modelo Andrea, y no de las malas, tienes que darte a conocer.- mi estilista se sentó a mi lado, de una forma mucho más delicada. Yo lo mire obvio y clara.
-¿Más?- él puso los ojos en blanco y arregló su cara camisa. Mi estilista es lo mas delicado que puede a ver.
-Piensa que va a ser una súper fiesta.- su afeminada voz me hizo reír cuando pronuncio las dos ultimas palabras.- Irán todos los famosos, va ser increíble.- hizo un gesto raro con su mano. Se nota s leguas que mi famoso estilista es gay, solo con ver su rosa vestimenta y su afeminada voz.
-¿Vendrás?- le mire interrogante, y al ver que él negaba con la cabeza, me puse de rodillas en el sofá y junte mis manos.- por favor por favor por favor por favor.- puse mi mejor cara de cachorrito e hice que mi labio inferior saliera más de lo normal.- contigo será menos aburrida, por favor.- alargue la ultima vocal y le rogué un poco mas.
-Esta bien, conseguiré una invitación.- grite de emoción y me abalancé sobre él abrazándolo.- ¡Andrea! ¡Que es Lacoste!- reí ante su cara de espanto. No cambiará nunca.
Cesar se levantó y me tendió la mano, yo, confundida, la cogi. Él me levanto de sofá.
-Hay que ir de compras.-  su cara se lleno de alegría y emoción. Si hay algo que a Cesar le gusta, son las compras.

18:00 de la tarde. Tienda de Christian Dior. Los Ángeles. California.
Seis horas. Seis horas llevamos Cesar y yo recorriendo tiendas caras de Los Ángeles, probándome vestidos y tacones, hasta que encontramos la tienda de Dior y a Cesar casi la da un infarto. Nunca había estado en esta tienda.
Así que, aquí estamos, probándome el décimo vestido de Dior, y con un hambre que podría comerme una vaca. No exagero.
-Toma este.- Cesar me paso un vestido por encima del probador. Era negro y corto, con el escote hasta el cuello pero al pasar del pecho, era un negro trasparente. La verdad, era precioso.
Me lo puse rápidamente, poniendo todo mi pelo a un lado, y salí del probador.
-Oh dios, te queda perfecto.- Cesar me llevo hasta un gran espejo y hizo que me mirara. Vale, no esta mal.- Y tengo los zapatos perfectos.- se fue corriendo hacia algún lado, mientras yo me quedaba ahí, parada, mirándome. Tire mi pelo hacia detrás, haciendo que mis ondas colgaran por la espalda. No estaba nada mal.
Cesar llegó con unos zapatos negros, eran unos tacones altos con unas tiras por encima. Eran bonitos. Y combinaban genial con el vestido.
-Definitivamente, este es el vestido.- sonreí ante el espejo.
-Estoy de acuerdo, pero cámbiate, ahora toca peluquerías y maquillaje.- reí y me quite el vestido.
Fuimos a la peluquería mas cara de todos Los Ángeles. No me hicieron mucho en el pelo, solo me recogieron dos mechones del flequillo y los juntaron con una orquilla y me pusieron una corona de flores blancas.
El maquillaje tampoco fue muy excesivo: un poco de base, rímel, la ralla de arriba y los labios rojos. Sencillo y bonito.
Cuando llegamos a casa, Cesar me dejo darme una ducha corta, sin tocarme ni el pelo ni el maquillaje. Después me puse el vestido y junto a Cesar, nos fuimos a la fiesta, que se celebraba en un gran mansión no muy lejos de mi casa.
-¡Andrea!- una mujer mayor, bien vestida y con exceso de maquillaje, se acercó a mi y me fundió en un abrazo ¿Quién es esta mujer? No la había visto nunca. Yo solo la salude intentando poner las mejores de mis sonrisas, aun que por la mirada de Cesar, no lo había conseguido.
-¡Señora Whooper! Que guapa esta.- Cesar saludo a la mujer que me había abrazado. Yo aproveche y salí huyendo, buscando la barra. Me moría de sed.
-Para ser tan joven, eres muy guapa.- me giré al escuchar una voz femenina. Victoria Beckham me acaba de llamar guapa. Respira Andrea, no te puede dar algo en medio de una fiesta. Intente contener las ganas de gritar, y le di las mejores de mis sonrisas.
-Muchas gracias.- note como su mirada me recorría de pies a cabeza ¡La respiración Andrea! Oh, si claro.
-Tienes un buen cuerpo, la verdad es que no parece que tengas 16 años.- Oh ¿Y eso que significa? ¿Es bueno o malo? No tengo ni idea.
-Bueno, su hijo mayor también tiene 16 años y no los aparenta.- Tonta. Lo se.
-Ah si, vi que el otro día salisteis juntos.- Y en ese momento, me acuerdo del intento de beso por parte de Brooklyn. Mierda ¿Sabrá también eso? Ya puedes olvidarte de ser una modelo de Victoria Beckham. Genial.
-Bueno, solo me enseñó un poco de la ciudad.- sonreí nerviosa y retorcí mis manos, como si eso fuera a ayudar. Gracias a los tacones, estábamos a la misma altura, por lo que podía ver perfectamente su inexpresivo rostro ¿Pero esta mujer no era agradable? Dios que miedo.
Antes de que ella pudiera contestar, su marido apareció y la abrazo por los hombros.
-¿Asustando a la competencia?- él río y ella le dio un pequeño golpe en la mano. David Beckham es mucho más guapo en persona. Ya se a quien ha salido Brooklyn.-No te asustes, ella es mas simpática cuando coge confianza.- el atractivo hombre se acercó a mi y me tendió su mano, la cual yo estreche encantada.- Davis Beckham.
-Andrea Well.- sonreí amable.
-Ah si, la prensa no ha dejado de hablar de ti, incluso mi hijo me ha dicho un par de cosas.- No tarde mucho en sentir como mis mejillas se calentaban, pero gracias al maquillaje, nadie lo pudo notar.- Oh hablando de mi hijo, tiene que estar por aquí.- abrí mis ojos con sorpresa mientras David buscaba a su hijo con la mirada. No se como reaccionare ante él después de lo sucedido.- Ahí esta.- él movió su brazo llamando a su hijo, el cual no tardo mucho en aparecer a mi lado. Los nervios se hicieron presentes.
-Hola Andrea.- me sonrió enseñándome sus blancos dientes. Vale, a pesar de que un extraño miedo me recorrió cuando sus padres se pusieron a hablar con gente que no conozco, tengo que reconocer que Brooklyn tiene muy buen gusto. Yo nunca hubiera combinado unos pantalones negros, una camiseta negra y unas zapatillas negras con una americana blanca. Sensacional.
-Hola Brooklyn.- él abrió la boca para decir algo, pero una chica rubia aparecía de repente, y se abalanzó sobre el guapo chico ¿Guapo? Calla.
-Brook.- la rubio alargo, demasiado la vocal, provocando que su voz sonara por encima de la música. Llevaba un vestido blanco muy ajustando y unos tacones también blancos más altos que los míos. No me cae bien ¿Por qué? Ni si quiera la conoces. No me cae bien y punto.
-Hola Megan.- Brooklyn respiro cerrando los ojos, como si estuviera preparando para algo. Cuando los abrio, fueron directos a los míos.- Ella es Andrea una amiga. Andrea está es Megan mi...- pero la rubia, cuyo nombre es Megan, lo interrumpió.
-Su novia, soy su novia.- Su arrogante sonrisa demostraba que estaba orgullosa de decirlo. Decírtelo, mas bien.
-Oh, eh... No sabia nada, digo, en la prensa y eso no han dicho nada.- Muy ingeniosa Andrea. Esta bien, lo mas importante ahora es calmar esta sensación. Celosa. Nunca.
-Si, es que preferimos mantenerlo en secreto, para que yo pueda llevar una vida normal, es que Brooki es muy bueno.- ¿Brooki? Brookie. Intente no reírme antes el vergonzoso apodo, pero cuando mire a Brooklyn, todo rastro de risa se esfumo. El me miraba preocupado, serio.- Oye ¿Tu eres modelo de Victoria Secret no?- la chillona voz de Megan dirigiéndose a mi, me saco de la intensa mirada de Brooklyn.
-Eh... Si, si, soy modelo de Victoria Secret.- los ojos azules de la rubia estaban llenos de ira y odio. Supongo que el sentimiento es mutuo. Oh si.
-Que genial, mi sueño siempre ha sido ser una de sus ángeles ¿Tu lo has llegado a ser?- Estaba claro por el tono en el que pronunció la pregunta que pensaba que no había sido uno de los Ángeles de Vectoria Secret. Pero si lo has sido, y lo volverás a ser ¡Boom! Golpe bajo.
-Si, he llegado a ser un ángel, de hecho,
soy el ángel más joven de la historia de Victoria Secret.- ¡Toma esa! Mi sonrisa fue, claramente, triunfante, mientras que su cara cambiaba radicalmente. Una sonrisa apareció en los labios de Brooklyn.
-Oh vaya...- ella intento dedicarme una sonrisa, pero fue mas bien una mueca de desagrado. Ella tampoco me agrada a mi. En una vista rápida, conseguí divisar una barra, donde un camarero repartía bebidas y aperitivos a los invitado de la fiesta ¡Por fin! Ya comenzaba a tener la boca seca. Me excuse de la feliz pareja (tal vez no tanto) y me dirigí, directa a la barra.
-¿Me puedes poner un refresco de limón por favor?- Vale, se que el refresco de limón no pega mucho en una fiesta llena de ricos, pero no me gustan las clases de bebidas que dan, y me moría por un refresco de limón.
-Por supuesto, un refresco de limón para la bella dama.- rei ante el comentario del camarero, el cual tenía una bonita sonrisa pintada en los labios. En realidad, él era bonitos, con unos ojos castaños y un pelo moreno bien peinado.- Aquí tienes, el mejor refresco de limón que tenemos.- me guiño un ojo y se fue a atender a un hombre rechoncho. Yo di un pequeño sorbo, viendo que mi pinta labios rojo no se quedara en el baso ¡Oh, gloria para mis papilas gustatibas!
-Eres la única chica que se pide un refresco de limón en una fiesta de gala.- gire mi cabeza, aun con el baso entre mis labios, para ver a un chico moreno de ojos verdes, vestido con unos pantalones negros, una camiseta blanca y una americana negra. Guapo.
-Oh bueno, no soy muy fanática de las bebidas de "ricos"- hice comillas con mis dedos, dejando el baso en la barra. Él río después de darle un sorbo a su bebida transparente, que no tenía ni idea de lo que era.
-James Allen, modelo de Lacoste.- estreche su manos dedicándole una amable sonrisa.
-Andrea Well, modelo de Victoria Secret.- el gesto me fue devuelto, a demás de una mirada de sorpresa.
-Vaya, tengo delante de mi a un bello ángel.- rei ante el doble sentido de la frase.- Pareces joven ¿Cuantos años tienes? No, no, dejame adivinar ¿18?- negué- ¿19?- volví a negar ¿En serio aparentaba tanto?- No puedes tener 20, parces mucho mas joven.
-Es que no tengo 20, tengo 16 años.- James casi se atraganta con su bebida, hasta tuve que darle unas palmaditas en la espalda.
-¿16 años? Wow, realmente no los aparentas.- rodé los ojos y solté una pequeña risa.
-Si, me lo suelen decir ¿Y tu cuantos años tienen? No, no, déjame adivinar.- copie su frase y él río divertido.- ¿18?
-Recién cumplidos.- sonrío orgulloso. Realmente era guapo.

•••

Llevaba como dos horas sentada en la barra hablando con James. Se pueden aprender muchas cosas de una persona mediante el juego de las veinte preguntas.
Él no hacia mucho que trabajaba de modelo, y hasta ahora sólo se había subido a una pasarela y había hecho unas pocas sesiones de fotos.
Me contó, que el día que iba a debutar en la pasarela, estaba tan nervioso que una hora antes se cayó por las escaleras, y desfilo con un horroroso dolor de trasero.
Las risas en nuestra conversación no faltaban. Sin duda, gracias a James no me he aburrido como ostra en esta fiesta.
Pero un carraspeo de garganta interrumpió nuestra animada conversación sobre Bob Esponja.
-¿Te la puedo robar un momento?- Brooklyn dirigió una mirada nada agradable a James, el cual se sorprendió al verlo.
-Claro ¿Nos vemos después?- yo asentí con una gran sonrisa, y me dirigí con Brooklyn a un sitio más apartado de la fiesta. Nada bueno puede pasar estando tan alejados de las personas. Respira Andrea. Ah si.
-Tengo que hablar contigo Andrea.

Un ángel de Victoria Secret.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora