Capítulo 7

47 3 1
                                    

Me despierto con un dolor de cabeza que reconozco como resaca. Me estoy acostumbrando a levantarme así. Tanto alcohol no es bueno. Ya sé que dije que no volvería a beber, pero es que tampoco me gusta que al salir tenga que hacer de madre de todas mis amigas que se ponen pedo así que el primer día ya me decanté por unirme a la chupipandi.

Me levanto de mi cama y gracias a la poca luz del medio día que entra a través de las cortinas, veo a Lara durmiendo boca abajo, con la boca abierta y con la pierna y el brazo derecho colgando de la cama. Ayer nos pillamos una buena, y más mi amiga, que ahora se le cae un poco la baba. Ayer fuimos por un monto de bares y acabamos en una discoteca de la que no me acuerdo el nombre, ya iba yo un poco perjudicada, pero sí que me acuerdo de que nos acompañaban unos chicos y que Sara desapareció durante un buen rato. Ya me imagino que pasaría, pero por si acaso ya le preguntaré.

Necesito ir al baño así que salgo de nuestra pequeña habitación y corro por el pasillo hacia la ultima puerta. Cuando acabo de hacer mis cosas vuelvo a la habitación y decido que una ducha me vendrá de perlas para la resaca. Cuando enciendo la ducha y lo primero que noto es un chorro de agua completamente helada. Pego un chillo y salgo lo más rápido que puedo de ella y por poco me mato. Me enrollo en una toalla, apago la ducha de la que todabía sale agua fría y al salir del baño me encuentro con todas mis amigas preocupadas.

- ¡¿Qué ha pasado?! - me pregunta todas a la vez con cara de preocupación. No puedo evitas hacer una broma.

- Esque... - me miran todas atentas a que continue - Estoy embarazada.

- ¡¿QUÉEEEE?! - chilla Rebeca.

- ¡NO ME JODAS! - chilla Lara.

- ¡¿PERO TU A QUIEN TE HAS TIRADO?! - chilla Sara.

- ¡¿PERO TU QUE HICISTE EL OTRO DÍA CON EL TIO BUENO?! - chilla Daniela.

Empieza a formarse un barullo de voces y yo ya no me entelo de lo qué me dicen ya mis amigas. No puedo aguantarme más y me empiezo a reír como si no hubiera un mañana. Mis amigas se callan y me miran incrédulas.

- Que es bromaaa - me río yo y mis amigas me miran un poco enfadadas pero enseguida sueltan una carcajada junto a mi.

- Entonces, ¿por qué has pegado ese grito que a pocas no nos explota la cabeza? - pregunta Daniela limpiándose una lagrimilla que le ha salido de la risa.

- Nada, que creo que se nos ha roto la caldera. Por poco no me quedo ahí congelada.

- No jodas. Que yo me quiero duchar - se queja Lara.

- Ya ves. Por lo menos no has sido tú la que se ha puesto debajo del grifo para comprobar que no hay agua caliente - digo.

- Bueno pues habrá que llamar a la casera o algo ¿no? - pregunta Rebeca.

- Ya llamo yo que la tengo en el móvil - dice Sara.

- Pero por favor que venga alguien a arreglarlo que yo quiero poder ducharme pronto - me quejo porque no puedo pasar más de un día sin ducharme.

- Luego os digo - dice mientras se va hacia la habitación que comparte con Rebeca. Decidimos que al repartir las habitaciones que Daniela tuviera su habitación ya que es un viaje para ella, por sus 18.

Las demás decidimos bajar a la planta de abajo a comer algo. No es que tengamos la nevera llena pero algo hay. Miro dentro y encuentro una tortilla de patata que solo tengo que meterla en el microondas. Gozas. La saco y en menos de dos minutos estoy saboreando una tortilla de patata. No sé por qué, pero cada vez que me levanto después de una noche de fiesta me gusta comer tortilla de patata o algo que alimente. Me levanto siempre con un hambre. No soy como mis amigas que se levantan y corriendo al baño a potar. Yo no. Yo a zampar.

- ¿Cómo puedes comer eso ahora? - me pregunta incrédula cuando Daniela ve que ya me he comido más de media tortilla - ¿Pero tu que tienes un pozo?

- Esque tego hambe - digo con la boca llena y le dedico una sonrisa con los mofletes inchados por la comida mientras que ella y las demás sueltan una risotada. Justo en ese momento entra Sara.

- Me han dicho qu.. ¿que coño haces? - dice mirándome y tras esa pregunta se dobla por la mitad mientras suelta una carcajada junto con las otras. Al final a mi no me queda otra más que unirme a ellas. 

Durante un rato nos reímos y mis amigas hacen bromas sobre yo y la comida que nos hacen reír a todas.

- Oye Sara, ¿qué te han dicho del agua? - pregunto para desviar la conversación de mis hábitos alimenticios.

- Pues me han dicho que no pueden venir ni llamar al técnico porque los findes no trabajan. 

- ¿Entonces? - pregunto un poco enfadada.

- Van a mandar a un sobrino que tienen - nos dice sonriendo.

- Espero que esté bueno - dice Daniela con una sonrisa pícara que nos hace reír a todas.

- Como no, tú siempre pensando en esas cosas - contesto limpiándome las lágrimas que se me escapan con la risa.

- Tendré que aprovechar que tengo la habitación para mí sola. Ese colchón es muy grande para mi sola. 

- Bueno ya veremos si es un tordaco - dice Lara.

- Estáis muuy salidas - oigo que dice Rebeca.

- Claro como tu ya tienes alguien que te ayude a desahogarte - dice con voz pícara Daniela.

Vemos como a Rebeca se le tiñen de rojo las mejillas pero al final acabamos todas llorando de la risa por los comentarios y las bromas que soltamos. Adoro estos momentos en los que Daniela y Lara, sobre todo Daniela, sueltan comentarios verdes que hacen que Rebeca se sonroje y que Sara y yo nos partamos de risa.

 - Oye tenemos que repetirlo. Pero la próxima vez en Ibiza y una o dos semanas por lo menos- comenta Daniela y todas estamos de acuerdo. 

- ¿Cuándo van a venir a arreglar lo del agua? - pregunto porque estoy deseando ya meterme debajo del agua caliente para despejarme un poco.

- Me han dicho que a la tarde sobre las cuatro viene.

- Bueno pues yo mientras me voy a dormir un rato - salta Daniela y sube por las escaleras.

- Yo también voy dormir porque la tortilla me ha dado hambre - digo y veo como algunas contienen la risa.

Mientras subo me recuerdo que tengo que llamar a mis padres para decirles que llegamos bien ayer que si no igual se preocupan.

Bueno pero a ver si viene pronto el sobrino ese y nos arregla el agua. Yo mientras me voy a dormir.

En un instante ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora