CAPITULO I

19 1 0
                                    

Un motivo, eso era exactamente lo que necesitaba para continuar con mi vida. Un motivo para no arrojarme al profundo foso, donde me encontraria con una muerte segura.
Mis pies se movian al ritmo de una cancion que no podia recordar, el viento frio ondeaba mi cabello desatando la fragancia del jazmin. Los pensamientos no dejaban libre mi mente. Preguntas. Absurdas preguntas.

Las preguntas son absurdas, así como las palabras, así como la vida. Hay veces que son tan tontas, pero necesarias. ¿Por que lo quería? Tal ves no hay ninguna respuesta correcta, y claro el amor es así. Horrible en una sola palabra, a todo su esplendor.

Las respuestas son aun mas estúpidas, lógicas e irónicas. Tienden a ser tan innecesarias como las mismas preguntas. Si tanto me dolía, ¿Por que lo escribía? No era suficiente la vergüenza que eso me traería.

Escribo esto, porque es la única forma que puedo sacarlos. No puedo contárselo a el, ni a ella. Las palabras quieren salir, fluir a través de mi. No puedo contenerlas. No puedo liberarlas. No puedo...

Lo único que se es que si las contengo explotaran y prefiero que estallen en una hoja de papel, o una electrónica que en mi cara. Así que solo las dejo fluir, las dejo correr.

No tengo el valor suficiente como para contarle sobre mis emociones a alguien. Tengo una barrera de acero reforzado, conteniendo me dentro, aislándome de los dolores de la vida y encerrándome con mis propios demonios dentro. Lo único que estoy haciendo aquí es cambiar esas barreras de metal por papel y letras. Que solo llegaran a formar una mar de letras, sin ningún motivo. A la deriva. Porque nadie quiere lo que hay en ella. Porque nadie querrá encontrar esas palabras.

Las cosas aquí son diferentes, anonimato y seguridad. Se que no se me condenara por mis acciones, se que a nadie le importa quien esta detrás de estas palabras y se que esto quedara en el olvido. Así que aquí estamos tanto tu como yo, soltando cada palabra que encierra nuestra mente.

Hay cosas con las que debemos lidiar solos.

A SANGRE FRIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora