Capítulo 6

33 3 0
                                    

Un despertador suena despertándome de un sueño bastante raro con Hugo. Esto es muy raro. Nunca me había sentido tan atraída por una persona y en estos momentos no me apetece mucho tener una relación ni larga ni la típica de una noche. Pero me hace sentir bien. También me confunde ya que en un momento está haciéndome mimos y al siguiente está distante y se va. Yo, sinceramente, no lo entiendo. Y después dicen que son a las mujeres a las que no se les entiende.

El despertador sigue sonando y no me apetece mucho moverme para apagarlo, pero me está taladrando la cabeza. Ayer cuando Hugo se marchó casi sin despedirse y de recibir el mensaje de Javier, que por cierto decidí ignorar, baje a la fiesta donde vi a Hugo con una rubia bailando muy pegados y acabé con un pedal impresionante. No quedaba más que vodka y ginebra que son matarratas pero en ese momento me dio igual. Hoy ya no tanto. Pedazo resaca, joder. No vuelvo a beber.

Justo cuando me voy a mover para apagar el despertador noto un movimiento en la cama y el despertador deja de sonar. Dios que alivio. Me estoy empezando a quedar dormida cuando caigo en la cuenta de que no estoy durmiendo sola. Pero, ¿qué hice yo ayer?. Rezo por que no haya ningún chico a mi lado y que hayan sido imaginaciones mías y que el despertador se haya quedado sin pilas. Me giro lentamente cagada por lo que pueda encontrarme a mi lado pro todo ese miedo se convierte en alivio cuando veo que con la persona que estoy durmiendo es Daniela. Buff, menos mal. No puedo hacer otra cosa que soltar una carcajada, pero me arrepiento nada más soltarla. Un dolor me cruza la cabeza y suelto un pequeño gemido de dolor. En serio, tengo que dejar de beber.

- Resaca bueno ¿no? - oigo como mi amiga se burla de mi mientras suelta una pequeña risita.

- No te burles de mi que la culpa la tienes tu por solo comprar matarratas. ¿No había martini o otra cosa mas suave? - digo tapándome la cabeza con la almohada.

- La culpa la tienes tu por beber como si no hubiera un mañana. ¿Qué te paso ayer? Yo pensaba que estarías contenta - dice con doble sentido y ahora pillo que se está refiriendo a Hugo.

- No me hables de él. Es muy raro, yo creo que es bipolar. ¿Por qué lo invitaste a la fiesta?

- Pensaba que te gustaría. La noche que lo conocimos y tu te escapaste me quedé un rato hablando con él y parecía muy interesado en conocerte - dice algo confusa.

- Pues te equivocaste. ¿No lo viste ayer cómo bailaba con aquella rubia? Dios y media hora antes me estaba abrazando y besándome el cuello - me estoy empezando a enfadar solo con recordar la noche de ayer -. Joder es un cabrón.

- En eso tienes razón. Pero tienes que reconocer que es mejor que el cabrón de Javier. Ese tío es gilipollas por hablarte como te habló y por como te trató.

- Si, Javier es un gilipollas, no te lo discuto. Pero Hugo también tiene algo de gilipollas. Sabes que ayer asustaste a Hugo, bueno y a todos los de la fiesta cuando le echaste la bronca a Javier. Enserio, te quedarías agusto ¿no? - digo con destapando me la cabeza y mirándola con una sonrisa en la cara.

- Si, la verdad es que me quede muuy agusto. Ya le tenía yo ganas de decir cuatro cosas al capullo de tu ex.

- Bueno dejemos de hablar de él y de Hugo y vamos a prepararnos y a levantar a las demás que tenemos que salir para la estación de autobuses. Creo que Lara dijo que sus padres pasarían a por nosotras a la diez.

Miramos las dos al despertador que marca las nueve y media. Nos levantamos de la cama deprisa.

- Ve duchándote tú que yo voy a avisar a estas - le digo a Daniela.

Salgo corriendo por el pasillo. Esta todo como una mierda. Me da pena por aquellos que tengan que limpiarlo. Corro mirando en todas las habitaciones que hay y las encuentro en la penúltima. Lara y Sara están igual que estábamos Daniela y yo, durmiendo en la misma cama. Pero no veo a Rebeca. Donde se habrá metido. Bueno ahora miraré en la última habitación que me queda por mirar. Me acerco a la cama y intento despertar a Lara y a Sara. Me cuesta pero en cuanto les digo la hora que es se levantan como un rayo de la cama y empiezan a prepararse.

Mientras yo salgo de la habitación de éstas la puerta de la última habitación se abre y salen Rebeca y Daniel muy acaramelados. No quiero ni pensar en lo que habrían estado haciendo en la habitación. Cuando dejan de achucharse se dan cuenta de que estoy en el pasillo.

- En media hora vienen a buscarnos - digo incomoda con la situación y me vuevo hacia la habitación de Daniela.

Cuando llego Daniela ya ha salido de la ducha y yo me dirijo al baño para darme una rápida.

***

Una hora y media más tarde nos encontramos todas en la estación de autobuses. Nos despedimos de los padres de Lara y nos montamos en el autobús después de haber metido las maletas en el maletero con ayuda del chófer. Como somos las primeras en subir nos sentamos en los asientos del fondo donde cabemos las 5 juntas. Nos espera poco menos de una hora llegaremos a Donosti y podré descansar algo más. No sé cuanto había dormido pero tenia un sueño que no podía con mi vida, por lo que en cinco minutos que llevábamos en el bus me quedé dormida.

Me desperté porque alguien estaba moviéndome suvabemente pero lo bastante fuerte para despertarme.

-Venga Judith, despierta - me dice con cariño Sara -. Estamos llegando ya.

Abro los ojos y como estoy en el asiento de la ventana lo primero que veo es el trafico y veo la estación de autobuses.

Después nos cuesta diez minuto llegar hasta el apartamento que alquilamos y que tiene unas impresionantes vistas de la playa pero no me paro mucho a mirarlos porque nada más sentarme en la cama acabo dormida.




En un instante ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora